Capitulo 15-

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Sí bien, Ana alguna vez tuvo un pequeño roce con la secretaría. A todo eso se refería Diana al decirle lo que le dijo aquel día. Realmente solo fue un festejo del trabajo, un par de copas y unos cuantos besos.

Mientras que Ana recapitulaba lo de la secretaría, Verónica estaba desconcertada, no sabía a ciencia cierta qué pasaba.

"Ana, Ana, ¡ANA!"

Le dijo Verónica sacando al instante a Ana de sus pensamientos. En ese mismo momento y con voz cortante, dijo:

-¿Me quieres explicar que diablos pasa y por qué la secretaría te envió esa mirada?

Ana palideció al instante y tragó saliva.

"Solo es mi secretaría mujer, ya párale con tus ideas. Aparte, tú y yo no somos nada"

Esa fue la frase que hizo que Verónica saliera por la puerta, no sin antes decir:

Para ti solo fui una aventura más, ¿no?
Irónico pensar que la señora "ANA GABRIEL" me quería para algo serio.

De ahí en adelante, Verónica caminó sin mirar atrás. Ana una vez más dijo algo que no debía y sabía que tenía que corregir eso. Pero no permitiría que otro de sus "errores" alejaran a Verónica.

Ana corrió detrás de ella y arrastrándola de un brazo, la metió al carro antes de que lograra reaccionar. Puso seguro al carro y dijo:

-Escúchame, no puedes irte así. Sé que dije algo que no debía, insinúe...lo que tú dijiste. Pero perdón, no fue eso.

-¿Ah no? Entonces, dígame doña, ¿qué fue?

Ana le dio una explicación vagamente, sin obtener ningún tipo de reacción a cambio. Era hora de jugar la última carta. Su mujer era muy dramática y solamente demostrando que la quería y que no podía perderla, podría lograr una reacción.

Decidió robarle un beso en ese instante. Uno apasionado y largo, sin darle mucho espacio a apartarse. Una vez se separó para respirar, Verónica le dijo:

-¿Qué somos? Porque ni creas que esto va a arreglar tu error.

Ana pensó:

"ALELUYA, ¡me dijo algo!"

Respondió rápidamente:

-¿Quieres ser mi novia?

Verónica dijo tratando de ocultar su emoción:

-Mjm, acepto ser tu novia. Ahora devolvámonos al estudio que debo enseñarte algo AHÍ.
Ana no tuvo otra que aceptarlo y se devolvió al estudio, pero está vez, con su mano agarrada por la de Verónica y una entrada triunfal por en frente de la secretaría. Vaya que se vengaría de ella...

¿Lujuria?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora