Katniss
Debemos seguir caminando, aunque yo me oponga rotundamente alegándole a Peeta que descanse un poco.
Voy lanzando una clase de frutos a donde predigo se encuentra el campo de fuerza, Mags se ha comido algunos y no dejo de pensar que pueden ser perjudiciales, pero Finnick me asegura que ella sabe lo que hace.
Después de un tiempo de estar caminando volteo a ver hacia atrás, viendo cansancio en el rostro de todos, nuestros labios están resecos y tengo un dolor molesto en la parte baja del vientre, por lo que decido buscar un árbol y treparlo para ver mejor la arena y así saber hacia qué dirección vamos y a qué nos enfrentamos.
- Descansen un poco - digo deteniéndome - iré a ver en qué clase de infierno nos encerraron.
Busco un árbol y me dispongo a treparlo.
- ¡Espera! ¿estás segura que puedes treparlo? - pregunta Peeta cuando voy por la base.
Lo miro desafiante por unos segundos. No creo que tener un vientre inchado implique algún cambio en trepar un árbol.
Pero no quiero iniciar una pelea, no es el lugar indicado, ni tampoco resultaría muy conveniente al saber que estuvo a punto de morir hace algunos minutos.
Cambio mi forma de mirarlo y camino hacia él, haciendo que quedemos frente a frente.
- Estaré bien, seré cuidadosa, no voy hacerle daño, sólo quiero ubicarme un poco ¿sí? - digo con la voz más dulce que puedo sacar.
Me mira dudoso con un pequeño puchero, que creo no nota, en sus labios - ¿segura que no quieres que yo lo haga? No quiero que se hagan daño - acaricia mi mejilla.
- No te preocupes, además tú no sabes trepar árboles, Finnick y Mags tampoco. Estaré aquí abajo en unos minutos.
Asiente con un poco de duda en su mirada, a lo que beso su mejilla para luego disponerme a trepar el árbol.
No entiendo como este hombre puede volverme tan empalagosa.
Subo despacio para no preocupar a mi chico del pan.
Ya arriba del árbol, dejo que la brisa me dé en la cara, calmándome, el olor de la selva penetra mis fosas nasales, logrando hacerme cerrar los ojos para disfrutarlo completamente.
Miro hacia la cornucopia, las formaciones rocosas forman un círculo, el agua está tenuemente roja a su alrededor gracias a las muertes de hoy, no hay señal de agua dulce, solo litros y litros de agua salada que no nos sirven para nada.
Trato de ver en qué dirección caminamos, pero hay tantos árboles que me es imposible ver el suelo.
Miro al cielo, y me percato de algunas ondas extrañas en él, tales como las que emanaba el campo de fuerza con el que Peeta chocó. Lo primero que se me ocurre es disparar una flecha, así que tomo una del carcaj, la ubico en el arco, y disparo sin apuntar a un punto exacto. Cuando lo hago, el cielo presenta un tipo de choque eléctrico, seguido por ondas más visibles.
Estamos completamente encerrados.
Me quedo mirando el cielo artificial un rato más.
Cómo extraño nuestro hogar, a Prim, a mi madre, a Gale, extraño las noches tranquilas en las que caía dormida ante los latidos del corazón de mi esposo, las veces en las que horneábamos pan juntos (el lo horneaba y yo sólo hacía un desastre), nuestros paseos al lago y las innumerables veces en las que traté de enseñarle a cazar.
Una sonrisa tonta se dibuja en mi rostro.
Finnick me ayuda a bajar mientras que Peeta me mira con una sonrisa aliviada.
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Sólo eran juegos (En llamas)
Fiksi PenggemarDespués de sus primeros juegos, Katniss tendrá que ser víctima de la ira de Snow. Pero.. ¿Qué hubiera pasado si todo lo que se dijo en el escenario del vasallaje fuese cierto? A la vida de Katniss y Peeta llegará una pequeña luz de esperanza que lo...