Un Amor Por Contrato [Chanmin]

UNO

Seungmin.

Los matrimonios por conveniencia muchas veces no son como nosotros pensamos. No se llega a conocer con exactitud al implicado en nuestra vida y no sabemos lo que será capaz de hacer en un momento de cólera, y eso da miedo, demasiado.

Siempre se ha tenido en mente que los sentimientos se pueden forzar y obligarse a que sean recíprocos hacia un tercero, pero no siempre es así, yo lo sé más que nadie. Me ha quedado más que claro en varias ocasiones y aún así no aprendo a que no puedo forzar que me amen; y duele, mucho.

—¿Estás listo?— preguntó papá, quien al igual que yo, miraba mi reflejo en el espejo frente a mí.

Además, con los matrimonios arreglados también buscan la perfección y el poder. No importa el método, sólo importa adquirir más dinero y poder para aprovecharse de todos aquellos que sean un obstáculo del que se tienen que deshacer tarde o temprano sin importarles nada ni nadie más, sólo ellos mismos.

—Aún así me toca hacerlo— fue lo único que respondí antes de girarme hacia la salida.

Al caminar por los pasillos de la enorme mansión de mis padres, me fui encontrando con los del servicio que me veían con lástima, sabiendo a lo que me enfrentaría apenas pusiera un pie fuera de la mansión. Sonreí, no sé si lo hice porque me considero un estúpido que no pudo luchar por su libertad o si lo hice porque no quiero llorar y arruinar mi maquillaje; después de todo me tomó mucho tiempo encontrar un maquillaje que me gustara lo suficiente y con el que no me sintiera inseguro.

Sí, completamente patético que un Kim se sintiera inseguro con su físico cuando somos la envidia de toda la población surcoreana, pero no me culpen, han sido tantas “clases” que he recibido a lo largo de mi vida de diferentes maestros que últimamente me da miedo incluso respirar incorrectamente.

Al salir al jardín todos se pusieron de pie para recibirme en la gran cena que organizó mi padre por un nuevo proyecto que dejaría mucho dinero, algo por lo que nuevamente mi familia será odiada a muerte por todos aquellos que están dentro y fuera de la élite.

—Bienvenido, joven Kim— el mayordomo principal hizo una reverencia y tomó mi mano para dejarme en la mesa justo al lado de mi padre, quien sólo hizo una seña para que tomara asiento a su lado izquierdo.

—Buenas noches a todos— saludé con educación antes de colocar la servilleta en mis piernas.

—Nadie te ha dicho que hablaras, Kim— riñó mi padre, por lo que instintivamente bajé la cabeza en señal de sumisión—. Ahora sí, podemos comenzar a discutir las ideas para este nuevo proyecto que nos beneficiará a todos, incluso a ti, pequeño Kim— sonrió mi padre, por lo que una plaga de nervios golpeó mi cuerpo, haciéndome temblar levemente.

Los accionistas de la empresa de mi padre comenzaron a discutir varias cosas que no escuché por estar pendiente del asiento frente a mí. Estaba vacío y ahí es donde mi papá debería estar sentado, pero evidentemente no lo está. Con la mirada, me permití buscar su cabellera roja, la cual no pude encontrar y ponerme de pie tampoco puedo y preguntarle a mi padre menos, sería firmar mi condena en el calabozo.

—Disculpen la demora, me estaba retocando un poco— una mujer ingresó por la parte trasera a la que estábamos ubicados nosotros, por lo que se me hizo raro. Hacia allá no queda ningún baño y mucho menos un tocador.

—No te preocupes, Hyuna, aún no tocamos temas importantes, o no del que tú deseas saber— respondió mi padre sin inmutarse por mirarla, lo que se me hizo aún más raro. ¿Desde cuando no hace contacto visual con sus clientes?

—Oh, me parece perfecto entonces. Por favor continúen— sonrió y se ubicó en la hilera de filas donde estaba yo sentado, dejando un asiento vacío a mi lado.