Pete - Vegas logra decir, sus labios se han resecado y no tiene saliva suficiente para mojarlos.
Pete, su Pete está allí, en su cocina. Mirándole unicamente a él, sonriendo con esa misma sonrisa bonita que le conquistó. El hombre que es dueño de su corazón y los sueños húmedos que le persiguen desde años. Se sonroja por lo último, recordando que tuvo uno esa misma mañana, y ahora está evitando no ver al hombre de otra manera que no sea lujuriosa.
- ¿Sorprendente no? - Pete suelta una risilla, camina un par de pasos más quedando a medio metro de distancia.
Desde su lugar puede oler la fragancia sutil y ver la altura de Pete, comprobando que es la misma. Tan suave y pequeño, Pete tiene que subir un poco la mirada para verle. Sus hijos se unen en los costados del castaño y él desea poder rodear la cintura de Pete como los chicos lo hacen.
- Mucho si - frota su nuca y baja la mirada, dándose cuenta que todavía lleva puesto el pijama. Un poco desordenado porque se encargo de finalizar el sueño caliente con el que despertó.
El iba a morir de vergüenza.
- ¿ Cómo es qué pasó todo esto? - señala con el dedo a Phayu y Venice.
- Para no hacerte la historia larga, Venice y yo nos conocimos en la escuela, somos compañeros de asiento. Y después supimos que ustedes son nuestros padres y decidimos cambiar para conocer al otro, y aquí estamos - Phayu sonríe enseñando sus dientes, Venice se alza de hombros y se recarga en Pete, solo para aspirar la fragancia.
- ¿Phayu ha estado todos estos días conmigo mientras Venice estaba contigo? - Pete asiente también sorprendido por las acciones de sus hijos - Wow.
- Ahora qué saben la verdad, ustedes dos tienen que hablar de esto - Kan comenta dejando su café frío, el deshace el agarre de los chicos en Pete y los empuja fuera de la cocina.
- Vamos a mi oficina - ambos salen al paseo principal y caminan hasta el fondo de este, Vegas le indica la puerta de cristal y la abre para él.
Pete entra al despacho, mirando los estantes del suelo al techo repletos de libros. El sillón individual de cuero negro y la mesita a un lado, y el grande escritorio de madera fina y brillante. Todo tan magnífico y justo para el gusto del moreno.
Vegas cierra la puerta y corre las pequeñas cortinas que están en la parte inferior, evitando la entrada visual desde el exterior.
- ¿Desde cuando lo sabes? - preguntó Vegas.
- Hace aproximadamente una hora - rie el castaño, quien le da la espalda al moreno. El esta entretenido por la placa de oro con el grabado Mr Theerapanyakul.
- Nos tomaron por sorpresa - dice acercándose, el moreno se recarga en el escritorio aun lado de Pete.
- Si - acepta - fueron más listos que nosotros, cambiar de lugares y nunca nos dimos cuenta, ellos debieron planear esto desde hace tiempo - los ojos dorados buscan los pardos de Vegas, envolviéndolo en un brillo nuevo.
- Nunca sospeché nada, Phayu actuó totalmente como Venice - el moreno cruza los brazos en su pecho, sin apartar la mirada, hay un aura extraña a su alrededor que no quiere destruir.
- Yo tampoco, aun que si estuve algo confundido por la actitud cariñosa de Phayu y ahora se que era Venice el que estaba conmigo.
- Venice siempre esperó tener tu amor - Pete sonrie al escuchar esas palabras.
Él también espero darle amor a su hijo.
- Me alegra saber que los chicos no estén molestos por ocultar este secreto
Ambos están de acuerdo con eso, sus hijos no tomaron mal la noticia más bien estaban planeando juntarlos de nuevo.
Un silencio se disparó por toda la habitación, el aura íntima no desaparece pero deja sin palabras a los dos. Pete se dedica a mirar a su alrededor y Vegas solo contempla al castaño, empieza con el cabello corto y termina en los pantalones ajustados.
- Sigues teniendo un cabello bonito - de repente dice Vegas, atreviéndose a tocar el cabello de Pete.
- Gracias - Pete se sonroja, tan tímido como lo recuerda Vegas.
- Venice deja crecer su flequillo - los dedos ásperos del moreno se enredan en los cabellos detrás del oído de Pete - Dice que quiere conservar un parecido a ti, y eso me gusta por que puedo recordarte todos los días.
Él esta delineando la suave mandíbula de Pete, bajando hasta el cuello, justo donde se encuentra la yugular. La pulsación es rápida y Vegas la siente, acaricia la caliente piel tan gentil como puede.
- ¿Vegas que haces? - Pete pregunta en un murmuro, el moreno se esta inclinando hasta presionar sus labios en el mismo lugar donde acaricio.
El moreno se maldice internamente por no ser capaz de controlarse, pero quién lo puede culpar al tener al dueño de su corazón y de sus sueños frente a él. Sintiendo su aroma y su calor. Sintiéndolo más cerca que nunca luego de doce años.
Él simplemente no se podía resistir.
- Solo, déjame besar un poco aquí - el aliento que suelta al contestar, se golpea en la piel de Pete, haciéndolo temblar.
Pete jadea cuando el brazo del Moreno le rodea por la cintura y los atrae a su cuerpo, y con su mano libre la toma la mandíbula para alzarla hacia el lado contrario, así teniendo más espacio. Vegas besa y chupa la piel, deleitándose por la textura lechosa.
Los recuerdos viajan de nuevo a sus mentes cuando Vegas sorprendía al menor en la cocina por detrás y besaba el cuello, o cuando hacían el amor y Vegas se encargaba de chupar allí, en su punto débil como último paso para un grandioso orgasmo.
- Vegas, espera - Pete se sujeta del hombro y nuca de Vegas, tirando sin fuerza los cabellos oscuros.
- Un poco más - los dientes aparecen, solo mordisquea casi en un roce. El castaño se desploma en el cuerpo del moreno, perdiendo todo control de sus piernas.
Soltando el rostro de Pete, me vas a bajar a mano hasta la espalda baja, apoyándola allí. No son segundos cuando deslizan más abajo y aprieta una mejilla del trasero, ganándose un gemidito de Pete.
Pete saca fuerza de voluntad para alejar la boca de su cuello, su respiración es irregular y siente las mejillas calientes.
- Me estoy abochornando - Pete se apoya en el escritorio mientras el moreno aún mantiene los ojos cerrados. Pestañeando levemente, abrió sus ojos mirando al castaño frente a él.
- Me gustaria disculparme... - Pete mordió su ya muy lastimado labio - Pero honestamente, no lamento haber hecho lo que acabo de hacer - le dijo el pelinegro mirándole con anhelo y deseo.
Pete reprimió un gemido que quiso escapar de sus labios al ver la ardiente mirada del moreno sobre él. Cada célula de su ser vibraba en anhelo, de sentir nuevamente al moreno cerca suyo.
- Y tampoco pienso disculparme por esto - Murmuro con su voz más ronca que nunca mientras que con tres rápidos pasos se acercó a Pete acorralándolo por completo.
Ambas miradas conectadas, las manos del moreno acunaron el rostro de Pete, y las del castaño colaron a los fuertes brazos de Vegas.
- Vegas... - El nombre del pelinegro salió en forma de suplica de los rosados labios.
Ambos querían esto. Pero el destino no.
Múltiples golpes en la puerta de la oficina y lo siguiente que ambos supieron es que Vegas se había alejado de él a la vez que sus hijos entraban como un tornado al lugar.
La próxima vez será.
._________________________.
Mañana continuo con el maratón.
50 comentarios.
Déjenme en los comentarios si hay alguna novela que queráis leer en VegasPete o BibleBuild.
ESTÁS LEYENDO
Juego de Gemelos| VegasPete
FanfictionADAPTACIÓN Phayu y Venice descubren un secreto que involucra a sus padres.