Capítulo 23.

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Por nuestro bromance Cer!

Después de una mañana llena de pruebas, por fin el médico dio su visto bueno.

-Cuando tengamos los resultados te llamaremos, pero de momento todo parece estar bien- fue la última palabra del doctor antes de irnos.

Salimos del hospital y entramos en el coche sobre la hora de comer.

-Quiero pizza- dije en cuanto me senté en el asiento del copiloto.

-¿Cuál es la palabra mágica?- respondió Luke como si fuera una niña pequeña.

-Por favor- contesté alargando las vocales. 

Después de cinco minutos circulando por las carreteras de un barrio de Sydney, encontramos una pizzería. Ambos pedimos un trozo de pizza barbacoa, a lo que en este establecimiento se referían con una porción más grande que tu cara.

-Dios, ¡está riquísima!- gruñí mientras me deleitaba con su sabor.

-Esta va a ser nuestra pizzería- dijo intentando hablar con la boca llena de comida, lo que era digno de ver.

-Y podemos venir todos los días- respondí emocionada.

-Bueno, una vez a la semana. Yo tengo que conservar este cuerpo- pronunció Luke como si fuera lo más obvio del mundo, o como si realmente hiciera algún esfuerzo por "conservar su cuerpo".

-Lo dice el tío que junto con Michael acabáis las existencias de pizza del mundo cada vez que os veis.

-Eso es cierto.

En cuanto llegamos a casa, me entraron unas repentinas ganas de ducharme (quizás no tan repentinas ya que llevaba un día y medio que había estado en el jodido hospital como un cerdo sin poder lavarme). Así que eso hice, me metí al baño y comencé a desnudarme.

-¡JODER LUKE!- grité recibiendo el susto de mi vida. Estaba quitándome la camiseta cuando "casualmente" sentí unas manos por mi espalda.

-¿Vamos a la ducha?- murmuró en mi oído mientras me seguía abrazando por detrás y yo intentaba recuperar la respiración.

-No, yo voy a la ducha- dije dándome la vuelta y encarándole, como si así tuviera más fuerza de voluntad y parar todo esto.

-Yo también quiero ir- contestó haciendo un puchero y besando mi cuello, lo que sólo me hacía las cosas más difíciles.

-Mi hermano no-muerto está apunto de venir y quiero causarle una primera impresión mejor que desmayarme al estilo de una dama victoriana en medio de un Starbucks- expliqué consiguiendo ganar a mi mente y por lo tanto, separándome de él.

-De acuerdo...- gruñó saliendo por fin del baño.

Me metí a la ducha y tardé unos diez minutos cuando ya estaba lista, lo que es un récord ya que entre mis conciertos y shows en la ducha suelo tardar mucho más.

Pero es que no podía evitar sentirme terriblemente nerviosa. ¿Y si no iba bien? ¿Y si piensa que soy idiota?

Intenté bloquear esos pensamientos cuando mientras terminaba de vestirme el timbre resonó por toda la casa. Era el momento. Ahora o nunca.

Fui corriendo al salón, donde Luke ya estaba abriendo y recibiendo a Ted. Tuvieron la típica conversación de hombres sobre si le había costado encontrar el apartamento y todos nos sentamos en el sofá para hablar.

-¿Quieres algo de beber, Ted?- le ofrecí amablemente.

-Té, por favor- contestó de igual manera.

-Yo querré otro, iré a ayudarte a prepararlos- se ofreció Luke.

Entramos a la cocina y me puse a preparar los tés con ayuda de Luke.

-Estoy nerviosa- le susurré mientras ponía agua a calentar.

-No tienes por qué estarlo, es tu hermano, todos amamos a nuestros hermanos y parece un buen tío. Todo va a salir genial- dijo besando mi sien.

No dejé de repetir las palabras de Luke en mi mente como si fuera algún tipo de mantra mientras llevaba la bandeja con las bebidas al salón. Todo va a salir bien, todo va a salir bien.

Cada uno cogió su té y se formó un silencio extraño, había tantas cosas que decir que era difícil empezar la conversación.

-No puedo creer que tenga una hermana- dijo Ted rompiendo el silencio con una sonrisa que tranquilizó mi interior.

-Yo no puedo creer que estés vivo- las palabras salieron antes de poder retenerlas.

-Sí, eso es una larga historia- suspiró como si el mero recuerdo fuera doloroso, y en realidad, así es -Me escapé de casa y luego me enteré de que a "nuestros padres"- dijo haciendo comillas en el aire -les parecía demasiado humillante que su hijo adolescente se hubiera ido de casa, así que dijeron a todos que había muerto, creo que tanto que hasta se lo acabaron creyendo.

-Pero... Peter me dijo que tardaron mucho en superarlo para tenerme a mí- contesté extrañada.

-Eso creo, no querrían arriesgarse y tener otro hijo del diablo en su casa, querían al hijo perfecto y ni siquiera voy a preguntar por lo que te habrán hecho a ti con eso de la hija perfecta porque si no creo que no podré resistirme e iré y les mataré- paró a respirar, tranquilizándose. No estaba para nada equivocado -¿Sigues en contacto con Peter?

-Sí, ahora le veo algo menos pero antes iba a su tienda todos los días.

-Me hubiera encantado poder seguir viéndole.

-¿Por qué no lo hiciste?

-Era demasiado arriesgado, sabía que si me veían serían capaz de encarcelarme aunque no hubiera cometido ningún delito- supe que se refería a mis padres.

-Él fue quien me habló de ti, nunca me lo contaron.

-¿Sabes? Dejemos de hablar de ellos, van a acabar arruinando el reencuentro con mi hermana- no pude evitar sonreír al oír sus últimas dos palabras -¿Sabes? Siento no haber estado ahí para ser un buen hermano mayor, me habría encantado ser sobreprotector contigo y no dejarte salir con chicos y cuidarte y protegerte...

-No voy a negar que me habría encantado tener un hermano mayor que me cuidara- pensé en cómo habría sido mi padre si Ted hubiera estado en casa para protegerme de él.

-Bueno, ya lo tienes, ven aquí y dale un abrazo a tu viejo hermano mayor- dijo haciéndome reír. Me levanté y le abracé.

No era como abrazar a Luke o a cualquier otra persona, era muy diferente. Sentí ese sentimiento de familia que no había sentido nunca, ese "no importa lo que pase, porque siempre estaré aquí".

Ted se fue cerca de la noche, cuando llevábamos horas hablando sobre su esposa y sus hijos y diciendo como le iba a matar su mujer si no llegaba a la cena.

Me eché pesadamente sobre el sofá, pensando en todo lo que acababa de pasar. Tenía una familia, con sobrinos pequeños y un hermano con mujer incluida. Era increíble.

Luke se sentó a mi lado, abrazándome. Me acurruqué en él, posando mi cabeza en su pecho y entrelazando nuestras piernas.

-Te dije que todo saldría bien- susurró en mi oído antes de dejar un pequeño beso en mi cabeza.

-Gracias.



The Neighbour // l.h #Wattys2015Donde viven las historias. Descúbrelo ahora