Capítulo 16

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Katniss

- ¿Tienes miedo? - pregunta Cinna.

- Me conoces Cinna, sabes que nada de esto me asusta.

Sonríe - anda, ve a ponerte esto - extiende hacia mí un vestido guardado en un estuche negro.

He pasado las últimas tres horas dejando que mi equipo me torture, se deshicieron de cada imperfección que pudieron encontrar, me bañaron tres veces y a mi cabello le aplicaron un sinfín de productos con olores exóticos.

Tomo el vestido y me dirijo a cambiarme, Cinna sonríe al verme con él, para luego girar un espejo de cuerpo completo hacia mí, dejándome ver la belleza del atuendo.

Es de un color marrón y tiene ciertos toques naranjas y amarillos, simulando fuego. Es abierto en la parte delantera de la falda y tiene una cola larga. También tiene un escote con dos tirillas a los lados y una gruesa en la mitad. Se encuentra acompañado por unos tacones del mismo color que suben por mis piernas y parecen estar tejidos a ellas.

Luego de estar un rato analizándolo atónita, me doy cuenta de que mi vientre es casi innotable en éste vestido. Es un vestido de maternidad.

Al instante miro a Cinna, el cuál ve mi reacción ante el vestido con una sonrisa llena de complicidad.

Cinna fue la primera persona a quién conté sobre mi embarazo, estaba tan eufórica y confundida que no encontré otra salida que llamar a un buen amigo y contarme todo.

Él me calmó y me aseguró que todo estaría bien.

Se había alegrado por la noticia más de lo que yo estaba. Recuerdo que lanzó un chillidito al escucharme y su voz se mostraba emocionada.

- Sólo hasta que creas que es conveniente mostrarlo.

- Cinna, no tuviste por qué.

- Claro que tuve, ahora deja que terminemos contigo.

Trae a mi equipo nuevamente, los cuales me peinan y me maquillan dando como resultado final una Katniss irreconocible.

- Gracias - lo abrazo.

- Ve al caruaje, yo iré por Peeta.

- De acuerdo.

Cruzo los pasadizos correspondientes hasta lograr encontrar el patio de carruajes, muchos de los tributos ya se encuentran allí.

Sigo mi camino hasta el mío, el último de la fila. Me ubico junto a los caballos y acaricio a uno de ellos.

- Katniss Everdeen, qué gran honor - llega saludándome Finnick Odair.

- Odair, lo mismo digo sobre ti - trato de ser cordial.

- ¿quieres un azucarillo? - pregunta mostrándomelo - son para los caballos, pero ellos tienen toda su vida para disfrutarlos, mientras que, si es algo dulce, nosotros debemos aprovecharlo.

- No gracias, el dulce no es lo mío, pero me gusta tu red.

Su traje consiste en un short marrón carmesí, el cual está cubierto por una red de pesca y algunas decoraciones en su torso desnudo, dando a entender que es del distrito 4.

- Tú te ves aterradora en ese atuendo, pareces alguien realmente interesante.

- Tal vez lo soy - refunfuño.

- Ya lo creo - se percata de que Peeta y Cinna se acercan - lamento lo de tu boda, y también que estés aquí de nuevo, tú hubieras ganado aquí como nadie; joyas, dinero, todo lo hubieras querido al alcance de tus manos.

Sólo eran juegos (En llamas)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora