CAPÍTULO 17

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—¿En donde estamos? —pregunté, estaba de noche y no podía ver absolutamente nada.

Desde la mañana me había dicho que tenia una sorpresa y que debería de estar lista a las ocho de la noche, aunque Lucia quería venir con nosotros, tuvimos que dejarla, por esa razón Alessandro le había prometido que pronto tendrían una cita de padre e hija, solos.

—Ahora necesito cubrirte los ojos —cada vez me emocionaba más, sacó de su chaqueta una pañoleta y me volteé para que tapara mis ojos—. Ahora espérame, saldré primero.

Asentí, sonriendo. No podía imaginar en donde estábamos, solo sabía que estábamos a las afueras de la ciudad.

Se tardó varios minutos en abrir la puerta del copiloto, minutos que fueron eternos para mí.

—Te tardaste —susurré, sintiendo como su mano agarraba la mía y me jalaba hacia fuera.

—Lo siento nena, necesitaba saber si todo estaba listo. Ahora agacha tu cabeza y saca un pie.

Eso hice y en segundos ya estaba afuera, mi sonrisa no se borraba del rostro, me sentía muy feliz, era la primera vez que me daban una sorpresa de este tipo. Me dejé guiar sin ningún problema, con él me sentía segura y sabía que no haría nada que pudiera lastimarme.

—Llegamos, ahora te voy a sacar la venda —me detuve, golpeándome con su pecho, ni siquiera había sentido cuando se movió de lugar. Susurró en mi cuello, erizando mis bellos y mandando una corriente eléctrica directa a mi vagina. Apreté los labios para evitar que el gemido saliera—. Espero te guste, amor.

Amor.

Había empezado a decirla para momento íntimos y lo amaba, se escuchaba tan perfecta al salir de sus labios, cargaba con tantos sentimientos que eran transmitidos por su parte.

Cada día que pasaba me gustaba más y creería que ya no podía hablar de Alessandro como un gusto, estaba enamorada del y mi corazón cada día lo amaba un poco más.

¿Cómo podría enamorarme de una persona tan pronto?

No podría responderlo, pero el amor era un de repente, de repente te chocas con un desconocido en la calle y meses después es tu novio, de repente te enamoras de esa mujer que tus amigos te presentaron en aquella fiesta, de repente el chico que viste hace cinco años aparece nuevamente en tu vida y te enamora completa y perdidamente de él. No existe tiempo en el amor, todo puede suceder en un día o en un año.

Cuando abrí mis ojos, un gemido salió de mis labios, era perfecto, era más que perfecto. Las lagrimas no tardaron en salir y me volteé y lo abracé con fuerzas.

—Gracias —murmuré cargada con tanto sentimiento—. No olvidaré nunca esto.

Escuché una nerviosa risa de su parte y mi corazón se saltó un latido.

Alessandro nervioso, era algo nuevo.

—Todo lo mejor para ti —nos separamos y entrelazamos nuestras manos—. Ven, vamos.

Había un camino alumbrado por pequeños bombillos que conectaba en donde estaba puesta la mesa, quien se encontraba en medio de dos grandes y hermosos robles, de las ramas de estos caían grandes faroles ovalados que alumbraban el lugar, aparte en el suelo había pequeñas velas.

Me sentía en un cuento de hadas.

Alessandro me ayudó con mi asiento, era todo un caballero.

—No sabia muy bien que elegir para comer —confesó apenado—. Entonces recordé que amabas ir a Filinds, así que pedí su especialidad, de entrada, unas croquetas de jamón, de plato fuerte un salmón marinado con Wasabi y salsa de cítricos y un vino tinto...aunque también hay agua por si no quieres tomar vino.

REFUGIO DE AMORDonde viven las historias. Descúbrelo ahora