—Maia, ¿Qué sucede? —preguntó Alessandro detrás de mí, no pude decir nada, estaba sorprendida por lo escuchado, sentí como el teléfono era rebatado de mi mano.
—Alessandro —volteé a verlo.
—¿Qué le dijiste? —le exigió saber, sus gestos cambiaban conforme pasaban los segundos—. ¿Qué mierda? ¿Cómo es eso posible? Necesito que averigües, mantenme informado, claro que lo harás, también testificaras y enviaras las fotos, ¿entiendes? —ordenó con voz dura—. ¿Ese es el maldito problema? Felicidades, ahora tu estúpida clínica tiene un nuevo proveedor.
Colgó el teléfono y me abrazó, enterré mi rostro en su pecho, aunque el mundo se estuviera derrumbando, si estaba aquí...entre sus fuertes brazos, su aroma penetrando mis fosas nasales y su cuerpo dándome calor, sabría que nada malo me sucedería, todo estaría bien.
—Ya saben donde estoy, solo es cuestión de días para que vengan por mí, por voluntad propia jamás me casaría, pero ellos utilizaran a Lucia...así son, siempre juegan sucio —confesé, aferrándome con fuerzas de su camisa.
Me sentía débil e indefensa, pero mucho mas cansada. Había pasado cinco años escondiéndome y no quería volver hacerlo, quería vivir mi vida sin ese miedo constante.
—Entonces nosotros nos adelantaremos a los hechos —susurró, acercándome aun mas a él.
—Lo haremos —me incliné y le di un pequeño beso—. Terminaré mi trabajo para irme, quiero estar con Lucia.
Sus brazos me dejaron libres, pero no me moví ni un centímetro al ver como su mirada se había vuelto mas intensa, brillaba y trataba de entender por qué.
—Cásate conmigo, Maia —soltó de repente.
Mis ojos se abrieron como platos y retrocedí de la impresión, traté de encontrar algo que me indicara que estaba jugando, que no era enserio lo que decía, pero jamás lo había visto tan serio en lo que llevaba conociéndolo.
—No lo dices enserio, ¿cierto? —solté una risa nerviosa.
—No jugaría con algo tan delicado, cásate conmigo Maia —se acercó y agarró mis manos—. Sé que contigo quiero pasar el resto de mis días, no sabía que seria tan pronto el proponértelo, pero es el mejor momento.
Tragué fuerte, sintiendo un frio recorrer mi cuerpo.
Él era el hombre de mi vida, con él quería pasar el resto de mis días, quería todo y seria un buen padre para mi hija, pero...sus padres no lo aceptarían, el casarse conmigo llevaría a la quiebra a su padre.
¿Cómo podría permitir que se peleara con sus padres? ¿Cómo seria tan egoísta?
—Tus papás —susurré—. No quiero que te pelees con ellos, no sabes cuanto extraño ese amor de familia y no pretendo quitártelo, no soy capaz.
Mis ojos se llenaron de lagrimas y negó rápidamente.
—Maia, son mis padres y los amo, pero es una decisión que solo a mí me pertenece, es mi vida y la viviré como yo desee. Si soy feliz, ellos también deben de estarlo...lo importante es mi felicidad, ¿no?
Limpió delicadamente mi rostro y suspiré, estaba entre la espada y la pared.
—Primero quiero estar segura que la empresa de tu padre no correrá ningún peligro, porque el señor Smith venderá sus acciones y...
—Deja de pensar en mi padre —me interrumpió—. Tiene cinco empresas más, ¿crees que quebrará? No lo hará, él estará bien y yo me encargaré personalmente...ahora, ¿te casarías conmigo, Maia?
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REFUGIO DE AMOR
Teen FictionSituaciones desesperadas requieren medidas extremas y Maia Williams lo sabía en carne propia, la enfermedad de su pequeña y el alto costo de su operación habían orillado a Maia a una de las decisiones más trascendentales de toda su vida, pero haría...