Capítulo 7

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Katniss

Despierto, encontrando junto a mí a un Peeta profundamente dormido.

Me acerco sigilosamente a él y beso sus labios, luego de lo cual va despertando lentamente, dejándome ver esos hermoso ojos azules que logran calmarme en los peores momentos. Luego de esto, con una voz ronca que sólo tiene por las mañanas, sonríe y dice:

- Deberías despertarme así todos los días.

- Con gusto - digo para luego volver a besarlo, sólo que esta vez él corresponde a mi beso.

- Iré a desayunar - él asiente y vuelve a cerrar los ojos.

Envuelvo mi cuerpo aún desnudo con una de las sabanas, evitando que Peeta me vea, para luego salir directo hacia mi habitación.

Cuido que nadie vea mi estado actual, si alguno se entera de lo que ha pasado entre Peeta y yo no dejarán de hablar acerca de eso durante los próximos días.

Tomo cualesquiera ropas que encuentro en el cajón de la cómoda, peino mi cabello rápidamente y me dispongo a salir.

Para cuándo llego al vagón comedor, noto que casi nadie está allí.

Effie está desayunando placenteramente, mientras que mi equipo de preparación corre de vagón en vagón, con un montón de cosas extrañas en las manos.

En la mesa me espera una jarra de jugo de naranja, una cafetera humeante llena de chocolate y mi favorito: estofado de cordero con ciruelas pasas, entre muchas otras delicias. Está claro que el personal trata de complacerme.

- Buenos días - saludo.

- Hola querida.

- Siento lo que pasó ayer, no me sentía muy bien.

- No te preocupes, querida, todos tenemos nuestros momentos.

- ¿Dónde están todos?

- Bueno, Haymitch no despertará hasta mañana y Cinna estuvo despierto hasta muy tarde anoche arreglando todos tus atuendos. Ayer me tomé el atrevimiento de revisar tus conjuntos, y déjame decirte que te envidio totalmente, ¡Tu ropa de noche es exquisita! - menciona mientras yo me sirvo un poco de estofado.

- ¿Y el equipo de Peeta?

- Dormidos, probablemente.

- ¿Él no necesita preparación?

- No tanta como tú, querida.

Mi equipo no suele estar despierto antes del mediodía, gracias a esto se notan ansiosos; mientras arreglan todo para mí van compartiéndose unas extrañas pastillas coloridas.

Cuando termino de desayunar me llevan a una tina llena de una mezcla extraña y maloliente, dónde debo permanecer al menos una hora, luego de la cuál se dedican a retirar cada vello posible de mi cuerpo.

Es injusto que yo esté aquí sufriendo mientras Peeta sólo duerme.

Terminan conmigo dos horas después, poniéndome la extraña solución que evitó que Peeta le creciera la barba en los juegos (y hasta hoy), y me indican que Cinna me vestirá una vez estemos por llegar a nuestro primer destino.

Luego de eso, me envían a tomar una ducha.

Elimino todos los menjunjes de mi cuerpo y me visto nuevamente.

- Buenos días a todos - Peeta ya ha despertado para cuando terminan conmigo - y buenos días a ti - se acerca a mí para besarme.

Correspondo a su beso - buenos días, dormilón. Mientras tú dormías mi equipo me torturó de la peor manera.

Sólo eran juegos (En llamas)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora