Capítulo 29

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UNA ROSA DORADA
CONOCE LAS TRES
CABEZAS DEL DRAGÓN

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—Adhara, ¿me acompañarías afuera? —me preguntó Daenerys

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—Adhara, ¿me acompañarías afuera? —me preguntó Daenerys.

—Por supuesto, su majestad.

Jon se había negado a arrodillarse ante ella, por lo que ambos habían terminado en muy malos términos. Jon se había marchado a su habitación, mientras que yo me había visto impedida debido a la invitación de Daenerys.

Me hizo caminar a través de los estrechos caminos que daban con las afueras de su castillo y nos detuvimos frente a sus tres dragones, los cuales yacían volando libremente por los azules cielos de Rocadragón.

—Los nombré en honor a mis hermanos, Viserys y Rhaegar. Ambos están muertos —los señaló—. Tu también perdiste a dos hermanos.

—Sí, sus nombres eran Loras y Margaery —agregué—. También perdí a mi padre, Mance Tyrell.

—Asumo que ese es el motivo por el cual vistes negro.

—Estoy vestida de negro porque los Lannister asesinaron a mi familia, al igual que lo hicieron con la tuya —respondí—. Estoy segura de que, si mi abuela se unió a ti, es porque vio algo especial en ti.

—Pero si me hace elegir entre enfrentar a los Lannister y conseguirle el Trono de Hierro —continué hablando—. O enfrentar al ejército de los muertos y salvar a los Siete Reinos... Entonces como reina sabrá que no podré apoyarla.

—¿Alguna vez has visto el ejercito de los muertos?

—No, pero confío con mi vida en las personas que lo vieron —contesté—. El Rey de la Noche y los Caminantes Blancos no son mitos y están a punto de cruzar el muro.

—Los dragones no desaparecieron como se decía, así que quizás debamos estudiar mejor lo que creemos saber  —dijo Daenerys—. ¿Quienes son esas personas en las que dice confiar con su vida?

—Jon Snow es uno de ellos —respondí—. Pero también conocí a un Targaryen que creía en ellos y el le escribió esta carta.

—Creí que yo era la última Targaryen —replicó.

—Lea la carra y luego reúnase con nosotros para darnos su veredicto final —le dije—. Y si duda de la procedencia de esta carta, entonces puede preguntarle a Tyrion.

Me di la vuelta dispuesta a marcharme, pero antes de hacerlo, le lancé una última pregunta:

—¿Algún día me permitiría montar alguno de sus dragones?

La marca de los Tyrell | Jon Snow GOTDonde viven las historias. Descúbrelo ahora