Capítulo 16.

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[Capítulo dedicado a los rescatistas que salvan vidas cada vez que hay una catástrofe. Ustedes son grandes héroes de la vida real.]

— ¡Ya estoy aquí! —rió Hana, haciendo una pose muy exagerada en la entrada de su casa, digna de kamen rider.

Por fin había terminado su semestre en la universidad, así que ahora sólo le quedaba disfrutar el resto de sus vacaciones de invierno en casa con su familia. Estaba emocionada con la idea de pasar la navidad con ellos, de seguro su padre le compraría muchas cosas como cada navidad.

— No has estado viviendo de ramen instantáneo, bentos de la tienda y comida rápida, ¿Verdad? —cuestionó Hana, picándole la mejilla a su hermano menor.

— No...—respondió, sin mirarla.

Entrecerró los ojos— Mientes.

— No es cierto...

Aunque Hana quiso entrar a periodismo en la universidad de la prefectura, no logró quedar y en su lugar quedó en su segunda opción de universidad, la cual quedaba a un viaje de varias horas en tren bala. Pese a que le gustaba su carrera y sus compañeras de piso le caían bien, estaba preocupada por la salud de su padre y hermano, sobre todo por este último, Tenko no era fanático de la cocina y siempre terminaba comprando comida en su lugar.

— Estoy segura que estás alimentándote peor que los vagos de tus amigos —refunfuñó, notando que su hermano estaba más delgado que la última vez que vino.

— No les llames así.

— ¿Por qué los defiendes? —le miró mal— ¿Acaso has olvidado cuántas motocicletas te ha hecho explotar Toya? —le recordó.

— No, no lo he olvidado.

Y su cuenta bancaria tampoco lo había olvidado.

— Y aún así los defiendes —resopló, caminando hasta la cocina— Lleva mis maletas al cuarto, haré el desayuno —eso no era una pregunta.

— Si, señora —cedió con una pequeña sonrisa. Incluso si era una mandona había extrañado a su hermana.

— ¿"Señora"? ¡Sólo soy mayor que tú por un año! —lo apuntó con la cuchara de madera que tomó del cajón.

— Sí, sí...—le restó importancia, tomando la maleta de su hermana para llevarla a su cuarto.

A diferencia de él, su hermana iba a la universidad, así que sólo venía a casa en días festivos y en vacaciones. Por esto, hasta que las vacaciones de Hana acabarán, él iba a ser mangoneado por su hermana mayor.

‹Al menos no tendré que ir a la tienda por comida...› pensó, comiendo un poco de la sopa miso con udon que su hermana hizo. Como era de esperar, la comida casera era mejor que los bentos de la tienda.

— Por cierto, ¿Dónde está papá? —le preguntó Hana, notando que su padre todavía no estaba en casa ¿Acaso estaba ocupado con su agencia de héroes?

— Está con Izuku, entrenando —respondió antes de meterse una porción de udon a la boca.

— Oh, ya veo —dijo Hana, con un aire pensativo al recordar al chico que había salvado a su padre.

Estaba sorprendida, no pensó que a su padre y a su hermano les terminaría llamando tanto la atención ese chico. ¿Acaso...?

— Tenko.

— ¿Mm?

— No hables con la boca llena —frunció el ceño.

— Entonces no me hables cuando estoy comiendo —respondió, sin dejar de comer.

‹Este chico...› pensó, un poco molesta— Tenko, ¿Crees que papá quiera darle el One for all a ese chico?

—...

Tenko pareció pensativo un momento ante esta idea.

— No lo creo.

— ¿Seguro? —preguntó— Esta es la primera vez que lo veo entrenar personalmente a alguien.

— Eso es porque le gusta Inko-san.

No era sólo que Izuku tenía un gran espíritu y quería ser un héroe, además de la deuda que sentía su padre con él por salvarle la vida, también era que a su padre le gustaba Inko-san, la madre de Izuku, así como ella también gustaba de él.

— Entrenar al hijo para ganar puntos con la madre...—murmuró Hana para sí misma— Que bajo —se quejó, decepcionada al escuchar que su padre estaba usando una estrategia tan baja.

— No es eso —negó con la cabeza— Izuku-kun tiene un gran espíritu, pero él no tiene un quirk.

— Papá tampoco tenía un quirk.

— Lo sé, pero...—suspiró, dejando sus palillos a un lado— No sé cómo explicarlo...

No sabía cómo explicarlo, pero estaba seguro que su padre no pensaba darle el One for all a Izuku. El entrenamiento que estaba dándole al chico no era el que se supone que uno le daría al futuro poseedor de uno de los quirks más poderosos...

— ¿Qué crees que es lo que papá tiene en mente?

— No lo sé, pero...

Fue en ese momento que una conocida melodía salió del celular que Tenko traía en su bolsillo, avisándole que tenía que había una emergencia. Antes de que Hana pudiera decir algo pudo ver como su hermano se terminaba la comida en cuestión de segundos antes de contestar.

— ¿Diga? —preguntó, limpiándose la boca con una servilleta— Sí, voy de inmediato.

Al ver a su hermano correr a la puerta, dándole un breve "gracias por la comida" mientras se despedía con su mano, Hana sólo pudo suspirar.

‹Ser un héroe suena complicado› pensó, levantando el plato que su hermano terminó y llevándolo al fregadero con su quirk de telekinesis.

La gente tendía a subestimar a los héroes de apoyo, pero sin importar qué tipo de villano había su hermano siempre respondía cuando había que deshacerse de algún elemento peligroso o a cualquier tipo de situación que necesitara deshacerse de mucho material; no sólo eso, él también tenía que correr cuando ocurría algún tipo de catástrofe como terremotos, derrumbes, y, en general, situaciones con personas atrapadas.

La gente siempre veía a su padre salvar el día, pero nunca se fijaban en su hermano, quien a veces trabajaba 16 horas para poder rescatar a los civiles atrapados bajo los escombros, ya fuera por un terremoto o un enfrentamiento entre héroes y villanos.

‹Un héroe...› pensó, tomando un poco de udon antes de metérselo a la boca. ‹Supongo que la gente sólo ve a los héroes de apoyo cuando los necesita›

...

Turquía representa al 1,4% de los lectores de esta historia, esas son unas 7 personas. Espero que todos ustedes se encuentren bien.

Sí, llevo la cuenta de los lectores de la historia, Wattpad tiene un mapa con porcentaje y yo hice un Excel con este mapa. Dato curioso: hay más polacos (7) leyendo que uruguayos (1), dominicanos (2), paraguayos (3), guatemaltecos (4) y costarricenses (6); hay más argentinos (34) leyendo que casi todos los centroamericanos, juntos (26) a excepción de los mexicanos (122, el país con más lectores); también hay más indonesios (8) leyendo que polacos (7); hay más indios (4) que alemanes (2); hay más brasileños (15) que colombianos (13) y ecuatorianos (12); hay más estadounidenses (37) leyendo esto que españoles (31) y hay más chilenos (55) que argentinos (34) y peruanos (43). Ah, y hay casi 80 lectores que vienen de países que no hablan ni pio de español, representando casi el 15% de los casi 500 lectores, provenientes de 46 países.

En fin, ignorando todo esto, ahora les faltan 597 votos para el especial.

Mensaje de arrepentimiento - Quirkless Deku AU.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora