Escribí el nombre de Cheril en el buscador. Aunque aparecieron varias chicas del mismo nombre, no fue muy difícil identificarla. Entré a su perfil y revisé su información. Era mayor que yo por unos meses. Confirmé que no vivía en Villa Hortensias, sino en otro sector de mi ciudad, y vi otros datos sin mucha importancia. Seguí mirando y crucé por las fotos. Mi pulgar se detuvo sobre el ícono.
«¿Estás seguro de que está bien que hagas esto, Will?», me pregunté. Respiré profundo. «Solo quiero sacarla de mi mente, es todo», fue mi respuesta antes de presionarlo, un poco dudoso.
No iba a mirar demás, no quería pecar. Solo quería conocerla un poco mejor. Bien podría darme cuenta de que realmente era la buena chica que tenía la impresión que era y de esa manera estar un poco más tranquilo pensando que solo había actuado así para divertirse un poco conmigo, o bien podría simplemente descubrir que sí era una chica de pensamientos y actitudes totalmente malintencionados, de modo que me permitiera tomar más fácilmente la firme decisión de no dejarme llevar por sus encantos.
—De paso, quizás podrías admirar un poco la hermosura de la creación de Dios; sin pasarte de la raya ni dejar que la imaginación vaya muy lejos, claro —opinó mi corazón. Se oía ya tan fuerte y claro que casi podía verlo sentado junto a mí en el sofá, cruzado de piernas, con una apariencia similar a la mía—. Solo vas a ver un lindo rostro y suspirar un poco. Eso no es pecado. Vas a ver sus fotos como lo harías con las de alguna amiga o hermana, mirarás su hermosa sonrisa, lo fotogénica que es y conocerás un poco su personalidad. Seguro que así no piensas más en ella.
Bueno, podía tener razón en eso.
Deslicé mi pulgar sobre la pantalla pasando las fotos. Tenía algunas fotos bastante naturales. Incluso algunas me parecieron un poco divertidas. Como me esperaba de ella, empezó a aparecer una que otra foto sugerente, pero las hacía pasar rápidamente para no fijarme. Se sentía como jugar a la ruleta rusa.
Hasta entonces todo iba bastante bien, incluso me parecía haber descubierto que ella no siempre había sido igual. Las publicaciones más antiguas mostraban a una chica más inocente, abierta y con más amistades. Una que disfrutaba de historias de amor cursis y compartía frases de soñadora. Pero en algún momento había cambiado. ¿Cosas de la adolescencia, quizás?
Vi algunas fotos más, hasta que me topé con una en la playa. Su traje de baño revelaba bastante piel y ella había posado para la cámara como toda una modelo de revista. Entonces caí en la cuenta de que me había detenido a analizar esa foto mucho más tiempo del que debía. Me pareció ver al otro Will dejar de cruzar las piernas para apoyar los antebrazos en ellas y así verme al rostro.
—Hay mucho qué mirar ahí, ¿no? —dijo con calma.
Mis latidos se apresuraron e, irritado, salí de la red social lo más rápido que pude. Lancé mi teléfono en el sofá junto a mí. Me sentía sucio, culpable, enojado conmigo mismo, preguntándome cómo había dejado que las cosas llegaran hasta allí. Quise culpar a Cheril, pero yo estaba consciente, desde un principio, de que entrar a aquella galería terminaría de esa forma. Y, debía ser sincero, una parte de mí había deseado que terminara de esa forma.
En realidad, no era la primera vez que ocurría. Hacía mucho tiempo que había tomado la decisión de no pecar, pero desde mi relación con Gabriela no había dejado de negociar con el pecado, permitiendo algo que consideraba pequeño, de vez en cuando, para calmar los deseos desenfrenados de mi corazón. Cuando llegaban esos momentos, incluso si no había una nueva chica que me atrajera, por lo menos entraba al perfil de Gabriela y volvía a perderme en sus hermosos ojos oscuros y su cabellera negra. Muchas veces terminaba sintiendo que había aliviado mis deseos solo con ello y que no había pecado, pero otras, las cosas terminaban como en esa tarde.
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Lo que dicta el corazón 2
Ficção AdolescenteWilliam y Sara se ven forzados a cambiar de escuela. Cristofer, un joven cristiano entre sus nuevos compañeros, empieza a buscar ocasión para compartir con ellos. Es querido por todos y parece llevarse bien con Sara, pero por alguna razón que ni el...