6. La bicicleta, el lago y no hay bollo.

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Habían pasado varios días desde la fiesta, Flynn y yo nos habíamos hecho más amigos y por primera vez me sentía feliz cuando me despertaba para empezar un nuevo día.

Estaba imprimiendo el dibujo que le había hecho, en el se le podía ver abrazando a Wall-e, como me dijo que era su película preferida, se me ocurrió regalarle un dibujo con su personaje preferido, enganché mi copia en el corcho y salí a la calle para dejar la otra copia en su buzón.

Me llegó un comentario al último capítulo que había colgado de mi cómic, hacía un mes de aquello.

"¿Azul cuando publicarás nuevo capítulo? Falta un día, pero no has anunciado ningún mini avance aún."

Tenía una pequeña tradición con mi comunidad de lectores, consistía en que pocos días antes de publicar un nuevo capítulo mostraba partes de alguna viñeta, tenía listos los episodios, pero era la primera vez que me olvidaba de publicar algún adelanto del capítulo.

<<No pasa nada si alguna vez no desvelas nada.>>

Al volver me preparé el desayuno y mientras comía me paré a mirar el correo que mi madre había dejado encima de la mesa antes de irse a trabajar, cuando pasé varias cartas me encontré con un dibujo que me había hecho Flynn, me había dibujado abrazando a Totoro.

Los dos habíamos hecho casi el mismo formato de dibujo por pura coincidencia y le había quedado demasiado bien.

Terminé de desayunar e intenté ir a su casa, pero cuando iba a abrir la puerta principal, él estaba delante de mi casa con mi dibujo en las manos

—¡Me has dibujado con Totoro!

—¡Y tú me has dibujado con Wall-e!

Vi ese brillo en sus ojos que me hizo sentir mariposas en el estómago.

Entró dentro de casa, llevaba un pijama de cuadros y una camiseta negra de manga corta, incluso en pijama estaba guapísimo.

—¿Qué harás hoy chica misteriosa?

Se dejó caer en el sofá.

—Pues hoy que hace buen tiempo tenía pensado ir en bicicleta hasta mi librería preferida y comprar algún libro, ya me he leído todos los que tengo.

—Suena a algo que Lili haría.

—¿Quieres ir conmigo? Tú puedes acompañarme con tu bici, y si no tienes puedo prestarte alguna.

Flynn puso cara de horror, nunca había invitado a alguien a un plan así, solía considerarlos algo muy mío, pero la oferta me salió sin pensar por la boca.

—Verás, es que tenía pensado limpiar mi habitación hoy.

Asintió con la cabeza repetitivamente mientras se mordía el labio, esa mentira no se la cree ni él.

—¿No quieres venir conmigo?

—No, no, sí que quiero, me apetece muchísimo.

—Entonces por qu...

Caí enseguida en porque no quería venir conmigo, obviamente no me iba a reír de él, no había cometido ningún crimen.

—¿No sabes ir en bicicleta?

Se quedó callado mirándome mientras se mordía el labio, me había dicho que si sin hablar.

—Flynn no pasa nada, yo te enseño.

—No, no. Me caeré y me romperé una pierna, o peor aún, el cuello.

Menudo exagerado.

—Ves a cambiarte de ropa, nos vemos aquí en un cuarto de hora.

Inefable Libro uno (concluida)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora