QUARANTANOVE

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Christopher.

—¿Qué quiere decir con eso?

Minutos después, sentados uno a cada lado de la camilla y con el médico en la piecera de la misma, me atreví a preguntar.

—Si comenzó a reaccionar cuando sintió las feromonas de ustedes dos, eso quiere decir que necesita ambos estímulos para seguir recuperándose. Nos podemos ir al término más salvaje que conocemos, el lazo del destinado es tan fuerte hasta el punto de morir si tu contraparte lo hace y el lazo consanguíneo con su padre es tan fuerte que es capaz de dominarlo a conveniencia propia cuando se siente en peligro. Si juntamos estos dos, tendremos un estimulante tan fuerte que será capaz de hacerlo reaccionar de la inconsciencia que está teniendo ahora mismo.

Beomgyu hyung y yo le miramos la cara sin entender absolutamente nada de lo que estaba diciendo.

—Sigo sin entender— confesé y Beomgyu hyung asintió.

—Solo liberen la mayor cantidad de feromonas que puedan, teniendo la precaución de no sobrepasar sus límites físicos y menos usted, señor Choi, esa herida aún me preocupa porque-

—Ya curó completamente, aceleré el proceso para estar curado para poder ayudarlo— lo cortó.

—Ah, entonces liberen todas las feromonas que puedan, prohibiré el paso de alfas u omegas para no interrumpir el proceso de curación— anotó algo en la planilla que había en su mano—. Vendré en unas horas para ver cómo está y si necesitan algo, presionan el botón que hay a cada lado de la camilla, una beta vendrá a ayudarlos— guardó el bolígrafo dentro del bolsillo de la bata blanca y nos miró—. Les deseo buena suerte, con permiso.

El médico salió y quedamos los tres dentro de la habitación, con el pitido de la máquina como el único sonido que se escuchaba en todo el cuarto.

Ninguno dijo algo las siguientes horas, estando netamente concentrados en expulsar feromonas y yo en sostener su helada mano entre las mías para poder sentirlo cerca y no tirarme a llorar aquí mismo como una cría a la que le quitan un juguete.

—¿Puedes sentir algún cambio por medio del lazo?— me preguntó.

—Aún no, creo que mi lobo está con él ahora mismo, hace un rato no lo siento— respondí a cambio.

Los minutos siguieron pasando, el sueño y cansancio del último mes llegó a mí y me quedé dormido aún sosteniendo su mano, sintiéndome en paz y no sabía si era porque al fin lo tenía junto a mí o si las feromonas de Beomgyu hyung ayudaron a darme tranquilidad al saber que él podría protegerlo incluso mejor que yo si algún peligro se llega a presentar mientras yo estoy dormido.

No sé qué factor ayudó ahí, pero de lo que sí estoy seguro es que me levanté por unas caricias en mi cabeza y una dulce voz que tarareaba alguna canción que no lograba reconocer, por lo que me vi obligado a abrir los ojos y entonces lo vi ahí, despierto, sonriendo para mí.

—Hola, alfa.

No pude evitarlo y me levanté de prisa, aprensando su pequeño y frágil cuerpo en mis brazos, llorando de felicidad al poder sentirlo cerca de mí después de tanto tiempo.

—Mi amor, te extrañé tanto— seguí llorando los siguientes minutos, aferrado a su cuerpo y terriblemente asustado al pensar que solo era un sueño y que él aún seguía inconsciente en la cama del hospital—. Y-yo, Seungmin tú n-no-

—Lo sé, y lo lamento— sus ojitos se llenaron de lágrimas y me apresuré a limpiar sus húmedas mejillas con mis dedos.

—No llores, no tienes la culpa de nada— besé su frente—. Todo está bien, estamos bien— besé su mejilla.

Un Amor Por Contrato [Chanmin]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora