Snow
— ¡TENEMOS QUE HACER ALGO! — golpeo la mesa con los puños.
— Pero ¿por qué? señor ¿de qué habla? — pregunta Plutarch.
— De Katniss Everdeen — las palabras pasan agriamente por mi garganta.
La mirada de Plutarch se ilumina.
— Hay muchas formas de hacerla pagar, pero debemos jugar nuestras piezas en el momento indicado.
— ¿De qué habla?
— Hablo de que ella hizo la promesa de apaciguar esta estúpida revolución, y en lugar de eso la encendió aún más; por lo que debemos centrarnos en lo más importante.
— ¿Los juegos?
— No, señor, la boda. Demostremos que es del Capitolio de una manera que no podrán olvidar.
— Pero, ¿y si el chico sale elegido?
— Si sale elegido, pasaremos el plan a otra fase.
— ¿Cómo?
— Simple; hagamos algo que la haga sufrir, hagamos que se destruya a sí misma.
— ¿Como qué?
— Jugadas y contra jugadas; hay muchas personas mediante las cuales podemos hacerle daño, como el chico o su familia. Incluso hay personas de aquí en el Capitolio con las cuales podemos hacerla sufrir.
— ¿Y qué piensa hacer?
— Torturar y asesinar a sus amigos y familiares, desmoronarla completamente. Estará tan devastada que la haremos culpar a los rebeldes por todo lo malo que pase.
— ¿Todo lo malo?
— Cerrar los mercados negros, más torturas y latigazos puestos en vivo; también bombardeos, cualquier cosa que debilite a los distritos
— Y deshacernos de la chica y la rebeldía en un solo movimiento.
— Exacto.
— Brillante.
____________
(Días después)
Katniss
La cosecha es en dos días y mi preocupación aumenta cada vez más, no encuentro la forma de evitar que Peeta intente acompañarme en los juegos.
Me levanto del sillón en el que me encuentro y camino por toda la casa tratando de calmarme un poco para pensar con claridad, cuando, de la nada, surge un estruendo que parece provenir de casa de Haymitch.
« ¡ESO ES! ¡HAYMITCH! »
Tomo un abrigo y salgo camino a su casa dispuesta a hablar con él acerca de mi preocupación sobre Peeta y los juegos.
Su casa está junto a la nuestra así que no hay mucho por recorrer.
— Ahí estás, pensé que te habías olvidado de mí — dice cuando entro mientras me inspecciona con la mirada — ¿a qué has venido?
— A beber — le quito la botella de las manos.
— No, no, no; ni siquiera lo pienses — me quita la botella antes de que pudiera siquiera rozar mis labios — recuerda que tienes un mocoso dentro de ti, y no quiero ser el responsable de que algo le pase.
Bufo.
— Habla — dice un poco impaciente.
Lo miro y suspiro — estoy preocupada — empiezo — no puedo dejar que Peeta vaya a la arena e intente salvarme, no soportaría vivir sin él, no soportaría verlo morir.
— No tienes por qué preocuparte.
— Haymitch, no lo entiendes, Peeta lo es todo para mí.
— Niña, podrías vivir cien vidas y nunca merecer a ése chico.
— Vamos Haymitch, estoy embarazada de él, lo merezca o no él se quedará conmigo.
Me mira, analizándome.
— Él debe ganar, debe vivir.
— Nadie gana los juegos, hay sobrevivientes.
— Bueno, pues Peeta tiene que sobrevivir.
— Katniss, tienes una persona en tu interior y su vida depende de ti, no puedes sacrificarla por salvar la vida del muchacho.
Miro hacia el suelo ¿en qué dilema me he metido?
— Si llaman su nombre me presentaré voluntario — dice después de pesárselo, tal vez sintiendo lástima por mí.
Lo miro llena de ilusión — ¿en serio? ¿harías eso por nosotros?
Asiente.
— Gracias, te debo la vida entera.
Lo abrazo, sé que esto es más de lo que la mayoría estaría dispuesto a hacer.
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¡Hola!
Capítulo nuevo.
De verdad lo siento. Se me fue la inspiración y no supe como seguir esta parte.
Gracias por esperarme.
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Sólo eran juegos (En llamas)
FanficDespués de sus primeros juegos, Katniss tendrá que ser víctima de la ira de Snow. Pero.. ¿Qué hubiera pasado si todo lo que se dijo en el escenario del vasallaje fuese cierto? A la vida de Katniss y Peeta llegará una pequeña luz de esperanza que lo...