CAPÍTULO 22

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Oficialmente estábamos en nuestro tercer mes y me fue inevitable no pensar que nuestro trato estaba por terminar, aunque...ya no valía, me había casado con alguien en menos de tres meses, eso era algo impactante, los mismos medios lo decían y algunas personas apostaban que no llegaríamos al año, otros pensaban que solo era una estrategia de marketing y un acuerdo entre las empresas de Alessandro y las de mi padre, sí, supieron de quien era hija y todo esto gracias a él. Aun no entendíamos el porque de revelar mi identidad, pero mi padre era un experto en mover cartas, claramente eso lo beneficiaria, lastimosamente aun no sabía en que.

Mi nariz estaba totalmente recuperada y al día siguiente del acontecimiento Esteban fue demandado y su visa rechazada, no podría viajar a Estados Unidos por unos largos años o hasta que yo retirara la demanda, lo que nunca sucedería, con el tema de Lucia...tuvimos que decir la verdad, que Lucia era su hija pero que no estaba capacitado por ser una persona violenta, las pruebas que teníamos, las recientes, el que mi hija había sido adoptada por Alessandro, era algo que nos habían ayudado.

Todo estaba en calma por estos días, pero sabía que aun teníamos personas que harían lo que fuera para que nos separáramos.

—Señora Lombardi, aquí hay algunos documentos que tiene que firmar —la secretaria de Alessandro, ahora también mía era una persona que no me gustaba y sabía que yo tampoco le agradaba.

Los agarré, dándole una ojeada y fruncí mi ceño.

—¿Estos son sobre la construcción en California? —pregunté.

—Sí —respondió simple.

—Firmé estos documentos el mes pasado, ¿Por qué de nuevo son envidados? —quise saber, leyéndolos minuciosamente, era exactamente el mismo documento.

—Por el problema que hay en contabilidad hace semanas, se tuvo que imprimir y enviar de nuevo todos los documentos. Puedes hablar con Kylie.

—Ok, no hay problema —firmé cada una de las hojas y se las di, entre más rápido lo hacía, más rápido dejaba de verla en mi nueva y hermosa oficina.

Mi celular empezó a sonar y contesté al ver que era Sofia, ya no pasábamos tanto tiempo juntas, con la universidad, mi vida como esposa, madre y el trabajo, se nos estaba haciendo un poco complicado, pero no faltaban las largas conversaciones mientras hacíamos nuestra labor.

—¿Qué pasó? ¿Por qué Alessandro golpeó a su cliente? ¡¿Qué mierda?! —quedé sorprendida al escucharla. ¿De qué estaba hablando? —. Maia.

—¿De que estas hablando? No entiendo.

Googleé su nombre y vi las nuevas noticias que estaban sobre él.

—Todos están hablando sobre eso, jamás se había involucrado en algo tan bajo, esto afectara su imagen.

Empecé a leer la noticia en la primera página que apareció, estaba atónita leyendo estos absurdos comentarios. Era algo imposible.

¿Por qué rayos se pelearía por mí?

—Gracias por decirme, te llamaré luego y te explicaré —salí de mi oficina al mismo tiempo que la suya se cerraba de un portazo.

Había llegado.

Me dirigí hacia allá, aun cuando presentía que seria mejor darle un tiempo a solas, para que se relajara un poco, pero, necesitaba saber.

—Amor —dije, en cuanto entré. Estaba parado en su gran ventanal mientras observaba con una tranquilidad alarmante la ciudad—. ¿Qué pasó? Me entere de tu pelea, tú nunca has hecho algo como eso y menos con un cliente. Era un excelente trato. Irías a firmar un contrato y en vez de eso lo golpeas, ¿Qué sucede?

REFUGIO DE AMORDonde viven las historias. Descúbrelo ahora