Sherwithan One Shots (español)

20: ♡Anniversary: Jon♡

***31 de julio de 2018***

   Aquella cálida mañana, Sherwin fue despertado por el sonido de los pájaros canturreando en su ventana. Abrió sus ojos, primero lentamente, y luego de golpe.

   El día finalmente había llegado.

   Tomó su celular de abajo de su almohada, y descubrió que eran apenas las 6:21 a.m, y su alarma para despertar sonaría recién a las 6:30. Sher se sentó en la cama, él jamás se había despertado antes que su alarma, eso dejaba ver lo emocionado que estaba.

   Lo primero que notó fue que tenía mensajes de Jonathan en WhatsApp. Sonrió y los leyó, mientras Shirley flotaba hasta su hombro para ver.

   Jon😍❤: *3 mensaje(s) nuevo(s)*

   “Buenos días mi rojito precioso. Espero que hayas dormido bien ❤”

   “Lamentablemente no iré por ti hoy. Te espero en el patio de la escuela a la hora de entrada”

   “Oh, ¿Ya viste qué hay en tu mesa de noche? 😉 te espero, mi amor. Bye”

–¿Qué hay en mi mesa de...?– Sher giró su cabeza y descubrió un precioso ramo de rosas rojas en un florero transparente. Dejó su celular sobre su cama y se cubrió la boca, asombrado.

   (Nota: Son exactamente 12 rosas, por los 12 meses que pasaron juntos)

   Se puso de rodillas sobre su cama, para poder observar mejor el ramo, y desplegó una sonrisa que atravesó todo su lindo y pecoso rostro de lado a lado. Mientras Shirley las olfateaba, su dueño posó sus ojos en la nota que estaba adherida al mismo, escrita de puño y letra por Jon.

   “Mi adorado Sherwin, sólo voy a dejar de amarte el día que se marchite la última rosa de este ramo.

Jonathan”

   ¿El día que la última rosa se marchite? Bueno, el mensaje era un poco confuso para el pecoso. Pero entonces puso su atención en el ramo de nuevo, y lo comprendió de inmediato. Rápidamente sintió humedecerse sus ojos, y se mordió el labio inferior, tratando inutilmente de contener una risa de felicidad.

   El ramo... Tenía una rosa de plástico.

–Aw, Jon...– susurró, antes de cubrir su ruborizado rostro con sus dos manos. ¡Ni siquiera salió de su cama aún, y aquel muchacho ya lo hizo ruborizar!

   Decidió no perder más tiempo. Fue a darse un baño y luego a ponerse su ropa de la escuela por última vez, antes de las tan ansiadas vacaciones de verano.

   Un pensamiento curioso llegó a su cabeza mientras estaba abotonando su camisa. Hace exactamente un año quizás también, estaba preparándose para la escuela, pero el ámbito era totalmente diferente. Se pasaba los días soñando con aquel niño latino de su salón... Sin saber que desde ese preciso día, lo iba a tener en su vida.

   Todo gracias a este pequeño apasionado llamado Shirley. El pelirrojo abrió el bolsillo de su mochila, y el adorable órgano vital se metió obedientemente en un segundo. Con la mochila al hombro, salió de su cuarto.

–¿Mamá?– preguntó, bajando las escaleras. Pero no hubo respuesta.

   Encontró una nota en el refrigerador.

   “Tuve que ir temprano a trabajar cariño. Te amo.
P/d: Abre el refrigerador”

   Extrañado, el pelirrojo obedeció y abrió la nevera... Y encontró un pequeño pastel. Prestó atención a lo que estaba escrito en el mismo.