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Pete colgó el teléfono volviendo a la cocina, Venice comía otro par de panqueques con fresas en la parte de arriba y un gran vaso de batido de chocolate. El castaño mayor volvió a sentarse a un lado de su hijo, dio un trago a su café mirando de reojo al pequeño.

- Phayu

- ¿Si? - Contesto con la boca llena

- Me necesitan en el estudio, ¿quieres acompañarme? -  el brillo de ilusión que se disparó en los ojos de Pete, hizo saber al niño que debía aceptar. De todas formas lo haría sin dudar.

Venice aprovecharía todo el tiempo posible con su padre.

- Claro - Venice trago su comida y bajó de la silla - Iré a cambiarme - salió corriendo de la cocina, dejando a un Pete sorprendido.

Después de una hora, ambos estaban fuera del estudio de Pete en el centro de la ciudad. Esa mañana había una ligera lluvia, lo que hacía que las personas corrieran por las aceras en un intento de mojarse lo menos posible. Peter llevaba un paraguas lo suficientemente grande para cubrirse del agua. Venice miraba entusiasmado el lugar, el estudio era de tres pisos la primera planta se encontraba las oficinas, la segunda los estudios para secciones de fotos y el tercero las oficinas de diseño. Phayu menciono que esa planta, todos corrían como locos y un piso tapizado por papeles con dibujos cubría el suelo.

Al entrar el recibidor había tres chicas atendiendo a los teléfonos mientras tecleaban en los ordenadores. Pete la saludó con la mano y un hombre se acercó a tomar el paraguas húmedo, Venice no podía cerrar la boca de la impresión, los empleados caminaban en ropa pulcra y tenían pinta de haber sido sacados de una revista.

- Iré a recoger unos bocetos al estudio, mientras puedes esperarme en el estudio de fotografía - Venice asintió, siguió a su padre a las escaleras y ambos subieron tranquilamente.

Cuando llegaron al segundo piso, Venice se dirigió al estudio de fotografía y Pete siguió de largo dirigiéndose al estudio mientras Venice comenzó a husmear por ahí.

Había múltiples fotos, distintos modelos usando unos diseños increíbles y en varias de las imágenes, aparecía su padre junto a varios diseñadores de prestigio.

- Rápido, rápido, traigan el fondo blanco y colóquenlo, quiero aprovechar este clima, me inspira - dijo un hombre vistiendo extravagantes ropas y dando indicaciones. Venice se sobresaltó, estaba demasiado concentrado observando las fotos - ¿Quién es el?

Varias miradas se posaron en su persona, haciéndole sonrojar.

- ¿Quién eres tú? Estás interrumpiendo mi ambiente de inspiración - Venice frunció el ceño un tanto molesto.

- Me llamo Phayu, soy el hijo de Pete. - dijo con orgullo, el fotógrafo abrió su boca sorprendido.

- Imposible que ese hombre tenga un hijo - Exclamó, Venice bufó.

Si supieras que no es uno, si no dos...

- Bueno si no me crees, pregúntaselo tú - dijo mientras apuntaba con su mentón a Pete, quien veía confundido todo.

Phayu nunca había mostrado un carácter tan fuerte, al menos no solía enfrentarse así a la gente. Tal vez su hijo estaba finalmente creciendo, la verdad no entendía nada.

- ¿Es tu hijo? - Pitt se sorprendió ante la pregunta de Porschay, el fotógrafo.

- Sí, sí lo es. Estar aquí acompañándome, espero que no te moleste - el hombre abrió y cerró su boca y luego negó.

- Como sea, quiere alguien pedirle a la modelo que venga, mi tiempo es oro. - Pete se acercó a su hijo quien le sonrió

- Lamento eso, Porschay es nuevo y digamos que tiene una personalidad bastante... peculiar - Venice asintió ante lo dicho y abrazó a su papá, sorprendiéndole.

- Esta bien, no me preocupa.

El castaño sonrió al ver a su hijo, mirándole con sus chillantes ojos. Amaba a su pequeño.

- Cuando terminemos con esto, te llevaré a almorzar ¿sí bebé? - Venice hola sonrió encantado de ser mimado por su padre y asintió.

Separándose del abrazo, Venice se fue a sentar alejado del fotógrafo y los modelos, viendo cómo su padre tomaba el control de la situación.

- Levanta un poco la barbilla, cielo - habló con ternura el castaño mayor hacia la notablemente nerviosa modelo - Ahora sonríe, disfruta de esto. - La modelo río encantada y Porschay comenzó a tomar múltiples fotos, Venice sonrió orgulloso de su padre.

La sesión continúa sin problemas, Pete se hizo cargo de todo, con una suave sonrisa y palabras de apoyo. Tres horas después todo se había acabado finalmente. 

- Bien, vamos a comer - Venice sonrió ansioso, moría de hambre.

Colocándose sus gabardinas, los dos castaños salieron del elegante estudio para caminar calle abajo.

Tomando la mano de su hijo, Pete cruzó la calle.

- ¿Papá? - Pete miró al menor con una sonrisa - ¿Me responderás algún día la pregunta que te hice anoche? - Pete rio suavemente y sostuvo firmemente el paraguas.

- Me recuerdas mucho a tu padre- Venice sonrió emocionado - Eres tan testarudo como él. Siempre que quería saber algo, insistía e insistía, si no era con palabras, te miraba fijamente poniéndote nervioso hasta que decías lo que ocultabas - Dijo riendo.

- ¿Enserio? - Venice río divertido ante la idea de ver a sus padres jugando a las miradas para no decir algo.

- Dios, si. Era horrible - Venice sonrió - Pero bueno, sobre tu pregunta. ¿Es muy necesario que sepas la respuesta? - El menor asintió - ¿Y si te dejo comer dos porciones de postre? - Negoció y Venice rio.

- Papá, no funcionará. Quiero saber - Le dijo para luego hacer un puchero y mirarlo con su mejor sonrisa.

Pete suspiró derrotado.

- Aun lo amo, cariño. Es imposible que olvides a tu primer amor - le murmuró con cierto deje de melancolía - Muero por un buen trozo de lasaña ¿tu no? - le dijo Pete mientras cerraba el paraguas y abría la puerta del restaurante para su hijo.

El menor le miró atentamente para luego sonreír levemente y asentir.

- Claro, aunque nada nunca superará tu brócoli con queso - dijo el menor sonriente mientras acariciaba su estómago.

Pete comenzó a reír y negó divertido.

- Deja de adularme, ya siento que me cambiaran de hijo - se burló y Venice trató de disfrazar su nerviosismo.

Río tontamente.

- Que dices, papá. Mejor vamos a comer. Ese trozo de lasaña me llama - te dijo antes de rápidamente dirigirse a una mesa con Pete siguiéndole.

Su corazón latía a toda velocidad, maldición, comenzaba a dudar de que este plan fuera a durar mucho.

Y eso, no sería bueno.

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¿Quieren ganarse un maratón?

He visto que hay muchas que quieren saber que va a pasar con Vegas y Pete, para que haya un maratón deben comentar sinceramente que les parece lo que llevo de novela, que es lo que más le gusta y que piensan que pasará en los próximos capítulos.

Si hay comentarios positivos y votos, tendrán maratón el fin de semana donde aparezca por fin el VegasPete.

SL

Juego de Gemelos| VegasPeteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora