Capítulo 24.

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Tanto sin actualizar~.

Mis excusas: No sabía cómo hacer este capítulo (⁠•⁠;⁠) y la universidad no ayuda a mi imaginación.

...

[Advertencia: Este capítulo contiene situaciones que pueden afectar la sensibilidad del lector (muerte de un personaje, depresión, terrorismo, culpa). Se recomienda discreción.]

...

— Maestra...

Toshinori sólo pudo mirar con incredulidad lo que sus ojos veían: su maestra estaba ahí, con dos niños pegados a ella en el sofá de su sala, niños que compartían parecido con ella.

— Toshinori-kun. —Ella le sonrió.— Ven, te presento a mis nietos.

‹ ¿Nietos? ›

Por un momento el rubio se quedó en blanco, cuestionándose si sus oídos estaban fallando. Entonces, recordó a Kotaro, el niño que muchos años atrás su maestra había dado en adopción.

‹Lo había olvidado...›

Y al notar que lo había hecho, se sintió mal. ¿Cómo había podido olvidar al hijo de su preciada maestra...?

— ¿Qué ocurrió? —Preguntó, sintiendo un nudo en la garganta. Su maestra había dado en adopción a su hijo porque no quería que él tuviera que sufrir, ¿Por qué...?

— Toshinori-kun, yo... Fallé.

Ese día, Nana se dio cuenta que, ella fue un héroe para todos, menos para su familia.

Había intentado salvar a Kotaro del mal, evitar que tuviera que enfrentarse a All for one, que no tuviera que lidiar con el peso de ser hijo de la heroína Nana, pero...

Había personas que no podían ser salvadas.

— Quería hablar con él, había escuchado que le iba bien. Yo sólo... quería disculparme...—Admitió la mujer en voz baja.— Toshinori-kun, mi hijo... Es una mala persona.

Él les había hecho daño a sus nietos, mucho daño.

— ¡Te odio, madre!

Todavía podía recordar la voz de Kotaro, resonando en sus oídos, una voz llena de odio.

— ¡Todo es tu culpa...!

Y aunque sabía que había hecho todo lo que podía por él, que no había hecho nada malo, que sólo quería que él tuviera una vida normal, Nana no pudo evitar pensar que sí era su culpa.

— Nunca debí abandonarlo...

— Maestra...

— Toshinori-kun. —Le sonrió, viendo que el hombre parecía sentirse culpable por su estado.— Creo que es hora que me tome un descanso.

Esos niños, Hana y Tenko, se volvieron la luz de los ojos de su maestra. Por primera vez en tantos años, desde que Taro les traicionó y ella tuvo que entregar a Kotaro por el miedo, la sonrisa de su maestra volvió.

Ella incluso buscó toda la ayuda que pudo cuando el quirk de Tenko salió a la luz: era un quirk extremadamente destructivo y peligroso, uno que le recordaba un poco al quirk del que una vez fue esposo de su maestra, pero ella no se asustó.

— Todo estará bien, Tenko, sólo no te quites los guantes, ¿Sí?

— Sí...—Sollozó el niño, aterrado ante el poder de su quirk.— Abuela, ¿Por qué no tengo un quirk como tú o Hana...?

Mensaje de arrepentimiento - Quirkless Deku AU.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora