Después de un mes sin contacto con el mundo exterior, había perdido más de siete kilos.
Era una vista horrible. Se me notaban todas las costillas, las clavículas e incluso la pelvis. Era asqueroso, pero no lo hacía a posta, simplemente después de todo lo ocurrido lo que menos me apetecía hacer era comer. Me alimentaba prácticamente del aire y en muy pocas ocasiones bajé al supermercado. Estaba pálida y sin fuerzas, pero en realidad no me molestaba.
Por desgracia, solo tenía dinero para pagar el alquiler de un mes, así que debía buscar un trabajo si no quería verme de patitas en la calle, aunque sinceramente, ya no me importaría.
Decidí ir a la calle y no volver hasta que encontrara una fuente de ingresos, por eso me estaba preparando algo más decentemente de lo que en estos días estaba acostumbrada cuando sonó el timbre.
-Buenos días, Lauren- saludó Blake al abrir la puerta principal.
-Hola- intenté sonreír, pero simplemente no pude.
-Hey, ¿qué te pasa?- dijo cogiendo mis muñecas e intenté ignorar el hecho de que era él y no Luke quien estaba haciéndolo.
No pude resistirlo más y rompí a llorar. Había pasado un mes y seguía doliendo como el primer día, no esperaba que se pasara mágicamente, pero el dolor ya era inaguantable.
-Has perdido mucho peso- me sorprendió su gran memoria anatómica, pues la última vez que nos vimos fue la primera, en el avión -Venga ya, ¿qué cosa tan importante has dejado en Sidney para hacer llorar a una chica tan preciosa como tú?
Ignoré el cumplido que me acababa de hacer, no quería volver a escuchar ninguna palabra amable de ningún chico, sean cuales sean sus intenciones.
-Es una historia complicada...- susurré entre lágrimas. Últimamente parecía una fuente infinita de agua.
-Oh hoy es domingo, tengo tiempo.
Le conté toda la historia. Como tenía un padre repugnante, y como intentó abusar de mí antes de que Luke saltara por la ventana y me salvara. Que nos fuimos a vivir juntos, que me ha tratado como nunca nadie antes lo ha hecho, que me engañó y que le amo.
-Este mes no me ha bajado la regla y creo que tengo las hormonas un poco alteradas. Simplemente olvídalo, estoy bien, o al menos lo estaré.
No era propio de mí montar un numerito así delante de alguien. Simplemente llorar enfrente de una persona me parecía demasiado, y aquí estaba, acaba de contar la historia de mi vida a un casi completo desconocido y me sentía avergonzada.
¿Dónde está esa Lauren que aguantaba todo lo que le echaran?
-¿No estarás embarazada?- preguntó totalmente serio. Vaya tontería.
-Imposible- negué rotundamente.
-¿Eres virgen?- dijo asombrado. Abrí los ojos de golpe, no me esperaba esa pregunta.
-No...- negué sin entender cómo mi respuesta resolvería todo.
-Entonces no es tan imposible.
Dato: Blake es inteligente.
-Pero...solo lo he hecho una vez...en toda mi vida...- dije muerta de vergüenza. ¿Ven lo que les digo? No le conozco mucho, pero en cambio siento la confianza suficiente como para contarle todo esto.
-Una es suficiente- este chico siempre tenía que tener la razón.
-¿Podemos dejar de hablar de esto? No es realmente cómodo...
-Por supuesto.
-¿Sabes dónde puedo encontrar un trabajo?- pregunté sin rodeos. Había "malgastado" un mes entero llorando, y como no encuentre un trabajo cualquiera en menos de lo que acabe el mes, estoy acabada financiera y emocionalmente. Y doy gracias a que la universidad es gratis, la cual, por cierto, empiezo mañana.
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The Neighbour // l.h #Wattys2015
Fanfiction"-¿Quién eres? -Soy tu vecino. El que te mira por la ventana cuando llegas a casa y lo primero que haces es quitarte la falda del colegio porque no aguantas más ser alguien que no eres en realidad. -¿Cómo sabes tu eso? -Porque soy yo, tu vecino."