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Tenía miedo.

Tenía tanto miedo que no sabia como enfrentarse a su padre. Creyó que jugar con el comandante de la guardia real no tendría consecuencias, pero ahora sabía que estaba equivocada.

Se asusto tanto cuando supo que estaba en cinta y huyo al pueblo tratando de olvidar todo.

—Tienes que ayudarme—susurro—No puedo protegerlo de mi padre o la corte. Van a masacrarme.

—¿Por qué? ¿Por estar en cinta sin una unión?—la princesa asintió—¿Alguien más sabe de esto?

Rhaenyra negó y Ana la miro—Bueno, mi amiga Alicent sabe que estoy en cinta, pero nada más.

—Esta bien, te ayudare—acepto.

Ana, la prostituta que una vez había salvado la vida de la princesa decidió criar al hijo que llevaba en su vientre hasta que esta estuviera lista para buscarla.

Rhaenyra supo como ocultar su estado mientras su padre le buscaba un esposo. Mejoro su relación con sus hermanos durante esas lunas en donde le cantaba a Helaena por las noches y le trenzaba el cabello. Le enseñó a Aegon como escabullirse por los pasadizos de la Fortaleza Roja como Daemon le había dicho.

—¿Por qué estás en cinta como mamá?—Rhaenyra se asombro ante las palabras de su hermano menor—Te ves igual que ella.

La princesa se miró al espejo y efectivamente se notaba su estado. Decidió ocultarlo con vestidos más grandes y mentirle a su hermano con seis días del nombre, pero no contaba con que cierta persona supiera la verdad en cuestión de segundos.

—Te ves tan hermosa—susurro y ella dejo que pusiera las manos en su panza—Puedo decir que es mi hijo. Viserys jamás te dejará casarte con Sir Harwin Strong.

—Tengo miedo y no te tengas tanta fe—señaló—No dejará que te cases conmigo, lo sabes. No va a aceptarlo y es por eso que se donde lo dejare cuando nazca.

—Rhaenyra...

—Daemon—señalo—Aegon se dio cuenta, una de las doncellas lo sabe. No puedo seguir dejando gente que lo sepa.

Daemon continuo insistiendo a su sobrina. Por fin tenía una oportunidad de unirse a ella y no iba a desaprovecharla.

Rhaenyra lo pensó mejor después de hablar con sir Harwin.

—Le pediré tu mano al rey—murmuró—Se que va a negarmela, pero se que te ama y hará lo que sea por tu felicidad.

LA GUERRA DE DOS REINAS. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora