Sherwithan One Shots (español)

12: The Walking Dead

   Como varios saben, soy fanática de The Walking Dead. Esta noche se estrena mundialmente la segunda mitad de la octava temporada, asique mientras estoy acá contando las horas que faltan para verlo, quise escribir esto. Me pareció una buena idea combinar dos de mis cosas favoritas en un oneshot ❤

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   El domingo 25 de febrero estaba desde hacía semanas marcado en el calendario de Sherwin. Esa noche iniciarían los nuevos episodios de The Walking Dead, una de sus series preferidas.

   Asi es. Aunque resultara un poco extraño, al tierno y angelical Sherwin le encantaba ese mundo alterno gobernado por muertos-vivos, y minado de combates, balaceras, sangre y adrenalina pura.

   Al contrario, Jonathan no era exactamente fanático de todo lo sangriento y crudo que abundaba en esa serie, tenía un estómago algo sensible. Por lo tanto, mientras Sher estaba sentado prácticamente en la orilla del sillón, viendo atentamente el inicio del capítulo en la tele, el ojiazul se encontraba en la cocina, sirviendo dos tazas de café para él y su suegra.

–Gracias, Jon– dijo la mujer, recibiendo la humeante taza que le entregaba su yerno.

–De nada, Beth. ¿Te quedaron algunas de esas galletas caseras tuyas?– preguntó el moreno, mientras se dirigía a buscar su taza.

–¡Oh, sí! ¡Te adoro, Maggie!– exclamó Sherwin felizmente desde la sala, a lo que las dos personas en la cocina se miraron y contuvieron una risa.

–Sí, en la alacena a tu izquierda– indicó la mujer, negando levemente con la cabeza después –Sher se transforma cuando mira esa serie.

–Sí, ya me había dado cuenta– Jonathan rió y se sentó con Beth a la mesa, dejando su taza de café frente a él, y el plato con galletas en medio de ambos –En octubre pasado, cuando se estuvo transmitiendo la primera mitad de la temporada, Sherwin se excusaba por WhatsApp, diciéndome que “si tardo un poco en responderte es porque estoy viendo TWD”, y en efecto, tardaba una vida en contestarme los mensajes– rió, y seguidamente se metió a la boca una de las galletas.

–En serio, creo que casi nada en el mundo haría que mi hijo aparte sus ojos del televisor durante uno de los capítulos– la mujer miró fijamente al joven frente a ella mientras hablaba –Excepto...

–¿Hm?– Jonathan miró con confusión a su suegra por encima de su taza.

–Excepto quizás cieeeeerto muchachito de ojos azules que lo trae loco– sonrió ella pícaramente.

   Jonathan bajo su taza, y mostró una media sonrisa a su suegra.

–¿Eso es un desafío?– rió el moreno, inclinando levemente la cabeza.

–La verdad, estoy en un conflicto– dijo la mujer, tomando una de las galletas –A Sher le gusta esa serie, y también le gustas tú, pero no estoy segura de cuál se ganaría su atención...

–Bueno, podemos averiguarlo ahora– declaró el moreno poniéndose de pie.

–¡Eugene, haz algo, por favor!– el pelirrojo seguía en la sala hablándole al televisor. Jon y Beth se voltearon un segundo al oírlo, y luego volvieron a verse.

–Vamos a hacerlo interesante. Si consigues que Sherwin deje de ver la pantalla y te preste atención solo a tí, te haré un frasco entero de estas galletas que te gustan tanto.

–Vaya, hubieras empezado por ahí– rió Jonathan –En ese caso... Te sugiero que vayas encendiendo el horno.

–Oh, alguien se tiene fe– río también Beth –Bueno, adelante entonces. Voy a mirar desde aquí.