TRENTACINQUE

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Seungmin.

Bien, aunque no recordaba completamente lo que había ocurrido en mi celo y Chris hyung tampoco se ha tomado el tiempo de explicarme detalladamente lo que sucedió en esos días, sí puedo recordar con lujo de detalles lo que ocurrió la noche anterior.

Hay latas de cerveza por todo el piso del departamento, cuerpos inconscientes de los compañeros de mi hyung en todos los sillones y uno que otro en el suelo durmiendo y los brazos de mi alfa rodeando mi cintura con posesión mientras estamos acostados en uno de los sillones más grandes.

Literalmente bebieron hasta caer dormidos siendo yo el único sobrio que pudo cubrir sus cuerpos con mantas y recoger un poco el desorden en el que se convirtió nuestro hogar por la celebración de ambos.

Shows de karaoke, streptease y baile durante toda la noche; celos, besos y caricias por aquí y por allá sin importar los demás presentes; declaraciones de amor, más besos y promesas yendo y viniendo; así muchas cosas más que no me gustaría recordar.

En parte tengo que agradecer que no me dejaron tomar (y el pobre Innie lo hacía a escondidas apoyado por mí para que Hyunjin hyung no le dijera nada) porque no tengo ningún signo de resaca en mi sistema. Tengo un poco de sueño porque conseguí dormirme casi a las cinco de la mañana que había arreglado un poco el apartamento y los había tapado con mantas y el reloj apenas está marcando las siete y treinta de la mañana.

Ninguno de los borrachos se mueve de sus lugares y para mí es casi una misión imposible por el fuerte agarre a mi cintura, así que no me puedo mover ni un poco y ya el sonido de la alarma en el teléfono de Chris hyung comienza a darme dolor de cabeza.

—¿Ya amaneció?— el olor a alcohol que desprende la boca de mi alfa me hace tener arcadas.

Qué olor tan horrible, sinceramente.

—Sí, y tu alarma no deja de sonar— me removí tratando de zafarme de sus brazos y él se queja hasta que finalmente me deja libre.

—Voy a cepillarme los dientes, llama a mi secretaria y dile que ninguno de nosotros vamos a ir hoy a trabajar y que reagende todas mis citas de hoy para dentro de una semana— se agachó a mi altura pero retrocedí en cuanto vi sus intenciones de besarme en los labios—. No te besaré, siento asco de mi propia saliva— restregó su mejilla contra mi cuello y acaricié su oscuro cabello a cambio.

—Ve rápido, yo me encargo de llamar— lo separé de mí y él asintió.

—Gracias bebé.

Se perdió en el pasillo hacia nuestra habitación y marqué a la secretaria del alfa, quien seguramente ya llegó a su puesto en el escritorio fuera de la oficina del alfa para ajustar los últimos detalles de la agenda de Chris hyung.

—Hola noona— saludé a la beta y me imaginé la sonrisa que invadió su rostro.

—Buenos días Minmin— saludó de regreso—. Adivino, el jefe no viene hoy— asentí aunque sabía que no podía verme.

—¿Puede por favor reagendar todas las citas para la otra semana, Jihyo noona?— pregunté bajito, tímido.

—Claro Min— su voz era cálida aún por medio del teléfono y eso logró calmarme.

—Ah, y los demás tampoco irán a trabajar hoy, noona— ella tecleó de rapidez algo en lo que supuse era el computador de la empresa y luego hizo un sonido de afirmación.

—Lo supuse, las historias de instagram los delataron— suspiró—. No me puedo imaginar la resaca que tendrán cuando despierten. Buena suerte con ellos, Min. Debo colgar ahora para hacer lo que Christopher me pidió.

Un Amor Por Contrato [Chanmin]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora