DUE

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Seungmin.

El lunes llegó más rápido que cualquier otro día y antes de que el sol saliera, yo ya me encontraba con un montón de gente caminando de un lado al otro en mi habitación y con múltiples manos paseando por todo mi cuerpo como si fuese de ellos.

Un pantalón formal negro, una camisa manga larga azul rey por dentro del pantalón y unos zapatos negros eran todo lo que cubría mi cuerpo. Estaba enormemente agradecido con que no me obligaran a usar un estúpido corset que me cortara la respiración, pero estaba un poco, muy, enojado porque no me habían dado un abrigo para cubrirme del frío que estaba haciendo al ser mitad de octubre y con ello el frío otoño estando presente.

—¿Pequeño?— papá entró a la habitación y todos los presentes nos giramos en sincronía.

—¿Qué pasa?

—¿Te falta mucho? Ya casi es hora de irnos.

—Solo unos retoques de maquillaje y bajo— le sonreí y él asintió saliendo nuevamente.

—¿Cómo está eso de que te casarás? ¿No es un rumor?— preguntó el omega que me maquillaba.

—Desgraciadamente no lo es— suspiré y cerré los ojos como me lo indicó—. Hoy será firmado el contrato y en dos semanas es la ceremonia de matrimonio.

—¿Y tienes que hacerlo sí o sí? Pon los labios en forma de piquito— ordenó y asentí respondiendo su pregunta mientras él aplicaba bálsamo labial.

—Por conveniencia— le expliqué cuando él acabó—. Si se firma ese contrato, ambas empresas se unirán y serán una potencia aún más grande de lo que ya lo son estando separadas, por lo que más poder significa más dinero— expliqué lo poco que sabía.

—Eso es una mierda— él bufó y sonreí por el vocabulario del omega.

—Lo es, pero es lo que hay— me puse de pie y observé mi reflejo por última vez en el espejo frente a mí.

Pese a que llevaba ropa linda y un maquillaje suave y casi natural que resaltaba mis delicadas facciones, la verdad es que no me sentía para nada bonito. Las palabras de ese alfa se habían quedado grabadas en lo más profundo de mi ser y mi lobo se encargaba de repetirlas una y otra vez, haciéndome sentir más miserable de lo que ya lo hacía antes de que ese sujeto llegara a mi vida.

Le agradecí a Jeongin y salí de la habitación hasta llegar a la planta de abajo, donde mis padres estaban esperando por mí y finalmente salimos de la mansión y subimos al coche que nos esperaba en la puerta. Decir que tenía frío era una mentira, en realidad estaba que me congelaba y el que las ventanas del coche estuvieran abajo permitiendo que todo el aire frío de la mañana se colara dentro del reducido espacio, no ayudaba en nada con mi situación.

Mis dientes castañeaban y chocaban entre ellos mientras yo trataba de darme un poco de calor con ayuda de mis brazos para no molestar a mis padres y que se preocuparan por mí, o en su defecto que padre me golpeara por perturbar su paz. Así que me quedé ahí quieto, sin decir o quejarme de absolutamente nada, observando todo el frío y gélido paisaje que podía.

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El interior de las instalaciones de la empresa de papá no cambiaba mucho por el aire acondicionado que había por todos lados, lo que me provocó aún más temblores en el cuerpo.

Las pocas personas que habían dentro nos saludaban con respeto y educación, siendo saludados de la misma manera por mis padres y de mí por una corta reverencia, porque una vez más, padre me había prohibido hablar con alguien que no fuesen ellos.

Un Amor Por Contrato [Chanmin]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora