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- Dios, tienen el mismo ingenio que su padre - Pete murmuró y Kan rio asintiendo en acuerdo a aquella oración.

Una hora después, una taza de té de manzanilla y múltiples pañuelos para Pete, los gemelos le habían aclarado ante todo a su sensible padre. Desde el momento en que se conocieron hasta el cambio de lugares.

- Dios. Ya decía que era raro que Phayu estuviera tan cariñoso conmigo - Ambos gemelos rieron a carcajadas haciendo que el corazón de su padre se acelerara - ¿Papá Vegas sigue siendo un asco en la cocina? - Pete le preguntó con una tierna sonrisa y un brillo reluciente en sus ojos a Venice.

El menor asintió.

- El peor de todos. Pero los vegetales en bolsa y las cenas de microondas le quedan increíbles - Pete rio a carcajadas y ambos gemelos sonrieron.

- Papá - Phayu habló y Pete con una suave sonrisa le miró. Sus ojos brillando de felicidad - nosotros hicimos este plan con un... ¿uh? 

- Propósito - Venice completó la frase de su hermano, quien le sonrió mientras asentía en dirección hacia su padre - Ahí es donde entras tú - Pete miró confundido a sus hijos, dándole una leve mirada a Kan quien tan solo se encogió de hombros.

- ¿Y cuál sería ese propósito? - preguntó Pete con una pequeña sonrisa y la curiosidad marcado en su tono de voz.

Venice y Phayu seguir una mirada preocupada, convencer a sus padres para que volvieran, iba a ser difícil.

- Venice y yo, nos sentimos muy bien juntos, nunca quise estar solo todo el tiempo, y ¡Ahora tengo un hermano gemelo! - Phayu dice en un eje desesperado, el castaño mayor ladea la cabeza sin entender bien lo que quiere decir.

- Lo que queremos decir, es que queremos ser una familia - Venice, quien está sentado al lado de Pete, se apoya en su hombro.

Kan suspira por lo bajo, intentando no rodar los ojos, sus nietos están más perdidos que nunca.

- Pero ya somos una familia - Pete recuerda, rodeando al niño con sus brazos.

- No, papá, me refiero a una familia unida, donde papá Vegas, Phayu , tú y yo vivamos juntos en una casa - los ojos de Pete se abren en sorpresa, el corazón va a salir corriendo de su pecho - Yo quiero tener un desayuno en familia, donde tú cocines para nosotros, y Phayu y yo discutamos como hermanos que somos, sin olvidar a papá Vegas que nos dice cuánto nos quiere.

Si, Pete iba a llorar por las palabras de su hijo. Ese sueño había sido una fantasía tan deseada cuando se enteró que estaba embarazado, tener lindas mañanas con su esposo e hijos. Pero todas esas fantasías se fueron a lo más hondo de su agenda, colocó el trabajo por encima de todo y terminó viviendo lejos del amor de su vida con uno de sus hijos.

- Oh bebé, no sabes cuanto he anhelado eso, pero es imposible - susurro Pete, sabiendo que el nudo de su garganta cortará su voz y romperá en llanto, él no quiere hacerlo enfrente de los niños y Kan.

- ¿Por que es imposible? - Phayu es quien cae de rodillas frente a su padre, mirándolo con un cachito de ilusión en los ojos.

- Fue hace doce años que me separé de Vegas, él debe ser feliz con alguien más - su labio inferior tiembla y Pete lo muerde, sus ojos comienzan a enrojecerse al igual que la punta de su nariz.

- ¡Papá Vegas te sigue amando! Nunca lo dejó de hacer - Venice asegura, asintiendo frenéticamente.

- ¿En verdad?

- Si, deberías escucharlo cada vez que habla de ti, como describe cuando te conocí en el crucero y las citas a las que fueron, el te ama desde siempre yo lo sé. Estoy seguro de que se alegrará muchísimo de verte, por favor vuelvan a estar juntos y seamos una familia - Venice entre lazos humanos con la de Pete, suplicando con su mirada junto con Phayu que lo observaban desde abajo.

Pete sube la mirada a Kan, esperando una aprobación de él. El hombre solo niega en una sonrisa, diciéndole que él mismo tiene que tomar la decisión.

- Cualquier decisión que tomes estará bien, tu sabes que siempre te voy a querer por ser el chico de bonita sonrisa que robo el corazón de mi hijo - Kan se une al abrazo que sus nietos han hecho contra el menudo cuerpo de Pete. Apretándolo contra el sillón de cuero - Sin mencionar que me diste mis primeros nietos, tan guapos como ustedes.

Pete ríe por eso, seca las lágrimas traicioneras del rostro para mirar a sus hijos, sus bebés que tuvo que separar meses después de su nacimiento. Se había perdido los primeros pasos y palabras de Venice, como Vegas perdió los de Phayu, tantos años lejos de su lugar como padre de su bebé.

No quería perder más años, como la graduación de Secundaria y Universidad, cuando su hijo se enamore y vaya a casarse. Él quería pertenecer en el vacío que Venice necesitaba, Phayu debía conocer y querer a Vegas, ambos necesitaban el amor faltante de él y Vegas.

- Está bien, iré a buscar a Vegas, solo por ustedes - sus hijos reprocharon, negando con el rostro enterrado en su pecho - Tengo que hablar con él, ustedes son mi prioridad antes que cualquier cosa, no estoy de acuerdo en hacer esto solo.

Venice aceptó. Tampoco dejaría que Peter lo buscara y tratará de conquistar a Vegas, ambos se tenían que confesar su amor, ese que nunca terminó.

- Entonces vayamos a casa - Phayu salta poniéndose de pie, él junto con Venice comienzan a tirar de Pete fuera del sillón.

- ¿Ahora? - Pete pone fuerza, negándose en ver al hombre tan pronto.

- Si papá, ahora - Venice hace un puchero

- ¿ No son suficientes sentimientos encontrados por hoy? - Kan rie, Pete suspira en resignación y sigue a sus hijos a la puerta principal.

Él sería esta vez quien buscaría hoy al moreno como Vegas lo hizo hace catorce años atrás.

. . . . 

El labio de Pete tarde de lo lastimado que está, se encargó de morderlo durante todo el camino a casa de Vegas que terminó por reventar. Los nervios y miedo por ver a su ex esposo después de tantos años, hacía que su cuerpo flaqueara y su corazón no parara de latir rápidamente, apostaba que se desplomaría frente al moreno.

Tragó la saliva pesadamente cuando escuchó las llaves de Kan crujir en la puerta, Venice lo abrazaba por el costado, sonriéndole para tranquilizarlo. Phayu entró después del hombre y Pete sentía las rodillas afligirse.

Kan entró por lo que creía que era la cocina, sus hijos le señalan que esperara un poco para que entrara después de ellos. Pete comenzó una serie de respiraciones, hice una mueca al morderse el labio recordando que está lastimado.

Entonces lo escuchó.

- Por fin llegan, creí que tendría que hacer la comida yo solo - Vegas sale de las alacenas dejando unas sartenes en la isla.

- No es para tanto papá - Phayu le dice burlesco.

Vegas gira para robarle los ojos a su hijo, pero boquea como pez al ver un conjunto de ropa tan pulcra en su hijo.

- ¿ La abuela botó tus trapos de vagabundo? Esa ropa cuesta una fortuna ¿lo sabes? - Vegas analiza al niño dándole un pulgar arriba.

- No, esta ropa me la diseño papá Pete - Phayu dice con una sonrisa socarrona, recarga el codo en la isla mientras cruza sus piernas.

Vegas parpadea ante la mención de Pete.

- ¿ Así que trapos de vagabundo?- Vegas gira sus talones, encontrando a Venice detrás suyo. Le mira con los brazos cruzados y una ceja alzada pero mantiene esa sonrisa que tanto le recuerda a Pete.

El moreno está tan confundido que solo sabe que su cuello se quebrará si mira de un lado a otro. Sus dos hijos están en su espacio personal, mirándole con complicidad. 

- ¡Papá, puedes pasar! - grita Venice

Vegas dirige la mirada a la puerta donde Pete entra con una sonrisa timida, se detiene en medio de la cocina y agita la mano.

- Hola Vegas 

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¿Quieren saber que pasará?

Hagan sus teorías, la mejor se lleva una dedicación

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Juego de Gemelos| VegasPeteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora