40: Behind the wheel (part 2)

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  Continuación del one-shot nro 39: "Behind the wheel", en el que Sher estaba preparándose para su primer clase de manejo. Ocurre antes de la pandemia, supongamos que fue Septiembre/Octubre del 2019. Sher y Jon estaban cerca de cumplir 16 años.

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   La alarma de Sherwin sonó igual que siempre, pero el pelirrojo ya estaba despierto hacía unos diez minutos. La ansiedad por su primer clase de manejo lo despertó antes de tiempo.

   Jonathan por otra parte, fue sacado de los brazos de Morfeo por el sonido. Estiró su brazo y apagó la alarma gruñendo. Luego se sentó en la cama y se giró a ver a su novio, esperando encontrarlo dormido como siempre. Se sorprendió de encontrar sus ojos avellana abiertos, mirando a la nada. Para confirmar su preocupación, Shirley estaba flotando por todo el cuarto.

–¿Cariño?– El pelirrojo miró hacia arriba al escuchar la voz de Jon. El moreno pasó una mano por su cabello rizado–. ¿Te sientes bien?

–Mmm sí– Sherwin se sentó también, frotándose el rostro luego–. Solo algo nervioso por mi clase de manejo. Estoy intentando dejar de pensar en eso.

   Jonathan sonrió, y tomó el rostro del menor entre sus manos. Se acercó y lo besó sin mediar palabras, dulce y lento, pausado, acariciando sus pecosas mejillas con sus pulgares. Luego se alejó, y donde antes había una expresión tensa, encontró lo opuesto exacto. Sher tenía sus ojos cerrados, y se veía tan calmado y relajado como siempre.

–¿Eso funcionó?– Preguntó, aún muy cerca de su rostro.

   Sherwin sonrió, con los ojos cerrados. En efecto, todas sus preocupaciones fueron barridas en aquel beso, y solamente tenía a Jonathan en su cabeza.

–Sí que funcionó, tus labios son mágicos.

–Ay, ya te pusiste cursi– se rió el moreno, y le dejó un besito más antes de levantarse–. Vamos, arriba.

–Mmmgh, ¿No puedes quedarte afuera de la escuela de manejo esta tarde? Así puedes darme más besos cuando me sienta nervioso– Se quejó Sher pateando un poco sus pantuflas.

–No precioso– Rió de nuevo, llevándose su ropa para cambiarse en el baño–. Me encantaría, pero tienes que ser niño grande y enfrentar la clase. Yo sé que vas a poder.

   El pelirrojo respondió con un gruñido, pero Jon sabía que no era en serio, así que sin más se fue de la habitación. Shirley estaba mucho más calmado también, flotó a la chaqueta del pelirrojo y se quedó ahí.

   El resto de la mañana y de la tarde transcurrió normalmente, Jon le mandó mensajitos alentadores a Sher durante toda la jornada. Cuando el pelirrojo terminó su día en la escuela, su celular recibió otro mensaje. Creyó que era Jonathan de nuevo, pero en su pantalla apareció el nombre de Alex.

"Oye pecas, quieres que nos juntemos a estudiar?"

"Y de paso hablamos de una cosita, necesito consejos, jsjsj"

   Sherwin sabía qué consejos necesitaba su mejor amiga. El motivo tenía nombre y apellido. Y un cabello rubio muy bonito también.

"Hola mi niña.... Lo siento pero me inscribí en un curso de manejo, estoy yendo para allá ahora mismo"

"Si quieres podemos vernos mañana después de clases, o sino el sábado en la tarde.. Avísame cuál te viene mejor"

"Y ya sé de qué quieres hablarme. Ya te tardaste, jajajajaj.... Hablamos después"

   Sherwin guardó su celular, riendo de su amiga que dejó pasar casi un año entero antes de darse cuenta que todavía amaba a Taylor, y que se separaron por una tontería. Él sabía exactamente qué hacer, solo iba a escucharla y guiarla, para que ella misma encuentre una solución.

   Se subió a un tren que lo llevó al lugar en donde tendría su curso de manejo. Desde el momento en que se bajó del tren, comenzó a ponerse muy nervioso, y Shirley espejó esta sensación, agitándose dentro del bolsillo de su chaqueta. El muchacho intentó calmar al pequeño, acariciándolo encima de la tela.

   La primera clase fue sencilla, estaba en un salón con otras cinco personas de distintas edades. El instructor explicó todos los comandos básicos que Esteban ya le había explicado el día anterior. Y todo habría sido perfecto si el instructor no sacaba un simulador de conducción y hacía aquella gran pregunta.

–¿Quién va a ser el primer voluntario para el simulador?

   Pasaron tres de las personas, y luego el hombre apuntó hacia él.

–Ahora tú muchachito. Tu nombre era Sherwin ¿Verdad? Vamos, no tengas miedo.

   Sherwin deseaba que aquellas palabras tuviesen efecto en él. Estaba sumamente asustado, caminando hacia el simulador como si este fuese un tigre salvaje o una bola de fuego. Shirley se agitaba cada vez más en el bolsillo de su chaqueta.

   Se sentó enfrente del volante falso, pero antes de que el instructor pudiera decir una sola palabra, Shirley comenzó a moverse más, haciendo que el pelirrojo se levante del asiento. El pequeño órgano vital arrastró a su dueño por unos cuantos metros, ante la atenta mirada del instructor y de los otros aprendices, hasta llegar a la puerta de entrada. Allí escapó del bolsillo que lo apresaba, y salió disparado hacia alguna dirección desconocida.

   Sherwin lo sabía: Shirley se fue con Jonathan.

-¿Cómo no se me ocurrió eso?– Dijo para sí mismo. Hubo un tiempo en que dejaba a su novio llevarse a Shirley cada vez que él tenía una exposición, o una presentación con la orquesta, en situaciones muy estresantes de su vida. A la distancia, las caricias de Jon lo hacían sentir mejor.

–¿Está todo bien, Sherwin?– Preguntó el instructor, sin entender qué acababa de ocurrir.

   Sher se volteó, sonriente y seguro. Ya podía sentir el cariño de Jonathan a la distancia. Ese corazoncito era muy rápido de verdad.

–Sí señor, todo perfecto. Ya estoy listo– Dijo con confianza, sentándose como antes en el asiento del simulador.

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Sherwithan One Shots (español)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora