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- ¿Ya terminaste? El timbre sonará pronto - Phayu dijo mientras arreglaba su cabello mirando su reflejo en el espejo.

Un leve estruendo se escuchó y Phayu en dirección al cubículo de baño curioso.

- Auch - Venice se quejó cuando golpeó su codo contra la puerta del cubículo - ¿Cuál es la necesidad de usar pantalones tan ajustados? ¿Cortarle la circulación sanguínea a tus piernas? - Se quejó el castaño mientras abrochaba el botón de los pantalones y suspiraba.

Phayu rio y volvió a preocuparse de su reflejo.

- Deja de quejarte, siento que tus pantalones se me van a caer de los sueltos que son, pero no por eso me quejo - Venice bufó y se colocó las botas y el abrigo, terminando por vestirse.

Abriendo la puerta, salió finalmente del baño. Ambos chicos se miraron y sonrieron.

Había pasado ya un mes desde que Venice había ideado un plan para que ambos pudieran conocer a sus padres. Y hoy finalmente era el día.

Hoy harían el cambio

Fue un mes bastante movido. Primero se encargaron de su imagen, ambos se cortaron el pelo de la misma manera y se encargaron también de la vestimenta, Phayu le enseño a Venice lo que comúnmente él usaba y viceversa.

Luego vino lo más difícil, actuar como si fuera el otro.

Venice tuvo que lidiar con la torpeza de Phayu al jugar videojuegos y Phayu tuvo que lidiar con la poca prolijidad de Venice al dibujar. Luego de tres días frustrantes, Phayu logró dominar la mayoría de las estrategias necesarias en Mortal Combat y GTA V y a su vez, Venice aprendió a dibujar ojos y manos increíbles o al menos decentes.

Ya lo siguiente fue más fácil, Phayu le informó a Venice todo lo que necesitaba saber sobre él, sus comidas favoritas, como hablarle a su padre, su familia y amigos de su padre, los lugares a dónde le gustaba a ir y lo más importante, el como debía tratar a Pete. Y así también lo hizo Venice con Phayu, diciéndole que es lo que comúnmente hacía él y Vegas los fines de semana, los amigos más cercanos de su padre, lo que solían comer, y el cómo se comportaba con él.

Estaban listos.

- Bien... - Venice dijo soltando un tembloroso suspiro mientras miraba a su reflejo en el espejo. No podía creer lo que estaban a punto de hacer.

- Esto...uh, se cariñoso con papá Pete ¿Sí? No quiero que lo vayas a lastimar con lo bruto que eres - Phayu le dijo con notable preocupación y nerviosismo. Venice sonrió y asintió.

- Tu no vayas a ser muy cariñoso con papá Vegas, no quiero que me mande al psicólogo - Ambos rieron ante el comentario de Venice.

Se miraron con leves sonrisas y se abrazaron fuertemente. Tratando de calmar los acelerados latidos de sus pequeños corazones.

- Recuerda lo que tenemos que hacer. Tienen que estar juntos de nuevo - Susurró Phayu y Venice asintió.

El timbre de salida sonó estrepitosamente y ambos chicos se sobresaltaron.

- ¿Listo? - Venice le preguntó a su gemelo y asintió, tomando la mochila de su similar, la colgó en su hombro - Andando.

Ambos se dirigieron rápidamente a la salida, miraron al estacionamiento viendo como Pete y Vegas esperaban en sus respectivos coches, separados por varios metros de distancia.

- Suerte - susurró Venice

- A ti también, hermano - Phayu le dijo dándole una leve sonrisa. Para así luego, dirigirse al coche de Vegas.

Acomodando la mochila sobre su hombro Venice le dio una leve mirada a su padre, quien tecleaba algo en su teléfono, para luego mirar a su otro padre. Una gran sonrisa se coló en su rostro, mordiendo levemente su labio, se dirigió hacia el coche donde Pete esperaba. Con su mano temblando abrió la puerta y se acomodó en el asiento.

- Hola cariño ¿Qué tal tu día? - El corazón de Venice latió con emoción al escuchar finalmente la voz de su padre. Mirando a su izquierda, sintió la emoción recorrer su cuerpo.

Era él, finalmente estaba con su otro padre, finalmente le conoció.

Tragando el nudo de su garganta, sonrió nuevamente.

- Hola, papá - su corazón dio un vuelco cuando el castaño le devolvió la sonrisa. Tan reluciente como Vegas mencionó.

- ¿Listo para esta semana? - Pete preguntó entusiasmado, había estado esperando estos días para estar con su hijo.

Venice asintió, mirando por su ventana como a unos cuantos coches más adelanta de Phayu subía al coche de su padre.

El diseñador salió a la calle principal, bajo el frío día de la ciudad. Venice suspiró ante el lindo ambiente que su padre amoroso daba dentro del coche, la ligera risa de Pete y los planes de la próxima semana antes del día de acción de gracias llegara y pasaran el día con su abuela.

- ¿Qué tal si vamos a patinar el domingo? - Pete estaciono el coche, viendo como su hijo miraba asombrado la casa - ¿Phayu?

- Sí, eso estaría bien - Venice aceptó sin darse cuenta, él no sabia patinar en ruedas, mucho menos en hielo.

Eso sería un gran espectáculo.

Ambos entraron a la calidez del hogar, el menor dejó caer la mochila en la entrada y caminó por la gran sala. Pete frunció el ceño, recogió la mochila y la metió en el pequeño armario que tenían aun lado de la puerta.

Pete se quitó su abrigo, colgándolo en un gancho - ¿Qué quieres comer, bebé? - giró hacia su hijo, quien le miraba con los labios entre abiertos - Uh, lo siento, olvidé que odias que te llama así.

Venice olvidó lo que su hermano le dijo, no iba a desaprovechar los cariños de su padre. Oír que le llamen así, es como un pequeño fuego en su corazón.

- Puedes llamarme así si te sientes feliz - Venice corrió a abrazar al hombre, rodeando el torso de Pete con sus brazos, enterró el rostro en el pecho, aspirando la loción natural de Pete.

Pete parpadeó un par de veces antes de sonreír ¿Acaso su hijo echaba de menos ser mimado? El castaño rodeó al niño, acariciando los cabellos cortos con sus dedos.

- Entonces ¿Qué debo cocinar para ti? - volvió a preguntar, jadeando por el apretón que el castaño menor dio.

- Lo que sea que tenga brócoli con queso amarillo - la voz amortiguada de Venice en el pecho, hizo reír al castaño.

- Me estas llenando de sorpresas ¿Eh? - Venice se alejó solo para mirar el brillo en los ojos de su padre, confirmando que  eran hipnotizadores.'

Pete, su padre estaba allí, abrazándole, mirándose con amor que él tanto añoraba por obtener. Sentirse fundido en los brazos del hombre que le dio la vida.

- Te extrañé mucho, es ese - Venice se acurrucó en el cuerpo de Pete, controlando las ganas de llorar. Todo lo que su padre Vegas le dijo, fue verdad.

- Oh bebé, yo te extraño todo el tiempo - Pete avanzó a la cocina con su hijo aferrado a él.

Sería la mejor semana para Venice, sin duda.

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Tenemos el reencuentro Venice/Pete, mañana subiré el Phayu/Vegas.

Juego de Gemelos| VegasPeteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora