LOS JUEGOS Capítulo 24

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Katniss

«Éste no es lugar para una chica en llamas»

Miro a mi alrededor y agua es lo único que veo. La única forma de dejar la plataforma es nadando hasta la cornucopia, o bueno, hasta una de las formaciones rocosas que dan a la ella.

60, 59, 58, 57, 56.

Inhalo hondo y exhalo pausadamente hasta que logro regular mi respiración.

55, 54, 53, 52, 51.

Busco a Peeta entre los tributos de las plataformas que alcanzo a ver. No logro verlo, por lo que deduzco que está tras la cornucopia.

50, 49, 48, 47, 46, 45, 44, 43, 42, 41.

No quiero ir a la cornucopia ya que podrían matarme fácilmente, pero la playa está demasiado lejos para nadar hacia ella, además no pienso dejar a Peeta.

Debo nadar. Debo nadar hasta las rocas y correr a la cornucopia. Debo nadar hasta las rocas y correr a la cornucopia si quiero vivir.

40, 39, 38, 37, 36, 35, 34, 33, 32, 31.

Miro mi vientre unos segundos, luego apoyo mi mano en él.

- Estamos bien pequeñita, estamos bien - lo acaricio sintiendo pataditas desesperadas dentro.

30, 29, 28, 27, 26.

- Lindura, mami tiene que nadar, no podemos quedarnos aquí.

25, 24, 23, 22, 21.

- Te prometo que seré cuidadosa, pero necesito que te quedes quieta por unos minutos.

Nadar llevando a un bebé consigo es una de las cosas menos recomendables; si el bebé se mueve mientras se nada el cuerpo se fatigará y la madre terminará acalambrada, probablemente ahogándose.

20, 19, 18, 17, 16.

- Sólo unos minutos bebé, unos minutos y podremos descansar.

15, 14, 13, 12, 11.

Cierro los ojos y apreto los labios.

- Por favor, deja de moverte.

10, 9, 8, 7.

- Por favor..

Cierro mi mano en un puño sobre mi vientre, rogando para que deje de moverse.

Si no se queda quieta me será imposible nadar y terminarían matándonos.

6, 5, 4.

Mágicamente las pataditas cesan, por lo que, convenciéndome de enfrentarme a los juegos de nuevo, me enderezco y acomodo mi cabello.

3, 2, 1. El cañón se escucha en cada rincón de la arena.

Me lanzo al agua y comienzo a nadar como mi padre me enseñó cuando ibamos juntos al lago, moviendo los pies y las manos sincronizadamente.

Después del lo que podría jurar fue un minuto, logro ver bajo el agua la formación rocosa, por lo que me agarro de ella y saco la cabeza del agua para poder respirar.

Subo lo más rapido que puedo y corro a la cornucopia siendo seguida por Brutus, a lo lejos diviso un arco acompañado de un carcaj lleno de flechas; debo llegar a ellos.

Al llegar a la cornucopia tomo el arco y saco una flecha del carcaj, lo cargo y apunto a Brutus, quien al ver que le apunto se lanza al agua. Suspiro y me lo cuelgo el al hombro, pero mantengo la flecha cargada por si alguien quiere atacarme.

Tomo un cuchillo para Peeta y lo meto en el carcaj.

Siento a alguien junto a mí, me volteo y le apunto con el arco. Es Finnick, Finnick Odair, quien me muestra orgulloso un brazalete en su muñeca.

Sólo eran juegos (En llamas)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora