Capítulo 31.

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Este capítulo tiene un poquito de angustia ( ̄y▽ ̄)

***

El cuerpo de Izuku se congeló al reconocer a Hisashi Midoriya, su padre, ese hombre cuyo rostro sólo pudo reconocer por las fotografías que escondió hace mucho.

Era él, definitivamente era Hisashi, se veía más viejo, pero definitivamente era él.

—...—Tragó duro y dio un paso adelante, y luego otro, y luego otro, hasta que finalmente lo pasó.

No tenía nada que hablar con él.

Ese hombre no era su padre, un padre no lo abandonaría por... ¿Cuál era la excusa?, ¿Trabajo? ¿Qué trabajo duraría una década sin vacaciones?

‹Se fue cuando tenía dos años, la última vez que vino tenía cuatro años›. Pensó, agarrando con fuerza la correa de su fiel mochila amarilla.

No tenía nada que ver con ese hombre, ese infiel...

— ¡Izuku!

Sin embargo, Hisashi obviamente no pensaba lo mismo.

— ¡Sé que he hecho mal en no venir en todos estos años! —Admitió, tomándolo del brazo para jalarlo— ¡Pero sé que si hablamos-...!

Lo que Hisashi no sabía es que Izuku llevaba ya meses en aikido, y no sólo eso, Toshinori, su padrastro, había insistido en pagarle clases de karate; y su reacción instintiva al ser agarrado por alguien que podía considerarse una amenaza fue darle un fuerte golpe a la cara, patrocinado por su cinturón blanco y su pronta ascensión a cinturón amarillo.

— Agh...

—...

Izuku entonces miró a su puño, el cual estaba con restos de sangre en los nudillos, y luego al hombre que cayó al piso y se sujetaba la nariz con la mano.

‹Mierda›.

Era un hecho que sus profesores lo regañarían por reaccionar de manera violenta y le dirían que se disculpe, pero no quería disculparse, no con Hisashi, así que su reacción de "lucha o huida" rápidamente pasó de lucha a huida.

— ¡Izuku...!

Pudo escuchar a ese hombre llamarlo, pero no escuchó, su cuerpo se movía por pura inercia.

Estaba asustado. Estaba enojado. Había demasiados sentimientos en su pecho, no quería verlo, no ahora.

‹No, en realidad no quiero verlo›. Pensó, sintiendo el aire entrar a sus pulmones y cómo su cuerpo protestaba de aquella carrera inesperada para la cual no había calentado. Todavía podía sentir la sangre en sus nudillos, sangre que lo hacía sentir enfermo: él tenía la mitad de esa sangre corriendo por sus venas y eso le molestaba.

Podía jurar que nunca había corrido así, ni siquiera para el festival deportivo que hubo el año pasado, recorriendo en tiempo récord el tramo que faltaba para llegar hasta su casa.

— Izuku, ¿Qué pasa? —Le preguntó su madre, notándolo pálido y sudado— Parece que viste un fantasma.

No, no fue un fantasma, pero no estuvo muy lejos de ello...

— Mamá...

— ¿Pasó algo?

Bajó la mirada, sin saber muy bien qué hacer— Mamá, él está aquí...

— ¿"Él"? —Repitió, confundida.

Era un hecho que Inko no entendía lo que su hijo le decía y no se le podía culpar, ¿Por qué ella pensaría que Hisashi volvería después de tanto tiempo?

—...—Tragó duro y en un intento de recuperar líquido, pues sentía la boca seca como el desierto, fue hacia la cocina en busca de un vaso con agua.

— Izuku, respóndeme, ¿Qué pasa?

Bebió el vaso con agua con claro nerviosismo— Hisashi, él... está aquí.

—...

No, Inko definitivamente no se esperaba eso.

— ¿En serio...?

Asintió.

— ¿Estás seguro... de eso? —Volvió a preguntar, sintiendo un nudo en la garganta— Después de todo, no lo has visto...—Su voz se hizo más baja con cada palabra que decía.

— Era él, incluso me llamó...—Admitió, sin mirarla.

— ¿Y qué hiciste?

— Lo ignoré... pero él me tomó del brazo y yo... lo golpeé. —Confesó de manera atropellada mientras sus dedos jugaban con el vaso de cristal en su mano— No quería hacerlo, s-sólo... mi cuerpo reaccionó por instinto.

Y aunque Izuku intentó justificarse, eso a Inko no le importaba, su mente ahora mismo estaba demasiado desordenada para pensar en regañarlo por algo así.

— Ya veo...

Esa fue toda su respuesta.

— Mamá... ¿Crees que vendrá aquí por-...?

Lo cortó— Hoy iré a dormir temprano, el trabajo fue pesado. —Le sonrió, pero era claro que esa sonrisa era forzada— No le abras a ningún desconocido.

— Sí, pero...

No respondió.

En ese momento, la mujer sólo se dio la vuelta y caminó hacia su cuarto, cerrando la puerta tras de sí de una forma tan tranquila que el chico no pudo evitar sentirse preocupado.

— Mamá...

Ella no salió en todo el resto del día.

Ese día, la cena, pese a estar deliciosa, tuvo un sabor amargo y solitario...

***

Hoy actualicé tres historias, estoy así: 

Como lograron llegar a 100 votos, de manera un poco lenta, pues se queda así la meta ( ̄y▽ ̄)╭

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Como lograron llegar a 100 votos, de manera un poco lenta, pues se queda así la meta ( ̄y▽ ̄)

Disfruten de sus teorías y la ansiedad de saber qué pasará hasta entonces.

Mensaje de arrepentimiento - Quirkless Deku AU.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora