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Abriendo lo más cercano posible la puerta del coche, Phayu finalmente se adentró en el, acomodándose en el asiento del copiloto. La curiosidad le picaba en su interior y sin ser capaz de soportar más la espera, miró a su izquierda, sintió que su aliento se perdía en algún lado.

Ahí estaba Vegas, su otro padre. Era prácticamente igual que en la foto, tal vez su pelo era más largo y habían unos cuantos tatuajes visibles en sus manos, pero lo de menos.

- Vamos a ir al supermercado, con la semana que nos espera necesitaremos comida - Vegas le dijo con una sonrisa a su hijo. Phayu sonrió levemente y asintió - Vendrán tus abuelos y tías, lo más seguro es que tus tíos se pasen algún día, después de celebrar en familia - El castaño frunció levemente su ceño y asintió.

- Oh, bueno - Sintió los nervios apoderarse de él. No sabía que más decir. Vegas miró curioso a su hijo, nunca solía guardar tanto silencio, no solía ser de pocas palabras - ¿Cuándo llega el abuelo? Ya quiero que mi estómago vuelva a probar lo que es la buena comida - Dijo con burla, Vegas le miró un par de segundos y luego comenzó a reír.

- Créeme, mi estómago también lo espera - le dijo mientras doblaba en una intersección - Se supone que llegará en dos días, así que por ahora tendremos que sobrevivir a base de pizza y hamburguesas - Phayu sonrió aliviado de haber salvado la situación.

Pete apenas y lo dejaba comer comida basura, como él le decía. Así que comer dos o tres días seguidos pizza y hamburguesas. Suena como el paraíso.

- Por mí no hay problema, cualquiera cosa que no sea tu.... "comida", suena bien - Vegas rió y asintió en acuerdo con su hijo acariciándolo levemente la cabellera de este. Phayu sonrió.

- Bien, dejando de lado tus burlas hacia mis patéticas habilidades culinarias - Phayu rio y Vegas sonrió - ¿Qué tal las clases?

- Estuvo bien - Phayu se alzó de hombros, restándole importancia a la escuela.

- ¿Y tu amigo? El chico que te salvó de hambre todos estos meses - el niño se rió, Venice no había dicho que hablo de su persona a su padre. De alguna manera se sentía bien con eso, su padre lo conocía sin saber bien que era su otro hijo.

- Él pasará el día de acción de gracias con su familia, su padre y abuela son unos profesionales de la cocina, apuesto que será un banquete - su estómago gruñó de solo imaginar el gran pavo en el centro de la mesa, y demás comida al rededor, sin faltar la ensalada de bombones y manzanas con miel, como postre.

- ¡Hey! Me estas ofendiendo - Vegas hizo una mueca graciosa, mientras en su cabeza rondaba lo mismo que Phayu. Las pocas veces que celebró el día de acción de gracias con la familia de Pete.

- Si vieras el manjar que lleva de almuerzo - Phayu carcajeó, no esperaba llevar el ambiente tan ligero. Se sentía tan propio, no tenía porque intentarlo, era natural ser así.

- Eres cruel Venice, tal vez no haya pizza esta noche sino sándwich de atún - Vegas sacudió la cabeza, una sonrisa tiraba de sus comisuras.

- Papá, no creo que el atún llene tu estómago todo el resto de la noche.

- Entonces serán dos pizzas, en el mercado podemos comprar algunas chucherías, recuerda que es viernes de series - Vegas se adentró al estacionamiento del gran local.

Phayu se quedó viendo las facciones varoniles del hombre, eran más duras y marcadas. Las facciones de Pete eran más suaves, el menor pudo darse cuenta que él y Venice fueron una perfecta combinación de ambos. Tal vez tuvieran algunos rasgos como Pete en la adolescencia y rasgos más definidos como Vegas en la adultez.

Sonrió sintiéndose más feliz que nunca por estar junto a su padre. Sería la mejor semana de su corta vida.

(...)

Venice masticó con gusto el brócoli cubierto de queso, llevaba ya dos platos y aún sentía que podía comer otro.

- ¿A que sé debe tu hambre el día de hoy? ¿No te ha gustado el almuerzo o no ha sido suficiente? - Preguntó preocupado Pete mirando a su hijo atragantarse prácticamente con la cena. Venice tragó y negó con una sonrisa.

- Nada de eso, es solo que amo tu comida, es sin duda la mejor del mundo - Pete sintió la calidez colarse en su corazón ante las tiernas palabras y la brillante mirada de su hijo.

Besando suavemente la cabellera, se colocó de pie retirando los platos que ocuparon.

- Me alegro que te guste, pero creo que dos platos son suficientes, no quiero que vayas a enfermar - Venice asintió limpiando su boca con su muñeca. Su vista no se apartaba de Pete - ¿Quieres postre, cielo? - El castaño de inmediato asintió.

- ¿Quieres que te ayude con él? - Pete miró sorprendido a su hijo, siempre se quejaba si le pedía ayuda y ahora...¿Se ofrecía? No sabía que le pasaba, pero tenía que admitir que había extrañado que su pequeño fuera así.

- Claro, cariño, vamos - Le dijo y Venice se levantó con una sonrisa, era momento de empezar con la primera parte del plan.

Entraron a la cocina y mientras Pete dejaba los platos en el lavavajillas y comenzaba a buscar los recipientes para servir el helado, Venice mordió su labio.

- ¿Papá? - Pete soltó un leve murmullo haciéndole entender que le estaba tomando atención - Sé que no te gusta mucho hablar del tema - Pete dejó de servir el helado y nos sentaremos a hablar ¿Si? - Venice asintió.

-¿Quieres saber más acerca de tu padre? - Venice asintió y Pete suspiró - Supongo que ya no tiene sentido que te oculte nada. Termino de servir el helado y nos sentaremos a hablar ¿Sí? - Venice asintió.

- Gracias - le dijo a la vez que besaba su mejilla y tomaba el cuenco con helado. Pete sonrió y guardando el helado, tomó su cuenco con helado.

- Vamos al sofá, cariño - Pete salió de la cocina con Venice detrás de él.

Pete se dejó caer en el sofá de cuero negro, se quitó los zapatos y subió los pies. Venice se sentó del otro lado, deslizando los pies al regazo de su padre.

- ¿Qué quieres saber de papá Vegas? - Pete se llevó una cucharada de helado a la boca, mirando al sonriente de su hijo.

- Todo - Venice sabía la historia, Vegas se lo contaba todas las noches cuando era más pequeño. Ahora, quería escucharla de Pete.




Juego de Gemelos| VegasPeteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora