Capítulo 3

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Katniss.

- Presidente Snow.

- ¡Qué alegría me da volver a verla, señorita Everdeen! - una pantalla junto a él muestra la grabación de los juegos, cuando yo saco las bayas - tome asiento.

Me siento frente a él.

- Es un honor verlo - miento.

- Creo que sería mejor si acordamos no mentirnos, ¿le parece?

Asiento.

- Tengo un problema, señorita Everdeen, un problema que empezó cuando sacó las bayas en la arena.

Bufo.

- Iré directo al grano, porqué sé que no quiere que esté aquí. Todos en los distritos están portándose como rebeldes y quiero que usted los calme, porqué sé que nadie más puede hacerlo.

- ¿Calmarlos? no haré eso, ellos quieren ser libres.

- Si no lo hace habrá cierto tipo de consecuencias.

Su lengua serpentea.

« Maldita serpiente »

- ¿Qué tipo de consecuencias?

- Limítese a imaginar a miles de personas muertas, su asqueroso distrito reducido a cenizas, una zona radiactiva, como el distrito 13 - hace una pausa para tragar saliva - Los juegos fueron horribles, ¿no es así? Aun así, sólo eran juegos, ¿quiere estar una guerra de verdad?

- No, claro que no.

- Muy bien, eso pensé.

En su momento mi madre entra ofreciéndonos té y galletas.

Ella me lanza una mirada autoritaria, sé que está preocupada y que el té y las galletas son una fachada para revisar si estoy bien.

Snow toma algunas galletas y mi madre se dispone a salir sin despegar su vista de mí.

- ¿Qué debo hacer?

- Sólo quiero deje de incitar a las personas a querer ser libres. Todos tienen una imagen muy buena acera de usted, quiero que destruya esa imagen.

- Lo haré.

- ¿Qué hará?

- Los calmaré.

- Por el bienestar de sus seres queridos, espero que cumpla su promesa - se levanta encendiendo presionando un botón que cambia la imagen en pantalla a su lado, la cuál muestra ahora mi beso con Peeta en la cueva.

- Peeta - susurro aterrada.

Y sin más se va, dejando una rosa blanca sobre el escritorio.

Sólo eran juegos (En llamas)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora