18: I won/Babysitters

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Debía ser un solo oneshot, pero en el proceso se convirtió en dos historias cortitas. Puse una separación de asteriscos así *********** entre una historia y otra, aunque ambas suceden en la misma tarde.

-Sher, devuélveme el libro por favor- estaba rogando el moreno, estirando su brazo para tratar de alcanzar el mencionado ítem.

-Nop. Ya me spoileaste demasiados sucesos y ahora quiero hacerte sufrir. Voy a arrojar el libro por la ventana- amenazó el pelirrojo.

Resumiendo, Jonathan es fan de Harry Potter, tiene toda la saga en libros, y logró convencer a Sher de leer "La piedra filosofal". Estaban juntos en el cuarto del ojiazul, leyendo algunos capítulos, pero el moreno estaba tan entusiasmado que se le escaparon varios eventos futuros, y eso irritó a Sher, porque en verdad se estaba interesando por la historia.

-No hablas en serio- la cara de Jonathan se puso seria de repente.

Por supuesto que Sherwin no dañaría uno de los libros de Jonathan, por más enojado que estuviera.

-Claro que no hablo en serio- bufó Sherwin, y dejó el libro sobre la cama del moreno. Luego alzó los hombros con indiferencia -Pero honestamente, ya no tengo ganas de leer.

-Aww, no- Jonathan unió sus manos frente a su rostro en gesto suplicante. En verdad quería llevar a su novio a Potterlandia -Vamos, te prometo que no vuelvo a decir una sola palabra.

Enseguida Sher se dio cuenta de que el moreno se estaba muriendo de ganas de que él leyera la saga. Asique lo tenía exactamente donde quería.

-Mmm, ya encontré el modo de vengarme- sonrió de lado, y caminó despreocupadamente hasta la alfombra donde ambos estaban sentados minutos antes.

Se volvió a sentar en la suave alfombra. Dando unos golpecitos en el espacio a su lado, le indicó a Jonathan que se sentara allí. Apenas el moreno cumplió lo solicitado, el pelirrojo tomó su nuca y lo atrajo hacia él, y devoró su boca de un modo totalmente inesperado, que le hizo abrir muy grande sus ojos azules. Esa clase de besos que su niño le daba eran muy poco frecuentes, pero cuando acontecían lo hacían temblar, lo volvían débil y manipulable. Enseguida cerró sus ojos y se dejó llevar por la suavidad y la tibieza de esos labios, y por los deliciosos movimientos que realizaba contra los suyos.

Aunque, en definitiva, era un beso más que adictivo, Jonathan no quería dejar de lado el asunto del libro. Sherwin realmente estaba interesado en la historia, era cuestión de leer dos o tres capítulos más para que la misma lo atrape hasta el final.

Por eso, reunió toda su fuerza de voluntad y empujó los hombros del pelirrojo, obligándolo a romper el beso.

-Ammm...- sí, esa clase de besos también hacían que su cerebro sea, durante varios segundos, una ensalada de neuronas sin conexión -Hay q-que seguir leyendo. Te lo prometo, no voy a... Sher...

Empujándolo por el pecho, Sherwin logró recostarlo de espaldas en la alfombra. En realidad se estaba muriendo de ganas de seguir leyendo el libro, se quedaron en un capítulo muy interesante, pero de ninguna manera iba a ceder. No señor, el pelirrojo quería hacer sufrir a su novio un poco más fingiendo desinterés en el mismo.

-Sí, sí, en un rato seguimos leyendo... Primero quiero darte más besos- sonrió el pecoso, e inclinándose hacia abajo volvió a besar los labios de su novio. Esa vez, le dio un beso menos apasionado. Fue lento, dulce y totalmente lleno de amor. Tomó las dos manos del moreno y las presionó contra la alfombra a ambos lados de su cabeza, por si al obstinado muchacho se le ocurría poner resistencia e insistir con lo del libro.

Ese terco pelirrojo estaba distrayéndolo, Jon se dió cuenta en el siguiente segundo. Pero no planeaba dejarse ganar en esa ocasión. Tantos años de béisbol lo volvieron algo... Competitivo.

Sherwithan One Shots (español)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora