Capítulo especial (Cristian y Paulo)

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Nota: Este capitulo toca temas como el suicidio, se recomienda leer con eso en mente. 

Dedicado a Fede, el mejor editor del mundo. Felíz cumpleaños atrasado. TKM <3

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Parte dos.

Luego de aquella "Cita" en la casa de Paulo, las cosas habían cambiado para mejor.

Paulo dejaba que Cristian se acercara a él cada vez más, para tomarse el tiempo de conocerse. Por más que no quisiera nuevas personas en su vida, no podía aislarse por completo de todo y de todos. Paulo solía ser un adolescente felíz, alegre de la vida. Un día eso cambió.

Aquél día le confesó el porqué de su cicatriz a Cristian.

La mayoría de los hijos únicos hacen berrinches y se ponen celosos al enterarse que van a tener un hermano; una personita con la que te ves obligado a compartir todo, hasta el amor de tus padres pero más no era su caso. Había reaccionado con una felicidad que desbordaba en todos los sentidos.

Sus padres lo sentaron en la mesa de la cocina y le dijeron: "Vas a tener un hermanito", la dicha era tal que su cuerpo actuó solo, comenzó a dar saltos y gritos por toda la casa. Eran una familia felíz, con sus detalles como todos pero felices al fin.

Paulo poco se imaginó en ese momento de euforia que su vida daría un cambio rotundo a los pocos meses.

Estaba afuera de la sala de cirugía, junto con su padre, esperando noticias.

Su madre estaba teniendo un duro trabajo de parto, se le había subido la presión y estaba casi inconsciente, sin fuerzas para pujar; los médicos no tuvieron más remedio que realizar una cesárea. No hubo caso, no hubo chances: era la madre o el bebé. Fue el bebé.

Durante las semanas continuas al fallecimiento de su madre, Paulo a duras penas recordaba. Algún que otro destello, nada más. Era un ente sin memoria.

Su padre estaba sumido en un estado depresivo. No hablaba, no comía, no dormía, no hacía nada y el bebé, Julian, no dejaba de llorar.

Con solo dieciséis años y la ayuda de sus tíos políticos, Paulo había afrontado ese trauma, cargando sobre su espalda todas las responsabilidades de la casa.

Los adultos a su alrededor no comprendía de dónde sacaba el joven tal fuerza de voluntad.

Paulo fingía que todo era un sueño. Su madre iba a entrar por la puerta de su casa en cualquier momento, con una gran sonrisa. Se engañaba a sí mismo para poder soportar el dolor.

No fue hasta que pasó un año, con su padre ya recuperado, que Paulo comenzó a caer en cuenta de que eso no era ningún sueño: su madre estaba muerta. Aquel joven alegre no volvió a ser el mismo. Se sentía temeroso y desconfiado del mundo que lo rodeaba. Solo hablaba con su padre y poco más.

Había un recuerdo reprimido en lo profundo de su ser, la psiquiatra le había explicado a detalle de lo que se trataba: un episodio disociativo de la la realidad.

Fue un día que su padre no estaba, había llevado a su hermano al pediatra.

Paulo estaba solo, absolutamente solo. Física y espiritualmente. Se sentía miserable.

En algún punto, en medio de llanto, dolor de cabeza y vista borrosa, tomó un objeto punzante y lo clavó en su muñeca de manera vertical. Solo recordaba un dolor agudo, sangre derramada y el tirado en el baño de su casa. Se había destrozado casi la mitad del antebrazo.

corazón frágil (Scaloni x Aimar)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora