Capítulo 10.

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-¡Ashton, despierta! ¡Tienes que ir a trabajar!- grite abriendo la puerta de su habitación.

-Dios mío, Lauren, prefería cuando no tenías confianza conmigo y no me despertabas a gritos- murmuró levantándose de la cama.

Y es que llevaba una semana aquí, junto con Luke y Ashton.

Con Ashton comenzaba a tener confianza, era un muy buen amigo, me ayudaba.

Luke era un cielo, me llevaba al instituto todos los días, luego venía a buscarme y no me dejaba sola ni un momento.

Mis padres habían intentado localizarme prácticamente todos los días. Hasta mi padre se presentó en mi instituto, y si no llega a estar Luke, seguramente mi pesadilla habría vuelto. Había visto a mi madre un par de veces en la puerta del colegio, seguía sin saber que pasó ese día, querría decirle donde estaba pero me daba miedo que mi padre lo descubriera de alguna manera.

Hoy era viernes, pero no tenía clases.

Aún así, tenía que despertar a Ashton. Era como la madre de la casa.

Decidí ir a correr mientras Luke dormía.

Mi padre a estas horas ya estaba en el trabajo y él seguía sin saber donde estaba, así que las posibilidades de encontrármelo eran nulas.

Me puse unas mallas y una sudadera, cogí mis cascos y mi movil y salí de casa.

Seleccioné el álbum "No Sound Without Silence" de The Script, y en cuanto comenzó a sonar "No good in goodbye" yo ya estaba corriendo.

No tenía un rumbo fijo ni corría en alguna dirección concreta, sólo corría donde mi mente quisiera llevarme.

No era una chica deportista ni me obsesionaba tener buen cuerpo, sólo corría cuando mi cabeza necesita un respiro, y hoy, era uno de esos días.

Así que llevaba más de media hora corriendo cuando me encontré a mí misma yendo hacia la playa.

Esa playa quizás sea el único lugar en el que fui mínimamente feliz.

Veníamos cuando era pequeña y me pasaba horas y horas haciendo castillos de arena. Jugaba a imaginar que era la princesa que vivía dentro.

Recuerdo un día, en el que mi padre me ayudó a construir uno muy grande. Estábamos los dos en la orilla, llenando cubos con agua y arena para luego construir con eso nuestro fuerte.

Ese día fue especial, porque mi padre siempre pasó de mí, nunca hacíamos nada juntos ni quería estar conmigo excepto aquella vez.

Ahora sé porque.

Corrí por todo el largo de la playa hasta llegar a mi lugar preferido de esta.

Me senté en la arena y observé el mar.

Me gusta pensar que las olas siempre estarán ahí.

No importa todo lo que pase, si hay guerras, si la gente muere, las olas siempre estarán ahí para llevarse consigo todo lo demás.

En cambio, no me podían llevar a mí hoy.

No podía evitar pensarlo, incluso teniendo a Luke.

Simplemente mi vida estaba arruinada.

Y tampoco parecía que fuera a mejorar.

Así que lloré, lloré como nunca antes.

Si algo sé ahora, es que las personas se acostumbran fácilmente a la felicidad, pero cuando eres terriblemente infeliz, incluso años y años como yo, simplemente no te haces a ello.

The Neighbour // l.h #Wattys2015Donde viven las historias. Descúbrelo ahora