Juego de Gemelos| VegasPete

08

- ¿Venice? - El recién nombrado miró en dirección a su gemelo - ¿Cómo se llama tu padre?

- Vegas - respondió dudoso

Phayu abrió la boca para decir algo, más nada salió. Vegas, ¿Vegas era su padre y de Venice? No podía ser, su amigo no podía ser en verdad du hermano gemelo.

- Mi papá se llama Pete - Phayu le dijo tembloroso, Pete no pudo haberle ocultado algo tan grave.

Venice parpadeó comprendiendo la sorpresa del niño mimado, todas las cosas en común giraron en su cabeza. Sí, demasiado bueno para ser verdad, Phayu y él eran hijos de Pete Pongsakorn y Vegas Theerapanyakul.

Hermanos

- ¡Esto debe ser otra casualidad! - Phayu negó.

Un silencio se dispersó por todo el patio, los gritos de los niños más pequeños ero lo único que los rodeaba y los gemelos no se miraban. El timbre sonó anunciado el fin del almuerzo, Phayu guardó todo en su mochila y se dirigió al edificio, dejando atrás a un desconcertado Venice.

Phayu se sentó en su lugar con la mirada perdida, los labios secos y un nudo en la garganta. Su compañero de asiento fue el último en llegar antes de que la campana sonara de nuevo. La maestra llegó seguido del gemelo, retomando la clase donde había dejado antes del receso.

Venice se pensó bien las cosas, estaba consciente que Phayu era hijo de su papa Pete, su padre al que no conoce y tiene ganas de fundirse en el amor que tanto Vegas le ha dicho.

- Mañana traeremos una fotografía de nuestro padre que no conocemos - Venice murmuró para su gemelo con la vista fija en su libreta.

- ¿Uh? - balbuceo Phayu.

- Mañana traerás la fotografía de tu papá, la que te dio tu padre - Phayu asintió.

(...)

Venice pellizcó las verduras en su plato, jugando con los chícharos recargando su cabeza en su puño, distraído desde que llegó a casa. Vegas dio una rápida mirada a su hijo y bajó el móvil sobre la mesa, viendo lo decaído que Venice estaba.

- ¿Sucede algo? - preguntó al pequeño frente a él

Venice negó - Nada

- ¿Seguro? - insistió el moreno

- No tienes porque preguntarme dos veces - se llevó una rodaja de zanahoria a la boca, con el ceño fruncido.

Su padre le había mentido, y eso le daba mucho de que hablar, Vegas no estaba siendo del todo sincero con él.

- Gruñón - bromeó un poco el hombre, tratando de aliviar el mal humor del niño.

- Mentiroso - automáticamente Venice alzo la vista a su padre, dándose cuenta que Vegas regresó al móvil.

Comió las verduras en bolsa de Vegas calentó en la estufa, no sabían igual como las del papá de Phayu... su papá. Pero comerlas le gustaba. Fue una sorpresa cuando le pidió a Vegas comprar verduras congeladas cuando fuera al supermercado y queso amarillo.

- Iré a dormir - se deslizó de la silla y salió del comedor, subió por las escaleras oscuras hasta llegar a su habitación.

Sacó a tirones su ropa, arrojándola hacía la esquina en la montaña de ropa sucia. Abrió el cajón del mueble marrón y sacó un conjunto de pijama, se la colocó apagando las luces. Se arrojó a su cama, rebotando un par de veces, hundió el rostro en la almohada y gritó, la situación le revolvía el estómago.

Pete, su padre, estaba tan cerca de él, y tenía un hermano, a pesar de estar dolido por el secreto oculto de Vegas, unas ganas por correr a la casa de Phayu y abrazar a Pete, era un deseo desde su corazón. Escuchar que también le ama como su padre lo hace.

Encendió su lámpara de al lado, busco la fotografía en su cajón y al tenerla en sus manos, deslizó sus dedos en la imagen del hombre castaño. Lucía verdaderamente feliz, Pete sonreía con las mejillas ligeramente ruborizadas, su cabello esponjoso alborotado por el viento de aquella noche. Vestía un atuendo sencillo que hacía ver los joven, de unos veinte años cuando en realidad tenía veintitrés y su padre veinticinco en ese entonces.

Suspirando apaga la luz y abrazó la foto contra su pecho.

Solo anhelaba que la noche pasará rápido y saber si en verdad Pete era su padre.

(...)

- Debido a los constantes enfrentamientos... - la voz de la maestra a cargo de la clase de historia fue desapareciendo para ambos gemelos quienes mantenían su mirada fija en el reloj colgando sobre la pizarra.

El tiempo para la hora del almuerzo parecía estar tan cercano pero a la vez tan lejano.

Phayu golpeaba la mesa constantemente con su lápiz, mientras Venice muy bien quietamente su pie. Sus manos picaban por sacar las fotos ocultas en sus bolsillos y descubrir finalmente todo.

El timbre sonó fuertemente, rompiendo finalmente la burbuja en la que ambos chicos se habían aislado. Dándose una mirada de reojo, tomaron sus cosas y rápidamente salieron en salón, sin importar si empujaban a alguien o no.

Ya luego se disculparían, pero ahora necesitaban hablar.

(...)

- Bien, muéstrame la foto - Venice habló y Phayu le miró con el ceño fruncido.

- Muéstrame tu foto primero - Phayu dijo apretando su foto contra su pecho.

Se habían sentado en la mesa más lejana de todos, la ansiedad corría por sus interiores y la curiosidad los carcomía.

Venice suspiro sintiéndose impaciente

- No voy a pelear por esto - dijo frustrado - A la cuenta de 3 pondremos las fotos sobre la mesa ¿De acuerdo? - Phayu asintió

- Uno - Phayu dijo sintiéndose más nervioso que antes.

- Dos - susurró esta vez Venice, ansioso.

- Tres.

Las fotos fueron colocadas sobre la mesa y un jadeo de sorpresa escapó de los labios de ambos.

- Ese es mi padre - Susurró Venice viendo a un sonriente Vegas.

- Y ese es el mío - Murmuró Phayu viendo a su padre en una versión más joven.

Ambos gemelos se miraron, esperando que uno de ellos fuera capaz de decir en voz alto lo que ambos pensaban.

Venice pasó la lengua por sus labios, mojándolos, se aclaró la garganta sintiéndola increíblemente seca luego de los últimos acontecimientos.

- Uh, esto significa que-e... - las palabras parecieron escapar. No era capaz de creerlo aún.

Era impactante.

Phayu se removió levemente en el asiento y asintió.

- Somos hermanos 

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Efectivamente Phayu y Venice son hermanos. 

¿Listos para saber lo que pasará a continuación?

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