Mensaje de arrepentimiento - Quirkless Deku AU.

Capítulo 11.

[Advertencia: este capítulo puede contener temas que afecten la sensibilidad del lector (depresión, intento de suicidio). Se recomienda discreción]

— Sorato-san, ¿Por qué eligió ser un psicólogo?

Ante la pregunta de su joven paciente el hombre de cabellos azules rió un poco— Sabía que me harías esa pregunta tarde o temprano —admitió, aunque... no esperaba que fuera hoy. Hoy Izuku-kun estaba un poco exaltado al contarle lo sucedido con el hombre del callejón, así que la pregunta lo sorprendió un poco— En realidad yo quería ser un detective —admitió.

— ¿Eh? —ante esa nueva información el chico no pudo evitar sorprenderse ¿Detective? ‹Bueno, tiene sentido...› pensó, recordando el quirk de su psicólogo.

Al verlo así, Sorato decidió seguir— Como sabes, mi quirk me permite leer la mente de las personas cuando les veo directamente a los ojos —comentó con tranquilidad— Sin embargo, gracias a ello, descubrí cosas muy feas.

— Mami, mami, ¿Puedo sacar otra galleta?

Su madre sonrió— Claro, cariño.

No obstante, a diferencia de la habitual amabilidad de su madre, la "voz de su corazón" dijo algo diferente.

"Qué niño tan molesto".

— Ser capaz de ver lo que la gente oculta puede ser algo muy horrible para un niño, sobre todo porque los quirks se manifiestan antes de los cinco años —agregó— Yo sólo era un niño cuando mi quirk se activó y, como sabes, los niños no son buenos manteniendo secretos.

— Mamá, ¿Dónde fue papá?

— Ah, tu padre está en el trabajo.

"Ese idiota nunca está en casa".

— Oh, ¿Hoy es su cita con Rita-san?

La expresión de su madre cambió por completo ante esto— ¿Qué...?

— Descubrí muchas cosas de mis padres y dije muchas de esas cosas —confesó con suavidad.

— Ah, Sora-chan, ¿Dónde está mamá?

"Esa mujer. Estoy cansado ¿Quiere obligarme a cuidarlo?".

— Mamá fue a un hotel con Gary-san.

— ¿Qué?

— Y por eso, mis padres se enojaron.

— ¡¿Quién es esa perra con la que me estás engañando?!

— ¡¿Quién es Gary?!

—...Conmigo —agregó con un tono que Izuku no pudo descifrar.

— ¡Fue el niño quien me dijo todo! ¡No te hagas la tonta!

Sus padres pronto se enteraron de su poder, que él podía leer mentes, pero ellos prefirieron fingir que nada había pasado y echarle la culpa a él.

— Eres una desgracia.

Eso fue lo que dijo su madre antes de abandonarlo con una tía lejana, porque fingir que todo estaba bien y echarle la culpa a alguien más de sus errores era mucho más fácil que aceptar que ambos no se soportaban.

— Ese quirk tuyo es una maldición.

— Por mi poder a los demás niños no les gustaba estar conmigo, tampoco querían verme a los ojos sin importar que me pusiera anteojos. Siempre me llamaban mentiroso cuando decía algo que no les convenía o que no les gustaba, pero cuando decía algo bien, cuando ayudaba a resolver algo, todos me llenaban de felicitaciones —recordó con cierta amargura su paso por la escuela— Ser aceptado se siente bien, ¿No crees? —le dio una mirada compasiva a su joven paciente.