Capítulo 18-

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Ana estuvo callada y muy seria con Verónica todo el camino. Era experta en ser indiferente y hasta un poco fría cuando se enojaba (según Verónica).

Verónica como ya conocía esa parte de su mujer, le preguntaba muy cariñosamente si estaba bien. Ana se mantenía apática aunque por dentro se moría cada vez que le decía:

"Amor, ¿segura que estás bien?"

Cuando por fin llegaron a casa de Ana, Verónica pensó en cómo contentarse con Ana. Realmente era difícil enojarse con ella, la amaba tanto que no era capaz de hacerlo. De repente, se le vino una idea a la cabeza y pensó en algo un tanto atrevido pero muy divertido.

Ana estaba sentada viendo televisión en la sala, estaba seria aún. Cuando de repente Verónica apagó el televisor con el control remoto e hizo que Ana volteara a verla.

Verónica únicamente tenía puesto un top corto y unos shorts que dejaban pocas cosas a la imaginación. Ana no podía disimular su mirada y lo roja que se estaba poniendo.

"Estas...preciosa cielo"

(Y vaya que estaba hermosa...)

Verónica se acercó y le dijo:

"Creo que estás molesta conmigo cielo, ¿estoy en lo correcto"

Ana no podía concentrarse en lo que Verónica le estaba diciendo, no podía quitar su mirada del prominente busto de Vero. Verónica se reía al ver esto y se acercó aún más. Se sentó en las piernas de Ana y le susurró suavemente al oído:

"Estoy muy caliente"...

La sorpresa de Ana al ver lo que le estaba diciendo, provocó que se erizara y rápidamente quitara el top que tenía Verónica. Después de unos segundos, Ana empezó a besar suavemente los hombros de Verónica y pasar su mano suavemente por el abdomen. Gracias a la excitación, Verónica lentamente abría cada vez más sus piernas.

Cosa que Ana aprovechó e introdujo su mano directamente debajo del calzón de Verónica. Ana empezó a abrirse espacio con sus dedos para así lograr meter 2 de sus dedos en el punto débil de Verónica.

En ese momento, Ana recordó haber comprado algo especial para jugar con Verónica. Paró repentinamente los movimientos y le dijo a Verónica que ya venía.

De repente entró..¿con un arnés?

Pues sí, un arnés. Verónica al ver el tamaño de este se estremeció y hasta dudo en si quería jugar con él. Ana se lo puso al rededor de su cintura rápidamente y puso a Verónica de espaldas a ella. Ana antes de introducirlo, puso un poco de lubricante. Cuando de repente y sin dar mucho aviso, introdujo de un solo golpe el juguete. Verónica dio y un grito y dijo:

"A..na, Ana suave que duele"

Ana se acordó que estaba enojada con Verónica y decidió desquitarse un poco más. Verónica sabía que estaba haciendo pero realmente le gustaba y más que gustarle, le excitaba aún más.

Rápidamente cambiaron de posición de Ana le dio espacio a Verónica que escogiera qué posición quería, cuando de repente...

*din don...*

¡EL TIMBRE DE LA CASA!











JAJAJAJAJ que amabilidad la mía <3

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