Mensaje de arrepentimiento - Quirkless Deku AU.

Capítulo 1.

[Reminder for those who don't know Spanish: It's okay to use the translator, what's wrong is not giving me stars ಥ_ಥ]

¿Por qué los ejercicios de matemáticas eran tan complicados? Si no lograba resolverlos a tiempo, ellos se enojarían con él...

Mientras Izuku hacía de manera un tanto apresurada la tarea de matemáticas notó como el ruido ambiente del salón, el cual consistía en chicos riendo y hablando, cambió. Pudo notar de reojo a Bakugo y a uno de sus amigos acercarse a su pupitre.

‹Pero aún falta para la clase de matemáticas...›

Entonces, cuando levantó su mirada, sus ojos notaron algo en manos de Bakugo.

— ¡Feliz cumpleaños, Deku! —exclamó Bakugo con una gran sonrisa y en su mano había un pastel de cumpleaños decorado de manera un tanto descuidada, dejando ver parte del bizcocho.

Su cumpleaños...

‹ ¿Huh? Kacchan nunca me ha dado un pastel para mi cumpleaños›

— Ya que hoy es tu cumpleaños, quiero disculparme por todo lo que te he hecho...—bajó la mirada, luciendo arrepentido.

Al escuchar estas palabras, su corazón dio un salto en su pecho.

Bakugo... ¿Se estaba disculpando con él...?

¿Al fin podrían volver a como eran antes, antes de que supieran que él no tenía un quirk, antes de que Kacchan manifestara su quirk? Sin que Deku lo notara, unas cuantas lágrimas se formaron en sus ojos ante este pensamiento.

Sonrió, una sonrisa brillante con pequeñas lágrimas de felicidad en el borde de sus ojos.

— Está bien, Kacchan, te perd-...

No pudo seguir hablando, pues en ese momento Bakugo estrelló el pastel contra su cara, dejándolo lleno de trozos de un destrozado pastel en su rostro y ropa, pero no tan destrozado como su corazón.

Todo el salón comenzó a reír ante esta lamentable escena.

— ¡Pfff, jajajaja! —estalló en risas Bakugo— ¡¿Viste eso?! —le preguntó a su amigo entre risas.

— ¡Jajaja! ¡Él en serio te creyó! ¡Qué idiota!

Él... en serio era un idiota por creerle...

‹Es cierto... no hay forma que él se disculpe...›

Fue un tonto en creer que Bakugo se iba a disculpar con alguien como él, él sólo era un fracaso...

Quería llorar, quería salir corriendo y llorar hasta no tener lágrimas, pero no pudo hacerlo.

— Oye, ¿Por qué no estás riendo? —preguntó ese chico, el amigo de Bakugo, colocando su brazo alrededor de sus hombros— Es sólo era una broma, tienes que reírte también.

Esas palabras sonaron como una amenaza.

— S-Sí.

Aunque intentó sonreír, no pudo hacerlo. En su lugar sólo una mueca que soñaba ser una sonrisa apareció en su rostro aún cubierto de pastel.

— ¡Joder, te ves horrible!

Su intento de sonrisa tembló al escucharlos reír más fuerte.

— ¡Sonríe para la cámara! —ese momento tan humillante y traumático fue inmortalizado en ese momento con una foto...

Cuando pudo librarse de ellos, corrió al baño a lavarse la cara.

‹Soy un idiota› pensó, al borde de las lágrimas, abriendo el grifo para limpiarse el rostro, pero no quería llorar. Mientras intentaba limpiarse el rostro, un poco de azúcar entró a su ojo— Au...—su ojo comenzó a lagrimear con esto.

Estaba bien, esto era normal, él no estaba llorando, sólo... le entró un poco de azúcar al ojo.

Si, él no estaba llorando, no estaba llorando por una broma como esa...

‹ ¿Por qué? ›

¿Por qué tuvo que nacer sin un quirk? Su madre tenía un quirk, su padre tenía un quirk, Kacchan tenía uno también...

‹ ¿Por qué tuve que nacer así? › sollozó, limpiándose toscamente las lágrimas. No era justo...

— Que patético te ves llorando.

Levantó la mirada, viendo al grupo de amigos de Bakugo entrar al baño, aunque Bakugo no estaba. Ese grupo que siempre lo molestaba y se burlaba de él.

Al notarlos, se secó las lágrimas y el azúcar de manera brusca con el antebrazo— N-No estoy llorando —se defendió, con la voz rota por el llanto— S-Sólo se me metió un poco de pastel en el ojo...

— ¿Seguro?

Al ver esa sonrisa, un escalofrío recorrió su espalda.

— ¿Sabes? Creo que no fue suficiente ese pastel —dijo uno de esos chicos con una sonrisa.

— ¿Tú crees?

— Si, creo que como es su cumpleaños es justo que reciba algunos regalos de nuestra parte también.

Izuku tembló al verlos acercarse.

— Es repugnante ver tu rostro todos los días en la escuela, siempre sonriendo, ¡Eres repugnante!

— Y-Yo, lo siento...—se disculpó, retrocediendo.

— ¿Crees que una disculpa va a arreglar eso? —dieron un paso adelante.

— Oye, si su cara es tan repugnante, ¿Por qué no le ayudamos un poco...?

— ¡Qué buena idea!

En ese momento, su espalda tocó la pared. No había escapatoria. Nadie lo iba a ayudar, porque él sólo era alguien que no debió nacer.

— Vamos a ver si puedes sonreír después de esto —acto seguido, escuchó el sonido de varios nudillos crujiendo, preparándose para darle la paliza de su vida...