Adeline.
Me mire al espejo y limpie las últimas lágrimas que tenía. El alba ya había salido y decidí levantarme antes para arreglarme un poco. Jace seguía dormido y por momentos llegue a pensar que lo había matado. Di un respingo cuando vi que se removió y me metí a la cama con cuidado.
Fingí estar dormida para que no se diera cuenta.
—Buen día—susurro acariciando mi cabello—Adeline...
Abrí mis ojos poco a poco y sonreí al verlo.
—Buen día—besé su mejilla.
Se inclino y se agarro la cabeza con ambas manos.
—Que dolor de cabeza—me acerque hasta él y acaricie su nuca—No recuerdo nada después de que entre aquí.
—Tal vez sea por el vino—señale las copas y asintió.
Señaló la mancha de sangre entre los dos y me miró.
—¿Lo hicimos?
—Por supuesto—sonreí dejando un beso en su mejilla.
—No lo recuerdo...
—Jace, fue maravilloso—baje mi voz y junte su frente con la mía—Jamás me había sentido así, cariño.
—Prometi hacerte sentir bien—sonrío y se levantó.
Aparte la vista cuando vi su cuerpo desnudo y tomo sus pantalones.
—Pediré el desayuno—asentí.
Me tire en las almohadas y sonreí al ver que maldecía por el dolor de cabeza.
—Esposo—me incline y me miró—¿Me pasas mi camisón?
Asintió y lo tomo del suelo para pasármelo. Evitaría que me mirara más de la cuenta. Me había sentido incomoda por su reacción a mis cicatrices. Me vestí y me levante de la cama cuando el desayuno llego.
—¿Te gusta la habitación?—sonrío—Puedes cambiar lo que no te guste.
—Gracias—respondí.
—Vendrán en un rato para saber si la unión ha sido concebida—sostuvo su cabeza—Creo que iré con el maestre.
—No hace falta. Conozco un método que me enseñó mi madre para quitar el dolor—sonreí.
Debía evitar que fuera con el maestre. Nadie podía saber que lo había envenenado.
Me sente en sus piernas masajeando sus cienes y cerró sus ojos echando la cabeza hacia atrás.
—Selene—pedí a la dama cuando retiro los platos del desayuno—Trae agua fría y paños.
—Si, su alteza—se reverencio y salió.
—¿Aún duele?—susurre.
Seguía con sus ojos cerrados. Tome el paño y lo remoje en el agua fría cuando Selene me los llevo.
—Esto ayudará—sonreí y coloque el paño en su frente.
Estaba harta de todos en aquel lugar.
Habían pasado dos días desde mi unión con Jace y no quería tener que verle la cara de felicidad a Cassandra Baratheon.

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LA GUERRA DE DOS REINAS.
FanfictionAdeline Targaryen. Primogénita de Rhaenyra y su espada juramentada Sir Harwin Strong. Muchos hablaban de ella, su cabello era negro y oscuro como la noche, pero tenía aquellos ojos violetas uno de los rasgos característicos de los Targaryen. Cada...