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Pete sintió sus labios secarse ante aquella pregunta. La palabra amor era muy grande.

- Amor - susurro el castaño y de inmediato se mordió la lengua. Maldición, debería cerrar la boca pronto - Uhm, digo, Vegas, yo... - El moreno sonrió ante el nerviosismo del castaño. Acariciando la cintura del menor por sobre la ropa, beso suavemente su mejilla.

- Iremos lento, lo prometo - Pete se sonrojo y bajo su vista - Dime que si - suplicó en una sonrisa seductora en cual Pete no podía negarse.

- ¿Lento? - Vegas asintió - Entonces estaría bien para mi - El castaño sonrió tímido bajo la mirada de su ex esposo.

- ¿Lo dices enserio? - Pete rio por la sorpresa de Vegas, como si este no creyera que aceptaría tan fácil.

- ¿Esperas que dijera no? - el moreno negó bajando para besar su frente.

- No, pero no creí que dirías si, estaba a punto de ponerme en rodillas si te negabas - allí Vegas extendió más las comisuras de sus labios al escuchar las risas del hombre más pequeño.

- De haber sabido hubiera negado un poco más - dijo Pete

- Cruel - Vegas volvió a bajar para besar, ahora, nariz - ¿Te quedas a comer? - sus manos acariciaron la espalda baja de Pete, provocándole cosquillas.

- Me gastaría

- Vegas y Pete caminan fuera de la oficina aun con los cuerpos unidos, siguen riendo por todo el pasillo hasta llegar a la cocina donde el padre de Vegas se encuentra. El gira con un lindo mandil en el cuerpo, y la sonrisa que se extiende en su rostro muestra satisfacción por el aura positiva de los hombres.

- Veo que han llegado a un buen acuerdo - Kan escucha animado, cruza los brazos para saber los planes de su hijo y Pete.

Pete se encogió en los brazos de Vegas, mordiéndose los labios como siempre. El moreno giro los ojos por la actitud adorable del castaño y miro a su padre.

- Decidimos intentar de nuevo nuestra relación, ir lento porque los chicos necesitan de nosotros - Vegas arrastró una silla de la isla central para Pete, lo ayudo a sentarse ya que esta era alta para la media estatura del castaño.

- ¡Eso me alegra! Ustedes merecen ser felices, fue muy injusto que se terminara su matrimonio por asuntos del trabajo - La mujer sacudía la mano dándoles la espalda, siguiendo con los filetes de carne que dejo a fuego medio.

Pete sonrió para Vegas quien seguía de pie aun lado suyo, las pisadas proveniente de las escaleras hizo callar al moreno.

Phayu y Venice entraron a empujones, al mirar a sus padres con sonrisas encantadoras, ellos también lo hicieron. Todos juntos iban a ser una familia por fin.

Kan no dejó que atacaran al castaño con preguntas que lo agobiarían, así que los mandó a colocar la mesa. Los gemelos reprochaban pero chocaban los puños a escondidas cada vez que entraban a la cocina por lo que faltaba y miraba a papá Vegas robar besos en el rostro de papá Pete, ruborizándolo.

- Ya detente, Vegas - dijo Pete a la vez que soltaba una adorable risita. Vegas negó y volvió a dejar un suave beso en la mejilla de Pete.

- No, no puedo ahora que tengo en mis brazos - ronroneo en la piel del castaño.

- Par de enamorados, vengan a almorzar - Ambos hombres se sobresaltaron al escuchar la voz del padre de Vegas llamándoles. Riendo, Kan se alejó con una sonrisa hacia al comedor donde sus dos nietos esperaban pacientemente.

Pete bajo del taburete y se dirigió hacia el comedor con Pete a su lado. Ambos con grandes sonrisas en sus labios.

Todos tomaron asientos, comenzando así con el almuerzo.

(...)

Estruendosas carcajadas se escucharon nuevamente en la mesa, tal y como había sido durante todo el almuerzo.

- En serio - dijo Vegas con una sonrisa, Pete negó divertido - Venice a los cuatro años dormía prácticamente todo el día. Siempre recuerdo cuando un día estábamos jugando a las escondidas y luego de quince minutos no lo encontraba - Vegas rio y los gemelos miraban con atención a su padre - Llame a mi padre y a mi hermano, a todos prácticamente, estaba a punto de llamar a la policía cuando mi papá lo encontró - dijo riendo, Pete miro con una sonrisa al hombre.

- ¿Dónde se había escondido? - Preguntó Pete con una sonrisa, Kan rio y dejando su copa de lado, suspiro con una sonrisa.

- Estaba durmiendo, detrás del sofá - Nuevas carcajadas se escucharon en la mesa y Pete negó con una adorable sonrisa, viendo como las mejillas de su hijo se sonrojaban levemente.

- ¿En qué pensabas al descuidar de esa forma a mi hijo, Vegas? - Pete le dijo con burla, Vegas negó con una adorable sonrisa, viendo como las mejillas de su hijo se sonrojaban levemente.

- Oh vamos, no creí que se fuera a dormir detrás del sofá - Pete río y los gemelos sonrieron al ver a sus padres tan felices - ¿Acaso nunca te pasó algo así con Phayu?

Pete negó

- Phayu era todo lo contrario. El que terminaba sin energía al final del día era yo - Vegas y su padre rieron divertidos - La primera vez que lo lleve al estudio, andaba corriendo por todos lados, tenía a todos los chicos vueltos locos - Phayu se sonrojó y Venice se rio de aquello - Luego de una hora de verlo correr, lasa secretarias le pedian que fuera a dejar papeles de un lado a otro y los fotógrafos le pedían que trajera los accesorios de los modelos. Fue el día más productivo que la empresa alguna vez tuvo - Nuevamente se escucharon múltiples carcajadas.

Había sido el mejor almuerzo de la vida para todos de seguro, multiples charlas y anécdotas de los gemelos.

- Bien, ha sido un grato almuerzo, pero tengo que ir a hacer unas compras para la cena - Pete sonrió y Vegas asintió -¿Quieren venir chicos? Podemos comprar helado - Ambos gemelos sonrieron y rápidamente asintieron.

El moreno rio silenciosamente, su padre era tan obvio. Pero en estos momentos lo amaba más que nunca.

- Yo lavo y tu secas - Vegas le dijo con una sonrisa mientras tomaba los platos sucios y se dirigía a la cocina.

Pete sonrió tímidamente y a pasos tranquilos se dirigió a la cocina. Sentía su estómago hecho un nudo y no podía evitar aquella exquisita sensación recorrer su ser al sentirse como en aquellos viejos tiempos, cuando solo eran Vegas y él. Gozando de su compañía y de sus momentos a solas.

Tomando un puño, se dirigió al lado del moreno quién ya se encontraba levando los platos.

En un silencio cómodo ambos hombres se ocuparon de lavar y secar los platos, regalándose suaves roces, miradas cómplices y sonrisas encantadoras.

Todo se sentía tal y como hace dos años.

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50 comentarios y seguimos 


Juego de Gemelos| VegasPeteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora