Capítulo 3

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UNA ROSA DORADA
ABANDONA SUS RAÍCES
Y SE AFERRA A SUS ESPINAS

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Ya habían transcurrido horas de batalla y aún no habían noticias de mi padre

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Ya habían transcurrido horas de batalla y aún no habían noticias de mi padre. Todo en el palacio indicaba que estábamos perdiendo.

Oí pasos en el pasillo y me escondí en el sitio más preferible de mi dormitorio: debajo de mi cama. La puerta de mi dormitorio se abrió; permitiendo el ingreso de un hombre con la armadura característica de los Lannister.

—Adhara, es momento de huir —me dijo—. Tu abuela me ha enviado.

Me arrastré con ayuda de mis codos fuera de la cama y lo observé con mayor detalle.

—¿Por qué tú, Sandor? —le pregunté—. Juraste proteger al Rey, ¿qué hay de él?

—Que se muera el Rey —me contestó Sandor—. ¿Vendrás conmigo o seguiras haciéndome preguntas?

—Eres un asesino y un traidor —bajé la cabeza—. ¿Cómo sé que estaré segura a tu lado?

—Tu padre, tu hermano, todos somos asesinos —me contestó—. El mundo está construido por asesinos, así que será mejor que te acostumbres a mirarlos a los ojos.

—Tú podrás ser un asesino, pero no me harás daño —comprendí.

—No, pequeña. No te lastimaré —me aseguró—. Será mejor que te cambies.

Me arrojó la armadura típica de un soldado del Dominio y se dio la vuelta.

No tuve dificultades a la hora de ponerme las prendas básicas, pero no tenia la menor idea de cómo colocarme la armadura.

—Necesito ayuda —le dije.

Sandor se dio la vuelta y tomó cada una de las piezas y las fue colocando sobre mi cuerpo. Al finalizar, me cedió una espada y me dijo:

—Es Acero Valyrio. Será mejor que te acostumbres a ella.

—Pero yo sé cómo utilizar una espada —le dije.

—Por supuesto que sabes, eres Sir Loras Tyrell.

—Nadie creerá esa mentira —le dije.

Sandor abrió la bolsa de tela que colgaba de su hombro y arrojó su contenido sobre mi cama.

—¿Qué es eso? —le pregunté aterrorizada.

La marca de los Tyrell | Jon Snow GOTDonde viven las historias. Descúbrelo ahora