Capítulo 30.

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He aquí su regalo navideño ( ̄y▽ ̄)╭

***

— La gente procesa los traumas de maneras diferentes.

Las palabras de Sorato seguían en su mente incluso cuando esa mañana tuvo un examen de matemáticas. Era seguro que no le fue bien, no pudo concentrarse, ¿Cómo podría...?

— Todos tienen diferentes formas de tratar con sus sentimientos.

Y, tras ver lo que vio, Izuku no se sentía capaz de procesar lo ocurrido. Había visto a alguien perder a un ser querido, a un niño perder a alguien tan importante como una madre, y él...

‹Me siento mal...›. Pensó, llevándose las manos al rostro, sintiendo un leve temblor en estas.

Le costó toda una hora de terapia poder entender que si Dabi y Hawks reaccionaban así no era porque eran insensibles, sino porque los héroes, al igual que los médicos, tenían su propia forma de separar sus sentimientos de ello: enfocarse en su enfrentamiento con el enemigo. Los médicos también tenían que separar sus emociones de lo que sucedía, pero... ¿Cómo lo lograría?

‹Esto... es horrible›.

Había casos duros, vería a gente morir, y él... No podría salvarlos a todos...

— ¿Izu-kun...? —Escuchó la voz de Yuga a su lado, sacándole de su ensimismamiento.

— Y-Yuu-kun...

Estaba claro que se veía tan... patético, ahora mismo. Tenía miedo de que su amigo se burlara de él, pero... Yuga era su amigo, un amigo de verdad, no como Bakugo...

‹Tú no me molestaras, ¿No es así...? ›. Pensó mientras el temblor de sus manos empeoraba.

— ¿Estás bien?

Tragó duro mientras sus manos lentamente bajaban, dejándole ver a Izuku, quien no había dormido bien estos días ni se sentía capaz de comer más de una bola de arroz incluso tras la sesión de emergencia. Era claro que no se encontraba bien.

— Yo...—Sus ojos verdes se llenaron de lágrimas y eso fue suficiente para Yuga, quien lo tomó entre sus brazos y le envolvió en un cálido abrazo.

El abrazo que Yuga le dio en ese momento... Izuku pudo jurar que fue el más reconfortante que había recibido en mucho tiempo, pero no tenía con quien compararlo pues sólo podía recordar los abrazos de su madre.

— Todo estará bien...

‹No lo estará›. Sollozó, aferrándose a la ropa de su mejor amigo mientras todo su cuerpo empezaba a temblar, ya no eran sólo sus manos, no, estaba temblando desde lo más profundo de su ser.

Todos estaban luchando o huyendo y él... estaba congelado en su lugar...

Se supone que los médicos veían eso todos los días y él... ¿Él sería capaz de soportarlo?

‹ ¿Por qué tiene que ser tan difícil...? ›. Se preguntó mientras sus lágrimas manchaban la camisa de su amigo.

Él quería ayudar, pero no lo hizo, él sólo fue un inútil...

— Ven, vamos a limpiarte la cara. —Dijo el rubio, limpiando sus lágrimas restantes una vez él se tranquilizó.

— Sí...

Fue raro ver a Yuga lucir serio, no recordaba haberlo visto así...

— Bien, ahora que estamos mejor...—Comentó el joven Aoyama, metiendo su mano en su bolsillo sólo para sacar de su bolsillo su billetera, una billetera de una marca de la que Izuku nunca había oído antes— Vamos a comer algo en la cafetería, para pasar las penas ☆ —Volvió a su actitud habitual, sacándole una risa al chico.

— Como diga, Yuga-sama.

Esto era difícil, mucho, pero tenía a su madre con él y a sus amigos, quienes al verlo con los ojos rojos mientras comía un helado con Yuga lo acompañaron e intentaron animarlo con bromas y juegos tontos. Todo esto hace un par de años no era más que un sueño imposible: sus compañeros de clase lo odiaban o lo ignoraban como si no existiera, no tenía ningún amigo real y la única persona que le hablaba sin insultarlo...

‹Kenji...›. Pensó, recordando al único que no lo trató mal pese a ser del grupo de Bakugo. ‹ ¿Por qué hiciste eso...? ›.

Gracias a él no le quitaban su bento para tirarlo a la basura, ya no tenía miedo de que lo golpearan en el almuerzo ni tenía que revisar la basura para recuperar su caja de almuerzo.

Era algo tonto, no debería estar feliz porque alguien se comiera casi todo su bento, pero Kenji fue el único que lo reconocía como un ser humano en ese lugar, el único que no lo golpeó y se veía un poco incómodo cuando lo molestaban, el único que parecía importarle cuando ni siquiera los profesores se molestaban en hacer algo. Además, sus bromas a los profesores eran divertidas...

‹Supongo que soy un bicho raro por pensar eso...›. Suspiró mientras se despedía de Taiga, un compañero de clases con el que podía caminar más o menos la mitad del trayecto hasta la estación, aunque... con la nueva expansión que había, quizás podrían ir juntos.

Yuga se había ofrecido a llevarlo a casa, pero no quería ser una molestia. Sus casas estaban muy lejos...

‹Me gustaría vivir más cerca de la escuela›. Divagó, mirando el cielo por un momento. Ya era tarde. ‹Mamá debe estar ya en casa›. Cerró los ojos.

En ese instante la única preocupación de Izuku, quien al fin había podido distraerse de sus pensamientos relacionados a la batalla que hubo en Shizuoka, era sobre qué habría hoy para cenar. Estaba seguro de que hoy podría terminar su plato y, quizás, podría terminar con el resto del bento que dejó en el almuerzo después de la caminata con su mamá, hacía buen tiempo, la primavera se había asentado, sería una caminata agradable; sin embargo, una persona que no quería ver apareció y se paró delante de él, arruinando sus planes.

— Izuku.

— ¿...?

Fue entonces que Izuku le prestó real atención a lo que había a su alrededor y su mirada se topó con una mirada también verdosa.

—...

Su boca se abrió, pero no salió ningún sonido. Su mente sólo pudo procesar una palabra mientras veía aquella figura.

‹ ¿Padre? ›.

***

Listo, ahí tienen su cliffhanger (。・∀・)ノ

Ahora son 100 votos para reclamar el capítulo, a los 80 llegaron rápido y no tuve mi tiempo de vagancia (。_。)

Mensaje de arrepentimiento - Quirkless Deku AU.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora