Capítulo 11

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Snow

— ¡TENEMOS QUE HACER ALGO! — golpeo la mesa con los puños.

— Pero ¿por qué? señor ¿de qué habla? — pregunta Plutarch.

— De Katniss Everdeen — las palabras pasan agriamente por mi garganta.

La mirada de Plutarch se ilumina. 

— Hay muchas formas de hacerla pagar, pero debemos jugar nuestras piezas en el momento indicado.

— ¿De qué habla?

— Hablo de que ella hizo la promesa de apaciguar esta estúpida revolución, y en lugar de eso la encendió aún más; por lo que debemos centrarnos en lo más importante.

— ¿Los juegos?

— No, señor, la boda. Demostremos que es del Capitolio de una manera que no podrán olvidar.

— Pero, ¿y si el chico sale elegido?

— Si sale elegido, pasaremos el plan a otra fase.

— ¿Cómo?

— Simple; hagamos algo que la haga sufrir, hagamos que se destruya a sí misma.

— ¿Como qué?

— Jugadas y contra jugadas; hay muchas personas mediante las cuales podemos hacerle daño, como el chico o su familia. Incluso hay personas de aquí en el Capitolio con las cuales podemos hacerla sufrir.

— ¿Y qué piensa hacer?

— Torturar y asesinar a sus amigos y familiares, desmoronarla completamente. Estará tan devastada que la haremos culpar a los rebeldes por todo lo malo que pase.

— ¿Todo lo malo?

— Cerrar los mercados negros, más torturas y latigazos puestos en vivo; también bombardeos, cualquier cosa que debilite a los distritos

— Y deshacernos de la chica y la rebeldía en un solo movimiento.

— Exacto.

— Brillante.

____________

(Días después)

Katniss

La cosecha es en dos días y mi preocupación aumenta cada vez más, no encuentro la forma de evitar que Peeta intente acompañarme en los juegos. 

Me levanto del sillón en el que me encuentro y camino por toda la casa tratando de calmarme un poco para pensar con claridad, cuando, de la nada, surge un estruendo que parece provenir de casa de Haymitch.

« ¡ESO ES! ¡HAYMITCH! »

Tomo un abrigo y salgo camino a su casa dispuesta a hablar con él acerca de mi preocupación sobre Peeta y los juegos.

Su casa está junto a la nuestra así que no hay mucho por recorrer.

— Ahí estás, pensé que te habías olvidado de mí — dice cuando entro mientras me inspecciona con la mirada — ¿a qué has venido?

— A beber —  le quito la botella de las manos.

— No, no, no; ni siquiera lo pienses — me quita la botella antes de que pudiera siquiera rozar mis labios — recuerda que tienes un mocoso dentro de ti, y no quiero ser el responsable de que algo le pase.

Bufo.

— Habla — dice un poco impaciente.

Lo miro y suspiro — estoy preocupada — empiezo — no puedo dejar que Peeta vaya a la arena e intente salvarme, no soportaría vivir sin él, no soportaría verlo morir.

— No tienes por qué preocuparte.

— Haymitch, no lo entiendes, Peeta lo es todo para mí.

— Niña, podrías vivir cien vidas y nunca merecer a ése chico.

— Vamos Haymitch, estoy embarazada de él, lo merezca o no él se quedará conmigo.

Me mira, analizándome.

— Él debe ganar, debe vivir.

— Nadie gana los juegos, hay sobrevivientes.

— Bueno, pues Peeta tiene que sobrevivir.

— Katniss, tienes una persona en tu interior y su vida depende de ti, no puedes sacrificarla por salvar la vida del muchacho.

Miro hacia el suelo ¿en qué dilema me he metido?

— Si llaman su nombre me presentaré voluntario — dice después de pesárselo, tal vez sintiendo lástima por mí.

Lo miro llena de ilusión — ¿en serio? ¿harías eso por nosotros?

Asiente.

— Gracias, te debo la vida entera.

Lo abrazo, sé que esto es más de lo que la mayoría estaría dispuesto a hacer.

🍺🍺🍺🍺🍺🍺🍺🍺🍺🍺🍺🍺

¡Hola!

Capítulo nuevo.

De verdad lo siento. Se me fue la inspiración y no supe como seguir esta parte.

Gracias por esperarme.

Sólo eran juegos (En llamas)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora