Capítulo 22

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Peeta

Ayer, cuando Katniss tomó mi mano de repente de camino a la sesión privada tuve un recuerdo rápido que me mostraba la forma en la que tomó mi mano en el carruaje de los primeros juegos, aferrando sus dedos a los míos y buscando seguridad en mí, así como yo la busque en ella. Recuerdo el momento en el que le rogué que no me soltara, temiendo terminar en el suelo y ser la burla de todos.

Quise devolverle el favor, así que sin saber exactamente porqué, aprete su mano con fuerza, protegiéndola de la adversidad, evitando que caiga y se rinda, alentándola lo suficiente como para que siguiera adelante.

Me paso toda la noche pensando en una solución a nuestro predicamento, entraremos pronto a la arena y todos estos días me la he pasado pensando en una salida, algo que evite que ella entre allí.

Una idea loca llega a mi cabeza, pienso en descartarla ya que es descabellada y peligrosa, pero luego decido proponersela a Haymitch, puede ser un poco menos descabellada de lo que creo que es.

Con una aparente solución, no del todo estratégica, me acomodo en la cama para tratar de dormir. Cierro los ojos en busca de alguna señal de cansancio en mi organismo, pero con lo único que me topo es con la pesada respiración de Katniss al dormir, la cual me calma siempre que tengo alguna preocupación.

Me paso la noche sin dormir, observando a mi esposa mientras sueña, analizando sus hermosas facciones y prediciendo por sus gestos qué podría estar soñando.

Para cuando dan las nueve y dieciocho de la mañana ella despierta gritando - ¡NO SE LOS LLEVEN! ¡ELLA SÓLO ES UNA BEBÉ! - se sienta en la cama y lleva rápidamente las manos a su vientre, lo inspecciona asegurándose de que es real y luego suspira, seguramente sintiendo las patadas matutinas de la bebé.

- Cariño ¿te encuentras bien? - pregunto frotando su brazo de arriba a abajo.

- Sí sólo.. - no logra terminar, ya que corre hacia el baño y devuelve la cena de anoche.

Voy al baño con ella, recojo su cabello y acaricio su espalda mientras vacía su estómago.

Termina cayendo sobre sí en el suelo del baño, cubriéndo su rostro con sus manos.

- Estoy bien - dice antes de que yo siquiera pudiera decir una palabra - sabes cómo me ponen las pesadillas.

Sonrío melancólicamente y la atraigo hacia mí - lo sé perfectamente.

Nos mantenemos abrazados a lo largo de unos 10 minutos, en los cuales ella tiembla en mis brazos y yo acaricio su espalda para tranquilizarla.

Salimos juntos a desayunar despúes de habernos aseado, encontrándonos con Cinna, Portia, Haymitch y Effie en el comedor y a nuestros equipos de preparación en la sala de estar viendo algunos diseños.

- ¡Chicos! ¡Vengan, vengan! - dice Effie desde la mesa.

- Haymitch, ¿puedo hablarte un segundo? - lo miro pesadamente.

- Claro, chico - responde dudoso.

Lo llevo lo suficiente lejos como para que Katniss no nos escuche.

- ¿Todo está bien? - pregunta haymitch susurrando.

- Tuve una idea - susurro también.

- Habla.

Katniss

- ¿Alguna duda, querida? - pregunta Effie.

- Ninguna - sonrío

Postura, buenos modales, elegancia, coherencia al hablar, delicadeza y lo más importante: respeto ante cualquier situación, son sólo algunas cosas que debieron quedar claras para esta noche.

Sólo eran juegos (En llamas)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora