capítulo 29

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29.

TRES MESES DESPUÉS.

Clarke aplaudió mientras observaba como Raven y Paul volvían a besarse ante la insistencia de todos los invitados. Había sido una boda preciosa, y tal y como le había dicho Raven el restaurante era increíble.
Se encontraban en una lujosa carpa blanca en el jardín del restaurante, donde ya una vez hubieron cenado lo habían acondicionado como una pista de baile y una barra libre.
Rosilyn se puso a su lado, frente a la barra.
—Tú has salido mejor parada que yo —se quejó—. Raven me estuvo insistiendo durante un mes para que cogiese un vestido granate.
—A mí también me insistió —rio Clarke—, pero no le hice caso.
Rosilyn sonrió a Clarke, observando su precioso vestido largo azul claro.
—Además —bromeó—, las dos vais muy bien conjuntadas. —le señaló con un movimiento de su rostro a Alycia, que estaba charlando con unos hombres a unos metros—.
Dime, ¿lo de que ella lleve la corbata azul ha sido idea tuya o suya?
Ella rio mientras cogía la bebida y se giró para observar a Alycia. Estaba realmente atractiva, con su traje negro, camisa blanca y la corbata azul.
—Ha sido casualidad.
—Ya, el destino otra vez, ¿no? —bromeó.
Ella le devolvió la sonrisa a su amiga y suspiró.
—Aún sigo sin creérmelo, Rosilyn. No me hago a la idea de que ella esté aquí, de que haya vuelto a aceptarme en su vida —pronunció con algo de melancolía.
—¿Y por qué no? Ya lo hizo en la anterior. Y tuviste que marcarle mucho, porque en cuanto te vio en esta no te dejó escapar —continuó con un tono de voz animado.
Ella le sonrió y se fijó en que Alycia le guiñaba el ojo desde el otro lado y alzaba su copa hacia ella con complicidad.
—¡Chicas! ¡Vamos! —gritó Raven dando unos pasos hacia delante, moviendo el ramo como si fuese una maraca—. ¡Voy a tirar el ramo!
En ese momento los gritos inundaron todo el jardín del restaurante. Las mujeres
comenzaron a agolparse delante de la pequeña tarima donde había subido Raven.
—¡Vamos! —gritó Rosilyn cogiendo de la mano a Clarke, arrastrándola hacia todas las chicas.
—No, no…
—¿Cómo que no? —preguntó internándose entre ellas, apartando a alguna de malos modos—. Quitaos, el ramo es nuestro —amenazó haciendo que Clarke comenzase a reír.
No pudo evitar observar como Alycia reía junto a todos los chicos al observar el espectáculo.
—Hay que hacerse con él —le dijo Rosilyn.
—Rosilyn… por favor… ¿y qué más da eso? —rio.
—Es importante. Aquí Raven, tíralo hacia aquí —gritó hacia ella alzando los brazos.
Raven se giró, estiró los brazos y lo arrojó hacia atrás de espaldas a ellas.
En aquel momento pensó que se encontraba en medio de una guerra. Empujones, tirones de vestido, incluso le pareció notar que una chica se apoyaba en sus hombros para
alzarse hacia arriba, pero por arte de magia, el ramo fue a parar justo en su regazo.
—¡Ups! —dijo asombrada.
Rosilyn abrió los ojos ilusionada y comenzó a dar saltos, igual que hacía Raven desde la tarima.
—¡Bravo!¡Bravo!
Clarke miraba de un lado a otro, totalmente avergonzada.
—¡Felicidades! —gritó una de las chicas a su lado.
—Ya, gracias… —susurró.
—¡Yujuuuuuu! —gritó Raven alzando los brazos. —¡Y la ganadora es Clarke!
Ella alzó la mirada enfurecida hacia Raven. ¡Tierra trágame!
—Vamos, Alycia, vamos… ven aquí —continuó gritando Raven.
Clarke se giró para observar como Alycia se acercaba con una sonrisa, con las manos en los bolsillos. En ese momento se quedó observándole mientras se acercaba. No pudo
evitar sonreír al recordar cuando lo había visto por primera en su jardín apuntándole con la espada, la primera vez que había ido en coche con ella y no dejaba de quejarse, el viaje
que habían hecho por Escocia, la primera vez que la había besado tras correr por el
bosque, su despedida cuando le había dicho que jamás la olvidaría… Y ahora, Alycia, caminaba hacia ella con aquella encantadora sonrisa. Había vuelto a ella. Ella habría vivido
toda una vida sola, con su recuerdo, pero aquel recuerdo se había grabado tan a fuego en su alma que había sido incapaz de olvidarlo.
—Vaya, has cogido el ramo —dijo divertida.
—Sí, eso parece —respondió moviéndolo delante de ella.
La de veces que había buscando su nombre en internet, sin ser consciente de que ella se encontraba aquí, esperándola.
—Que se besen… que se besen…. —comenzaron a canturrear.
Alycia se acercó y la besó mientras todos aplaudían y elevaban sus puños al aire.
Clarke se abrazó a ella con una sonrisa en sus labios.
A veces, lo único que debes hacer es dejar de preocuparte, de entristecerte y dejarte llevar. Hay que tener fe en que todo irá bien, quizá no salgan las cosas como se habían
planeado, pero así es como el destino había previsto que pasara.
Rosilyn los observó con una mágica sonrisa en su rostro, encantada al verlas tan felices.
Si algo había tenido claro desde un principio, es que entre dos personas que realmente se aman no existe el adiós, solo la espera hasta su próximo encuentro, y
aunque esta hubiese sido excesivamente larga para Lexa, había merecido la pena, pues no
hay magia más poderosa y pura que la que surge entre dos corazones destinados a unirse.

Si algo había tenido claro desde un principio, es que entre dos personas que realmente se aman no existe el adiós, solo la espera hasta su próximo encuentro, yaunque esta hubiese sido excesivamente larga para Lexa, había merecido la pena, pues noh...

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FIN.

Ojos verdes. (Clexa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora