VENTI

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Seungmin.

La fiesta de año nuevo había llegado a su fin y una vez más estaba viendo las luces de la ciudad por medio del vidrio del carro.

La última semana fue caótica, debo decirlo. La navidad fue una locura porque los amigos del alfa vinieron hasta nuestro departamento y Jeongin vino con ellos, todos terminaron demasiado ebrios, incluso yo lo hice gracias a un juego que propuso Félix hyung y en el que yo salí perdedor. Al día siguiente me la pasé durmiendo toda la tarde porque el dolor de cabeza no lo aguantaba y el día después de ese, fui a casa de mis padres a visitar.

El resto de días fue planeando la ropa que me pondría para asistir a la fiesta que había organizado mi padre en la mansión, en la que incluso Jeongin participó junto al alfa rubio amigo de mi alfa y quedó de contarme absolutamente todo lo que estaba ocurriendo, pero antes de que pudiera hacerlo, lo encontré ebrio en el jardín de la mansión junto al alfa. La fiesta llegó a su fin luego de un brindis hecho por mis padres y una cena bastante deliciosa en la que no comí casi nada porque había más ensalada que carne y ya más de una vez había dicho que le tomé odio a la ensalada.

Así que ahora, siendo casi las cuatro de la mañana y llegando recién a nuestro departamento, estoy buscando algo en la cocina para comer porque el hambre puede más que yo en estos momentos. Ni siquiera he quitado el apretado traje que cubre mi cuerpo cuando me tiré en el suelo de la sala luego de haber calentado en el microondas lo que parece ser ramen instantáneo.

—¿Qué haces ahí aún con esa ropa?— se paró detrás del sofá en el que estoy recostado y me encogí de hombros.

—Hay algo que se llama comer, no sé si sabrá lo que es eso.

—¿Tienes hambre?

—¿No vio lo que mi padre ordenó que me sirvieran en la cena y el espectacular mensaje que traía impreso?

—Ya deja de ser así de agresivo, Lunas. Yo no he hecho nada en tu contra para que me trates de esa manera— se tiró a mi lado en el suelo.

—Es que me da coraje que me esté hablando mientras estoy comiendo, no me gusta que lo haga— pucheree.

—Está bien, ya no digo nada— me dio la espalda y sonreí por eso.

Seguí comiendo hasta que mi estómago no pudo más y sonreí cuando me di cuenta que había comido casi todo el ramen que había sacado de la nevera, mostrándole el contenedor casi vacío al alfa y éste sonrió y acarició mi cabello, sabiendo que con esa acción me decía que estaba orgulloso de mí.

Me saqué el saco del traje junto con el chaleco del mismo y abrí los dos primeros botones de la camisa y saqué la misma de entre mi cintura y el pantalón, sintiendo que podía respirar con mayor comodidad gracias a que mi estómago había crecido por lo recién ingerido.

—Me voy a duchar— le avisé y él no despegó los ojos de mí en ningún momento.

Lo ignoré y recogí todo, tirándolo a la basura para luego encerrarme en el baño ya con mi pijama en brazos. Terminé de quitarme toda la ropa y me metí en la ducha, casi gritando porque el agua estaba demasiado fría para mi gusto, pero no me puedo quejar porque la época está demasiado helada.

Terminé de bañarme y sacarme todo el maquillaje, secando mi cabello una vez estuve cambiado con mi cómoda pijama -solo era una sudadera del alfa y unos pantalones largos- y me tiré en la cama a esperar al alfa para poder dormir cómodamente. Al parecer me escuchó porque pronto sentí el colchón hundirse a mi lado y su olor me golpeó de manera fuerte, dejándome extasiado con el delicioso aroma.

—Me hace cosquillas, hyung— me quejé cuando comenzó a restregar su nariz en mi cuello.

—Hueles delicioso— dejó un corto besito en mi clavícula—. ¿Ya podemos dormir? Estoy cansado— se quejó.

Un Amor Por Contrato [Chanmin]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora