Adeline.
Me había dicho a mi misma que no los vería nuevamente, pero cada vez que cruzábamos miradas recordaba aquellos besos y mimos después de hacer el amor.
O a mi me gustaba llamarlo así.
Por qué así me había sentido. Amada, deseada y querida por ellos. Sabía que ellos se sentían de la misma manera, ambos me lo hacían saber.
Di un respingo cuando vi a Aemond a un lado de mi cama y me sonrío.
—¿Qué haces?—susurre cuando vi que acariciaba mis piernas—Vete, Rhaenyra puede entrar en cualquier momento por esa puerta.
—Ya lo sé—señaló la puerta con pestillo—Solo quería verte antes.
—Aemond...
—No puedo dejar que te cases con él sin decirte que te quiero—susurro acercándose —Por qué te quiero.
Asentí mirando a la puerta—Yo también te quiero.
Tomo mi barbilla con sus dedos y me hizo mirarlo.
—Aegon te lo dijo y lo hizo—apretó sus labios.
Le costaba tanto expresar sus sentimientos que apreciaba el esfuerzo que estaba haciendo por mí.
—¿Qué cosa?
—Enséñame—susurro abrazándome—Enséñame esto del amor.
Aemond se había ido minutos antes de que Rhaenyra entrara a mi habitación con mil damas que caminaban de un lado para el otro con un montón de cosas en sus manos.
—Te ves radiante—sonrío tomando mis manos—Elinda, peina a la princesa. Debemos arreglar esos rizos.
Ella misma los revolvió así como solía hacerlo con Luke y me sentí extraña. Su dama de confianza me peino el cabello con delicadeza mientras las demás preparaban el baño y las otras me mostraban joyas.
Me decidí por unos aretes largos de color celeste y un collar divino en tonos dorados con gemas celestes incrustadas.
—Ese anillo no te combina—señaló el anillo que ambos me habían regalado.
—Quisiera llevarlo—sonreí.
Ni aunque me ordenará quitármelo, lo haría.
—Bien—se encogió de hombros.
La reina entró a mi habitación y me miró con una sonrisa.
—Te ves preciosa—me abrazo con cuidado—He supervisado yo misma y todo esta perfecto.
—Gracias—sonreí.
—Hace unos días ordene la presencia de Margaret para que preparará tus platillos favoritos.
—No había porque molestarse—murmuro la peliblanca y oculte mi sonrisa ante su disgusto.
—Lo mejor para la futura heredera—sonrío—Princesa Rhaenyra.
Salió de mi habitación y sonreí al ver a Helaena con un ramillo de flores.
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LA GUERRA DE DOS REINAS.
FanfictionAdeline Targaryen. Primogénita de Rhaenyra y su espada juramentada Sir Harwin Strong. Muchos hablaban de ella, su cabello era negro y oscuro como la noche, pero tenía aquellos ojos violetas uno de los rasgos característicos de los Targaryen. Cada...