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Pete espera a su hijo en la sala mientras se envía mensajes con Vegas. Sonreía tontamente a leer los emoticonos enamorados que recibe del moreno, cuando él escucha las pisadas de Venice por las escaleras, tuvo que despedirse de Vegas.

El gemelo sonrió a su padre, lo abrazó dirigiéndose a la puerta. Pete dejó poner su música en el auto, se sorprendió cuando ambos cantaban las canciones sintiéndose conectado por tener algunos gustos por igual.

Todo el camino fue divertido y aun que Venice lucia como un niño pequeño era feliz, no compartió su infancia con Pete y hacerlo ahora le llenaba el vaso de su corazón.

- ¿Por donde quieres empezar? - preguntó Pete en una luz roja, mirando con ternura a su hijo quien miraba alrededor en busca de su primera actividad.

- No lo se - se alza de hombros fijando la mirada en Pete - ¿Me enseñarías la ciudad?

- Claro - chilló Pete acelerando en la luz verde.

(...)

Vegas sonrió a la imagen que Pete le envío, en la pantalla se extendía la figura de su hija y Pete sonriendo en grande con copas de helado sobre una mesa que al parecer era de un local al aire libre. Inmediatamente lo guardo en su galería y lo envío por correo a su asistente, pidiendo que lo sacara a imagen física.

Bloqueo el móvil y regreso a su trabajo en la computadora, intentando despejar al castaño de su mente. Después de tantos años recordándolo y anhelando su presencia, por fin lo tenía a su lado de nuevo. Tenía también a Phayu y eso era todo lo que necesitaba para ser el hombre más feliz, sus dos hijos que orgullosamente cargó Pete.

De solo pensar que los gemelos son suyo y de Pete, le crea un sentimiento de posesividad. No tiene intenciones de soltarlos por un tiempo, no estuvo con ellos por un buen tiempo y ahora no tenía mucho tiempo con Pete para recompensar los doce años de separación, demonios ¿en que pensaban en divorciarse si eran felices? Fueron algo egoístas por querer lograr sus sueños sin siquiera pensar mucho en la falta que se harían ambos y sus hijos.

Pero eso era el pasado y ahora su presente, eran ellos, y no los perdería por nada del mundo. Ellos eran su verdadero sueño.

- ¿Señor Theerapanyakul? Los inversionistas llegaron - La asistente de Vegas habló con una suave sonrisa, el moreno asintió y apagando la pantalla de su computador se puso de pie.

- Lleva los gráficos y presupuestos en diez minutos, por favor - le dijo para luego pasar al lado de la mujer y dirigirse a la sala de juntas.

Aún le quedaban varias horas de trabajo

(...)

Pete sonrió enternecido viendo a su hijo sonreír de oreja a oreja. Amaba esa adorable sonrisa.

- ¿Sabes? Podríamos ir a comprarte un poco de ropa nueva - Venice miro a su padre, ojos curiosos brillando de felicidad - Me gusta tu ropa, pero aún así, podríamos probar otro estilo ¿No?

Venice asintió levemente

- Vamos, así papá y Phayu dejan de decir que parezco un vago - Phayu rio y abrazando a su hijo, beso su cabellera.

- Vago y todo te quiero, cariño - El menor sonrió encanta y abrazo a su padre.

- Yo también te quiero

Y con esas últimas palabras ambos se dirigieron abrazados a alguna tienda donde pudieran conseguirle ropa nueva a Venice.

(...)

Pete rio divertido ante la mueca en los labios de Venice, El chico odiaba tanto las compras como Vegas y Phayu.

- Un conjunto más y te prometo que normalmente iremos a casa - Venice asintió resignado ante el pedido de su padre. No le podía decir que no al hombre.

Juego de Gemelos| VegasPeteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora