Aemond.
Tome su mano besando el dorso de ella. La había recostado ahí a cada rato ponía paños húmedos sobre su frente para calmar su fiebre.
—Ae...—abrió sus ojos lentamente y pose la mano en su panza.
—Estarás bien, lo prometo—susurre dejando un beso en su mejilla.
—Quiero dormir—negué ante su petición—Por favor, el bebé...
—Él bebé va a estar bien, amor—no solía decirle así—Te lo prometo.
—Por fin—murmure cuando vi a mi hermano y al medico que la ayudaría.
—Retirense por favor—nos miro y negué.
—Estas loco, viejo—Aegon negó y rodeo la cama tomando la mano de Adeline.
—Sería mejor para ella—una voz firme me hizo girar sobre mis talones y me quedé estático al ver a la mujer. Por segundos llegué a creer que era Helaena de no ser por los ojos bicolor—Tu debes ser Aemond.
—¿Cómo sabes mi nombre?
—No es que hayan muchos príncipes tuertos por ahí—sonrío—Aeriana, ese es mi nombre.
Entro a la habitación por completo y me empujó ligeramente para acercarse a Adeline.
—Tu esposa es bonita—sonrío mirando a mi hermano y paso una mano por los rizos de Ady que estaban deshechos por el sudor.
—¿Qué hace ella aquí?—mire al hombre.
—Es mi ayudante—le resto importancia.
Por alguna extraña razón no me gustaba su manera de mirar a Ady y como acariciaba su frente y su cabello.
—¿Madre?—la pelinegra abrió los ojos—Madre, extraño a mis hermanos. Aegon y Viserys solían estar conmigo cuando estaba sola...
—Esta bien cariño, esta bien—susurro tomando su mano—Esta alucinando y la fiebre aumenta—informo al médico y asintió.
—¡Haz algo!—grite harto de la situación.
—Cálmate, gritar no hará que ella esté mejor—la bicolor me miro y suspire frustrado—Trae agua más caliente y más paños—miro a la nana de Gaemon.
—Deben salir, debo revisarla.
—Ya dije que no iremos a ninguna parte—Aegon lo miro y el hombre asintió.
La tal Aeriana tomo un par de toallas con agua y las dejo en la panza de Adeline.
—Gracias...—murmuró con voz.
—¿Están seguros que no quieren salir?—interrogó nuevamente.
—Sí—respondimos al unísono.
Aparte la vista cuando metió sus manos entre las piernas de Adeline y ella se quejo del dolor extendiendo sus manos hacia nosotros.
—Tiene seis de dilatación—murmuró y la bicolor asintió—Aún le falta. Coloca más paños calientes sobre su frente así bajaremos la fiebre.

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LA GUERRA DE DOS REINAS.
FanfictionAdeline Targaryen. Primogénita de Rhaenyra y su espada juramentada Sir Harwin Strong. Muchos hablaban de ella, su cabello era negro y oscuro como la noche, pero tenía aquellos ojos violetas uno de los rasgos característicos de los Targaryen. Cada...