05: H. O. L. Y.

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   El pelirrojo estaba en el ensayo con la orquesta de la escuela, tocando el instrumento asignado a él, que era el triángulo.

   A pesar de lo que piensa la mayoría de las personas, el triángulo no es ninguna tontería. Produce un solo tono, que es sumamente agudo, tanto que si llegase a errar y tocarlo en los momentos no indicados, puede llegar a distinguirse, y la gracia de una orquesta es que todos los sonidos se armonicen. En pocas palabras, si Sherwin se equivocara con ese pequeño instrumento, eso arruinaría todo el ensayo. Por lo tanto, estaba sumamente concentrado en su partitura.

   Necesitaban que todo salga tan excelentemente como sea posible. Faltaban días para la presentación de fin de año, y todas sus familias irían a verlos.

–¡Excelente trabajo, muchachos! –Felicitó el director, bajando la batuta que usó para dirigirlos a todos–. Bien, antes de que se vayan, me acaban de enviar algo al celular: ¡Fuimos convocados a participar en las estatales de este año!

   Todos los presentes, incluido el pelirrojo, celebraron por el logro. En realidad a Sherwin le asustaba un poco participar en un evento tan importante, pero obviamente se sentía orgulloso del logro de equipo.

–Aún no pude leer bien el artículo, se los enviaré al grupo de WhatsApp en un momento. Y... Eso es todo, ya pueden irse. ¿A quién le toca limpiar el salón hoy?

–¡A Sherwin! –Exclamaron dos miembros de la banda, guardando sus violines.

   El pelirrojo asintió y se dispuso a guardar su triángulo y partituras en su mochila. Todos los presentes se despidieron poco a poco, y en unos cuantos minutos se encontraba totalmente solo en el salón de música.

   Mientras guardaba los asientos y los soportes de instrumentos y de las partituras en sus respectivos lugares, comenzó a tararear una canción que empezó a sonar en su cabeza. Una canción que Jonathan le había pasado la noche anterior, y que había escuchado una y otra vez hasta que se fue a dormir.

   Jonathan entró al salón de música en ese instante con su mochila al hombro, buscando a su novio para acompañarlo a su casa. Le extrañó no haberlo visto entre el mar de niños llevando instrumentos, así que dedujo que aún debía estar adentro.

   Lo encontró guardando los soportes en unos armarios, y tarareando una canción que él conocía muy bien. Como estaba de espaldas, no vio entrar al moreno.

   Jonathan decidió dar un paso atrás, y quedarse afuera del salón, porque Sherwin tenía una preciosa voz, y quería escucharlo un poco más.

   La melodía comenzó a apoderarse del pelirrojo poco a poco, trayéndole el recuerdo de una sola persona. El tarareo evolucionó, y Sher estaba ya cantando verso a verso la melodía, sin dejar de disponer las cosas en los armarios.

  Cuando el sol se fue, y el invierno llegó.

   Y el cielo cayó, trayendo la lluvia.

   Me senté en la oscuridad.

   Con el corazón roto.

   No había día en que no me sintiera solo.

   No quería llorar, estaba perdiendo las esperanzas.

   Pero de algún modo, mi amor.

   Te abriste paso y me salvaste.

   Eres un ángel, dime que no te irás nunca.

   Porque eres tú en lo primero que puedo creer.

   Eres sagrado, sagrado, sagrado, sagrado.

   Tu amor me tiene por los aires.

   Tu amor me tiene por los aires.

Sherwithan One Shots (español)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora