Capitulo 11-

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Mientras Verónica Paredes, Ana y Diana hablaban. Verónica estaba extrañamente...¿en el supermercado?

Pues sí, estaba comprando helado, sushi y chocolates para Ana. Sabía que Ana estaba pasando por un momento difícil y pensó que darle un detalle, sería buena idea. Pero antes, pensó que pasaría entre ellas. Si realmente quería estar con ella y no ser un acostón y ya, debía dejarlo claro. Si no, lo más sano sería alejarse.

Claramente decidió la primera opción y pensó en cómo dejarlo claro sin tener que hablarlo directamente.

Mientras Vero se encargaba de todo eso, Ana estaba en la sala tratando de contener su llanto cuando Verónica Paredes le dijo que lo ideal sería llevarse a Diana por un tiempo en lo que las aguas se calmaban. Diana no era capaz ni de mirar a Ana a los ojos por tal rabia que tenía, así que, Verónica Paredes tomó la decisión.

A la hora de salir de casa de Ana, Verónica Paredes salió primero con las maletas de Diana, y se dirigió a dejarlas en el carro. Ana tenía los ojos llorosos y no sabía que hacer ni que decir a Diana, realmente quería que se quedara.

Ana no supo más que decir y dijo:

-Perdóname hija, te amo muchísimo Diana.

En el momento trató de darle nuevamente un abrazo. Abrazo el cual Diana no correspondió del todo y aparto después de unos segundos.

Ana al ver el carro de Verónica Paredes irse a lo lejos, no tuvo otra opción que dejarse llevar por el llanto y subir a su cuarto. De repente, se escuchó el timbre sonar. Ana bajó desesperada pensando que se les había quedado algo, pero esa Vero.

Ana trató de disimular su cara y dejó pasar a Vero. Vero al darse cuenta que Ana tenía los ojos y la cara hinchada de tanto llorar, corrió a abrazarla y darle consuelo. Vero después de unos minutos se separó de Ana y le dijo:

-¿Que pasó mi amor?

Ana volvió a romper en llanto y le contó todo. En ese instante, Vero la consoló y sugirió ir a su cuarto. Ahí, le enseñó lo que había traído para que comieran las dos y trató de darle ánimos a Ana.

Pusieron una película para distraerse; y así, mientras Ana comía chocolates abrazada a Vero. Esta daba pequeños piquitos de vez en cuando en su frente o le hacía cariñitos en el cabello.

Vero claramente no podía dejar a Ana dormir sola en esas condiciones, así que, por decisión propia, se quedó. Al día siguiente, Vero bajó primero y sería su turno de preparar el desayuno. Puso a hacer café y preparó huevos con tostadas.

En cuanto Ana despertó y no sintió a Vero a su lado, se levantó en busca de esta. Cuando la vio en la cocina de espaldas, se apresuró a agarrarla de la cintura y darle pequeños besos en el cuello. Vero se volteó y le dijo:

-Al parecer ya te despertas...

Ana no dejó que terminara la frase y le dio un beso.

Alguien amaneció divertida...












Según yo, fue un poco más largo <3

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